José A. Rodríguez Barcelona | viernes, 09 de junio de 2017 h |

José Antonio Pérez Molina se estrena en la presidencia de Gesida (Grupo de Estudio de Sida de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica) con el objetivo de avanzar en la prevención de las infecciones por VIH y con la determinación de defender la creación de una especialidad en enfermedades infecciosas.

Pregunta. ¿Cuáles serán sus principales líneas estratégicas al frente de Gesida?

Respuesta. Una de las más importantes será potenciar la prevención de la infección del VIH. En España, a pesar de todas las medidas que se toman en este sentido y de que conocemos desde hace tiempo las causas de los contagios, se infectan unas 3.500 personas cada año. Esto es una muy mala noticia. Es un fracaso de las medidas preventivas.

Asimismo, hay que seguir investigando, porque gracias a la investigación podremos desarrollar vacunas. Otro aspecto importante es el del diagnóstico tardío. Prácticamente la mitad de los pacientes con VIH son diagnosticados tarde, cuando su nivel inmunitario está muy debilitado, con un recuento de CD4 menor de 350. Y estas personas no se pueden beneficiar al 100 por 100 de los tratamientos de los que disponemos hoy día.

P. ¿Muchas personas con VIH, pero que no son conscientes de ello, entran en contacto con el sistema sanitario por motivos que deberían despertar la alarma?

R. Hay síntomas que pueden poner en alerta a los médicos, como una persona joven con herpes zóster, haber desarrollado candidiasis en la boca, neumonías en personas jóvenes, tuberculosis, una pérdida brusca de peso en una persona joven y de forma inexplicable, y, muy importante, otras enfermedades de transmisión sexual, como la sífilis o la gonorrea.

P. ¿La implantación de la PrEP (Profilaxis Pre Exposición) ayudaría a prevenir nuevos casos?

R. Gesida ya emitió un documento el verano pasado en el que se valoraba que la Profilaxis Pre Exposición es eficaz y coste-efectiva. Este fármaco, Truvada, ya está autorizado por la Agencia Europea del Medicamento y aprobado en algunos países de la Unión Europea, pero en España llevamos un considerable retraso. Quiero destacar que este abordaje no supone una barra libre de pastillas para tener sexo sin protección. Es una estrategia preventiva para un grupo de personas muy concretas, que presentan un riesgo elevadísimo de infección, del 2,5 por ciento por persona y año. No se trata de promocionar el sexo sin preservativo. Este abordaje incluye el diagnóstico integral de las infecciones por transmisión sexual, realizar un seguimiento al paciente para evaluar toxicidad cada tres meses, seguir con educación sobre el uso del preservativo… Llegará a muy pocos miles de personas.

P. Acabamos de saber que la prevalencia de la coinfección activa del virus de la hepatitis C en personas con VIH en España se ha reducido casi un 50 por ciento. ¿Cómo valora estos datos?

R. De forma muy positiva, claro. Y esta disminución tan significativa se ha logrado gracias a los antivirales de acción directa, lo que plantea que a medio plazo se podría erradicar el VHC en este colectivo de pacientes.

P ¿Ambas patologías se influyen de forma negativa mutuamente?

R. Sí, existe un efecto potenciador entre ambas. La evolución es más rápida y agresiva. Por ejemplo, la enfermedad hepática es mas grave cuando el paciente tiene el VIH. Y, hace unos años, controlábamos a los pacientes con VIH, pero fallecían por cirrosis. Además, el VHC es un virus que produce inflamación crónica, lo que aumenta el riesgo de mortalidad cardiovascular o cáncer.

P. ¿Da por perdida la batalla para que en España se reconozca la especialidad de Enfermedades Infecciosas?

R. No. Es algo fundamental. Creo que cualquier persona debe entender que tiene que haber especialistas dedicados a las patologías infecciosas. Este es un campo que ha ganado mucha complejidad en los últimos años. Los profesionales tienen que formarse por su cuenta, realizando cursos y estancias en el extranjero. Pero ese tipo de formación no reglada no tiene cabida hoy en día. Y tenemos miedo de que no se produzca un relevo generacional de las personas que nos dedicamos a este campo.