CARMEN M. LÓPEZ Enviada Esp. Odense (Dinamarca) | viernes, 13 de octubre de 2017 h |

A pesar de que la experiencia española en evaluación de resultados es aún incipiente, lo cierto es que el interés por avanzar en este sentido entre los profesionales sanitarios es cada vez mayor. Comparar resultados, evaluar, y recoger la experiencia y las buenas prácticas que se dan en los diferentes servicios sanitarios es algo común.

Las enfermedades crónicas están aumentando en Europa por varias razones, entre las que se encuentran el envejecimiento de la población y los factores de riesgo relacionados con el estilo de vida. Gracias al segundo programa de salud de la UE 2008-2013, Europa está fomentando mejores prácticas en la prevención y atención, estrategias que promueven un envejecimiento activo y saludable.

Hace unos meses comenzó en Europa Chronis +, un proyecto abanderado por la Comisión Europea y coordinado por el Instituto de Salud Carlos III, con el objetivo de reducir la carga de las enfermedades no transmisibles a través de la implementación de medidas que garanticen la sostenibilidad del sistema sanitario. Esta iniciativa fue presentada durante la semana de la Salud y la Innovación (Whinn 2017, por sus siglas en inglés).

Antonio Sarria, coordinador de la Escuela Nacional de Salud Pública (Imiens-Uned) del Instituto de Salud Carlos III, explicó que se trata de una acción conjunta contra las enfermedades crónicas para el fomento del envejecimiento saludable durante el ciclo de vida.

Esta iniciativa se centra en enfermedades crónicas, en especial en la promoción de la salud, la prevención de las enfermedades crónicas y la multimorbilidad. Para ello, se está desarrollando una plataforma para el intercambio de conocimiento que facilitará el flujo de información, la formación de profesionales sanitarios para mejorar la atención de personas con varias enfermedades crónicas y la revisión de programas nacionales sobre diabetes.

Prevención, asignatura pendiente

Precisamente, la prevención de la cronicidad es el eslabón imprescindible de la cadena que hay que potenciar. De ello se está encargando los proyectos que está liderando la Unión Europea.

En Europa, el número de personas mayores de 65 años casi se duplicará en los próximos 50 años, de 85 millones en 2008 a 151 millones en 2060

Sin embargo, “vivir más tiempo no significa vivir más sano”, apuntó Leocadio Rodríguez, jefe del Servicio de Geriatría del Hospital de Getafe y coordinador del proyecto europeo Advantage. Aunque la esperanza de vida sigue aumentando, los años de vida no saludables representan alrededor del 20 por ciento de la vida de una persona.

Desafíos en salud

A juicio del experto, esto conlleva varios desafíos como la sostenibilidad de la sanidad pública y privada, el déficit de profesionales y el aumento de la demanda en los servicios sanitarios por parte de los pacientes. Lejos de mejorar, también las cifras relacionadas con la edad y el gasto sanitario “están aumentando drásticamente”, indicó.

Frente a estas cifras se encuentra la iniciativa que lidera Rodríguez. El objetivo de Advantage es diseñar una estrategia europea para afrontar la fragilidad, entendida ésta como un estado de vulnerabilidad frente a las enfermedades que puede llevar al desarrollo de distintas discapacidades.

Los estudios demuestran que este estado de fragilidad es reversible en buena parte de los casos y que afrontarlo con éxito no sólo proporciona más años de vida para el paciente que el mero tratamiento de la enfermedad, sino que también asegura una mayor calidad de vida y eficiencia en el uso de los recursos sanitarios.

Según estudios económicos, en Francia, por ejemplo, la fragilidad es una importante variable que tiene un efecto incremental en los gastos ambulatorios de aproximadamente 750 euros adicionales para individuos pre-frágiles y de 1.500 euros para individuos frágiles.

Asimismo, como indicó Rodríguez, Advantage se encargará de desarrollar un mapa para evitar la fragilidad en toda Europa.

La fase inicial de este proyecto está a punto de finalizar, y en cuanto se desarrolle se publicarán las recomendaciones para los países. “Es necesario romper la inercia. Actualmente pensamos en términos de cuidar y resolver las enfermedades, sin embargo, hay que evolucionar a un modelo más actual que permita equilibrar el riesgo-beneficio, considerando la calidad de vida”.

Durante la segunda fase de este proyecto, los expertos trabajarán en proponer un modelo europeo común para abordar la fragilidad (enfoque de prevención de fragilidad – documento FPA). Este documento describirá una metodología y herramientas para la evaluación de personas frágiles y pre-frágiles. La idea es desarrollar unas pautas o marcos comunes de atención de la salud sobre el cribado, la evaluación y la intervención para promover una mejor salud en las personas mayores y reducir la creciente carga de las demandas de atención de la salud relacionadas con la fragilidad y las enfermedades crónicas.

La iniciativa finalizará con las recomendaciones de políticas.

Con todo, la reducción del impacto de las enfermedades no transmisibles en la vida de los ciudadanos será un factor clave a nivel mundial.

Europa espera una reducción relativa del 25 por ciento en la mortalidad global por enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes o enfermedad respiratoria crónica “. Sin embargo, basándose en las tendencias actuales, los Estados miembros no lograrán alcanzar los objetivos de reducción de la inactividad física o detener el aumento de la diabetes y la obesidad.


Aunque la esperanza de vida sigue aumentando, los años de vida no saludables suponen cerca del 20%



La fragilidad es una importante variable que tiene tiene un efecto incremental en los gastos ambulatorios