España ha logrado avances significativos en la lucha contra el VIH en los últimos años, con una reducción del 70 % en los nuevos diagnósticos desde 2017. Sin embargo, la lucha no ha terminado. Así lo explica María Velasco, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) y secretaria del Grupo de Estudio del Sida (GESIDA), quien advierte que aún persisten retos en diagnóstico precoz, acceso equitativo a la profilaxis preexposición (PrEP) y lucha contra el estigma.
En 2023, los informes registraron 3196 nuevas infecciones
“El número de nuevos casos ha descendido mucho, aunque en los dos últimos años la tendencia se ha estancado ligeramente”, afirma Velasco. En 2023, los informes registraron 3196 nuevas infecciones. Esta mejora se debe, en gran parte, a tres pilares: la búsqueda activa de personas infectadas, el uso generalizado de tratamientos antirretrovirales que logran la indetectabilidad viral (y, por tanto, evitan la transmisión), y la disponibilidad de herramientas preventivas más allá del preservativo, como la PrEP.
La PrEP
La PrEP —un tratamiento oral preventivo que, tomado correctamente, reduce el riesgo de infección en más del 90 %— ha supuesto un cambio de paradigma. No obstante, su acceso no es equitativo. “Hay colectivos a los que llega peor: personas en situación de marginalidad, mujeres, o personas migrantes que desconocen su existencia o no tienen una buena adherencia”, advierte Velasco.
“Hay colectivos a los que llega peor: personas en situación de marginalidad, mujeres, o personas migrantes que desconocen su existencia o no tienen una buena adherencia”
María Velasco, portavoz de la SEIMC y secretaria de GESIDA
Uno de los datos más preocupantes sigue siendo el diagnóstico tardío. Casi la mitad de los nuevos diagnósticos se produce cuando las defensas ya están muy bajas o cuando ya hay enfermedades indicadoras de sida. “Eso refleja que debemos insistir más en la detección precoz. Aún nos queda mucho trabajo por hacer en este sentido”. Los colectivos migrantes presentan otro foco de atención. Contrario a la creencia popular, muchos de estos casos no se deben a infecciones adquiridas en sus países de origen, sino en España. “Se infectan aquí, muchas veces por falta de acceso a medidas preventivas o por condiciones sociales que les empujan a prácticas de riesgo, como el trabajo sexual”, explica la portavoz de SEIMC.
Terapias más sencillas y mejor toleradas
En el ámbito terapéutico, la evolución del tratamiento antirretroviral ha sido extraordinaria en las últimas dos décadas. Se ha pasado de regímenes complejos y con efectos adversos a tratamientos de una sola pastilla diaria, con mínima toxicidad y escasas interacciones con alimentos u otros fármacos. Los inhibidores de integrasa, en combinación con análogos de nucleósidos, son hoy los más utilizados por su eficacia y rapidez de acción. A esto se suman los nuevos tratamientos de liberación prolongada. Ya se comercializa en España una combinación inyectable que se administra cada dos meses, lo que permite evitar la toma diaria de pastillas y reduce el riesgo de estigmatización. Además, los ensayos clínicos están evaluando formulaciones subcutáneas que podrían aplicarse solo cada seis meses o incluso una vez al año.
Los inhibidores de integrasa, en combinación con análogos de nucleósidos, son hoy los más utilizados por su eficacia y rapidez de acción
“Este tipo de terapias podrían revolucionar la prevención, especialmente en personas con dificultades de adherencia. Sería como una vacuna anual, aunque no lo es técnicamente”, aclara Velasco. La analogía es clara: una inyección periódica que protege casi por completo contra la infección, como ocurre con la vacuna de la gripe.
Una cura, aún fuera del alcance
En cuanto a la investigación hacia una cura, el panorama es más complejo. Las estrategias basadas en vacunas preventivas han fracasado hasta la fecha, y los intentos de reducir el reservorio viral mediante terapias de choque tampoco han dado resultados concluyentes. Aun así, algunas líneas de investigación ofrecen esperanza, como el uso de anticuerpos monoclonales combinados con tratamientos de larga duración o, más recientemente, la terapia con células CAR-T, adaptadas para atacar los receptores por los que el VIH entra en las células. Aunque prometedora, esta estrategia se encuentra en fases muy iniciales de estudio en laboratorio.
“Algunas líneas de investigación ofrecen esperanza, como el uso de anticuerpos monoclonales combinados con tratamientos de larga duración o, más recientemente, la terapia con células CAR-T, adaptadas para atacar los receptores por los que el VIH entra en las células”
María Velasco, portavoz de la SEIMC y secretaria de GESIDA
Velasco también recuerda los escasos pero significativos casos de curación funcional, como los trasplantes de médula ósea en personas con mutaciones genéticas resistentes al virus o tratamientos intensivos en recién nacidos. Sin embargo, insiste en que son excepciones no extrapolables a gran escala.
¿Objetivo 2030? Posible, pero no asegurado
Respecto a los objetivos de ONUSIDA para eliminar el VIH como problema de salud pública en 2030, Velasco se muestra moderadamente optimista: “Estamos en una incidencia de 7-8 casos por 100.000 habitantes, y la fracción no diagnosticada está por debajo del 8 %, probablemente ya en el 5 %. Si seguimos aplicando bien las estrategias actuales, podríamos llegar”.
“Estamos en una incidencia de 7-8 casos por 100.000 habitantes, y la fracción no diagnosticada está por debajo del 8 %, probablemente ya en el 5 %. Si seguimos aplicando bien las estrategias actuales, podríamos llegar”
María Velasco, portavoz de la SEIMC y secretaria de GESIDA
No obstante, advierte sobre la influencia que pueden tener los recortes en programas de prevención y tratamiento en países con alta prevalencia. “Si aumenta la carga viral en otros países y esas personas migran, puede repercutir en nuestro control epidemiológico”. Finalmente, subraya una asignatura pendiente que no depende de la farmacología: el estigma. “A pesar de todos los avances científicos, el VIH sigue siendo una enfermedad muy estigmatizante. Y esto también tenemos que combatirlo”.