| martes, 29 de mayo de 2018 h |

Los expertos reunidos en la I Jornada SERMAS Normotermia 2018 han coincidido en que el gasto que se produce en los hospitales españoles como consecuencia de las infecciones quirúrgicas se podría reducir hasta en un 25 por ciento aplicando protocolos de normoterapia.

Con la asistencia de más de 60 profesionales de la enfermería procedentes de diferentes hospitales de Madrid, Miguel Miró, jefe de Servicio de Anestesiología del Hospital de Torrejón de Ardoz y Patricia Salinero, enfermera del bloque quirúrgico del mismo hospital, han analizado las consecuencias de la hipotermia perioperatoria bajo diferentes ángulos (paciente, personal sanitario, costes, formación o gestión hospitalaria) para concluir con “un balance esperanzador” sobre las últimas novedades tecnológicas y la aplicación de estos sistemas para mejorar la calidad de vida del paciente y reducir las complicaciones de la hipotermia en las intervenciones quirúrgicas.

El acto ha contado asimismo con diferentes demostraciones prácticas con simuladores de normotermia (taller de infrarrojos y casos prácticos) a cargo de la enfermera especialista Esther Benavides Saboné y con la participación de Irene Villa, quien aportó su visión y experiencia con el objetivo de “motivar a los equipos de enfermería quirúrgica en aras de la orientación a resultados y mejores prácticas”.

Las infecciones hospitalarias, también conocidas como nosocomiales, son aquellas que se contraen en el centro sanitario por pacientes que no tenían síntomas de la enfermedad en el momento de su ingreso ni estaban en período de incubación. Los expertos han señalado que, “lejos de ser una anécdota”, este tipo de infecciones afectan a más de 4 millones de personas al año en Europa, es decir, en torno al 9 por ciento de los pacientes hospitalarios, según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Estas infecciones, que de acuerdo con estos especialistas son las responsables de 110.000 muertes al año y prolongar la hospitalización una media de 10 días, originan además “cuantiosos costes” a los sistemas de Salud. “Cerca del 15 por ciento de las infecciones nosocomiales tienen lugar en el sitio quirúrgico. En algunas ocasiones, las infecciones quirúrgicas son producto de contagios ambientales, es decir, del grado de contaminación del propio quirófano y/o sus materiales”, han añadido.

No obstante, otras se producen en el desarrollo de la propia operación, como por ejemplo, por la pérdida de temperatura. En este punto, han citado a recientes encuestas en hospitales europeos, que revelan que tan solo en un 38 por ciento de los casos se aplican técnicas de calentamiento y ese porcentaje se reduce hasta el 20 por ciento cuando hablamos de la monitorización de la temperatura durante las intervenciones quirúrgicas.

“Es necesario tener una estrategia de prevención de la hipotermia perioperatoria que se encuentre plasmada en un protocolo claro”, ha señalado el doctor Miró durante su intervención, en la que ha remarcado que para logar esto resulta “imprescindible implicar en el mismo tanto a los gestores de los hospitales como a todo el personal sanitario”.

En este sentido, la enfermera Patricia Salinero ha resaltado que, “a pesar de las dificultades relacionadas con el coste, el esfuerzo de implantar un protocolo y la necesaria formación necesaria”, las cifras demuestran que se están realizando “importantes avances”.

“Existe cada vez una mayor sensibilización sobre la importancia de mantener la temperatura del paciente mediante una monitorización central y diferentes técnicas de calentamiento activo”, ha señalado Salinero, revelando que las últimas auditorías clínicas revelan “resultados esperanzadores”. “Confiamos en que poco a poco se irán imponiendo tendencias innovadoras de prevención como es el precalentamiento del paciente”, ha añadido.