vacunación

La temporada de gripe en España ha seguido una evolución dentro de los parámetros habituales, aunque con un repunte de casos tras las fiestas navideñas. Según datos del Instituto de Salud Carlos III, la tasa de síndrome gripal en la primera semana de enero de 2025 fue de 62,6 casos por cada 100.000 habitantes, incrementándose desde los 42,2 casos de la semana previa. Este aumento, sin embargo, se considera normal dentro del desarrollo estacional del virus. Asimismo, los últimos datos de la semana del 10 al 16 de marzo muestran como la incidencia de gripe, COVID-19 y de VRS se encuentra en descenso.

Estanislao Nistal
Estanislao Nistal, investigador principal del Grupo de Virología e Inmunidad Innata de la Universidad CEU San Pablo.

En este sentido, especialistas en salud pública y enfermedades infecciosas han coincidido en señalar que una de las lecciones que ha dejado esta temporada es la importancia de la vacunación, especialmente entre los profesionales sanitarios, quienes están más expuestos al contagio y pueden actuar como vectores de transmisión en los entornos asistenciales. A pesar de las recomendaciones de las autoridades sanitarias, las tasas de inmunización entre el personal sanitario siguen sin alcanzar los niveles óptimos.

Estanislao Nistal, investigador principal del Grupo de Virología e Inmunidad Innata de la Universidad CEU San Pablo, destaca en una entrevista con Gaceta Médica que «el virus de la gripe sigue circulando con fuerza cada año y la vacunación es una de las herramientas clave para mitigar su impacto, especialmente en grupos de riesgo como los sanitarios”. El experto insiste en que en los últimos datos de vacunación entre profesionales están muy lejos de las cifras idóneas, lo cual es un problema. “Es fundamental insistir en que vacunarse no solo es una protección individual, sino también colectiva”, subraya.

Estanislao Nistal, investigador principal del Grupo de Virología e Inmunidad Innata de la Universidad CEU San Pablo

Por su parte, José Martínez Olmos, médico especialista en Medicina Preventiva, Salud Pública y Epidemiología, profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP) y ex secretario general de Sanidad, el Sistema Nacional de Salud (SNS) , alerta sobre el peligro de que la gripe siga siendo infravalorada. “Nos encontramos con profesionales que aún dudan sobre la efectividad de la vacuna o que creen que no la necesitan porque son jóvenes y están sanos, pero la realidad es que el personal sanitario está en la primera línea y puede contagiar a pacientes vulnerables”, destaca. Olmos también insiste en que aumentar la tasa de vacunación en los hospitales y centros de salud es una medida crucial para reducir el impacto de la gripe en el sistema sanitario.

José Martínez Olmos
José Martínez Olmos, médico especialista en Medicina Preventiva, Salud Pública y Epidemiología, profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública y ex secretario general de Sanidad.

Reducir la carga asistencial

La vacunación antigripal es una herramienta clave para reducir la carga asistencial en hospitales y centros de Atención Primaria, evitando complicaciones graves en población de riesgo. Sin embargo, las tasas de vacunación entre el personal sanitario en España han fluctuado en los últimos años, sin alcanzar el objetivo del 75% recomendado por la Organización Mundial de la Salud. En la última campaña, se estima que el porcentaje de vacunación entre el personal sanitario se encuentra en un preocupante 25%, una cifra alarmante que refleja una falta de concienciación sobre la importancia de la inmunización en este colectivo. «Es terrible, realmente terrible», enfatiza Nistal.

Más allá del riesgo individual que pueda enfrentar un profesional expuesto diariamente a múltiples patógenos, la vacunación en este grupo es clave para la protección del conjunto del sistema sanitario. No solo reduce la posibilidad de transmisión a personas vulnerables, sino que también previene ausencias laborales que afectan directamente la operatividad de hospitales y centros de salud.

«Nos quejamos constantemente de la falta de personal sanitario, pero luego las bajas provocadas por infecciones prevenibles agravan aún más la situación, especialmente en momentos de mayor presión asistencial”, señala el virólogo de la Universidad CEU San Pablo.

La resistencia a la vacunación en este colectivo responde a diversos factores, entre ellos la percepción de baja gravedad de la enfermedad y la falta de obligatoriedad. «Muchos sanitarios aún consideran que la gripe es una enfermedad menor y no priorizan la vacunación, pero es fundamental cambiar esta percepción y reforzar la idea de que su inmunización es una responsabilidad hacia los pacientes», señala Olmos por su parte.

José Martínez Olmos, médico especialista en Medicina Preventiva, Salud Pública y Epidemiología, profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública y ex secretario general de Sanidad.

Desde las Administraciones, tanto a nivel nacional como regional, se han promovido diversas campañas para fomentar la vacunación entre los profesionales de la salud, incluyendo incentivos y facilidades para la administración de las dosis en los centros de trabajo. Sin embargo, los resultados siguen sin ser los esperados. «Necesitamos más esfuerzos en educación sanitaria y en la comunicación del impacto positivo de la vacunación», destaca Nistal.

La gripe, dentro de los márgenes esperados

A pesar del repunte registrado en enero, la evolución general de la temporada se ha mantenido dentro de los márgenes esperados, con un impacto controlado gracias a la vacunación y a las medidas preventivas adoptadas en los centros sanitarios.

No obstante, Nistal también aclara que, además de la gripe, otros virus respiratorios han tenido un papel relevante esta temporada, como el virus respiratorio sincitial (VRS) y el metapneumovirus humano. «El VRS es un virus con un impacto considerable, sobre todo en lactantes y personas mayores, provocando hospitalizaciones y complicaciones respiratorias graves», explica Nistal. En los últimos años, se ha observado un cambio en su estacionalidad, con picos de incidencia que no siempre coinciden con los de la gripe, lo que supone un desafío adicional para el sistema sanitario.

Además, el metapneumovirus humano, menos conocido por la población general, también ha sido un agente importante en infecciones respiratorias. «Este virus puede causar síntomas similares a los de la gripe o el VRS, con fiebre, tos y dificultad respiratoria, y en algunos casos puede derivar en neumonías o bronquiolitis», detalla el experto. Su diagnóstico suele ser menos frecuente debido a que no siempre se incluyen pruebas específicas para detectarlo, lo que puede llevar a subestimar su impacto real en la carga asistencial.

Nistal destaca que la presencia simultánea de estos virus, junto con la gripe, puede agravar la saturación del sistema de salud, incrementando la presión sobre hospitales y centros de atención primaria. «Es fundamental ampliar la vigilancia epidemiológica y mejorar las estrategias de prevención, incluyendo la vacunación en los grupos de riesgo y reforzando las medidas de control en espacios sanitarios y comunitarios», concluye este especialista.

Las autoridades sanitarias reiteran que la vacunación sigue siendo la mejor estrategia para minimizar el impacto de la gripe, y han hecho un llamamiento a todos los profesionales del sector para que se vacunen en las próximas campañas. La clave, coinciden los expertos, está en reforzar la educación sanitaria y facilitar el acceso a la vacuna para que los profesionales sanitarios asuman su papel fundamental en la prevención de esta enfermedad.


También te puede interesar…