Casi el 30 por ciento de los pacientes españoles con epilepsia experimentaron un aumento de la frecuencia de sus crisis, al menos durante los primeros meses de la pandemia. Así lo ha recordado la Sociedad Española de Neurología (SEN) con motivo del Día Nacional de la Epilepsia, que se conmemora hoy 24 de mayo.

En España, unas 400.000 personas padecen epilepsia. Pero además de su elevada prevalencia, es una enfermedad que conlleva una alta morbilidad, deterioro en la calidad de vida y estigma social.

Desde la SEN, recuerdan algunos estudios que se presentaron en la última Reunión Anual de la Sociedad Española de Neurología, que apuntan a que, además, este incremento ha podido ser debido a que casi un 50% de las personas que padecen epilepsia reconocieron haber estado más ansiosos o deprimidos y un 43% haber tenido problemas de sueño.

Y es que tanto el estado anímico, como la falta de sueño, son factores de riesgo para el aumento de la frecuencia de crisis epilépticas. Algo que también puede explicar datos de otros estudios españoles que apuntan a que, y también al menos durante los primeros meses de pandemia, aumentó el número de personas que experimentó su primera crisis.

Pandemia y epilepsia

Por otra parte, también en la Reunión Anual de la SEN se presentaron datos que señalan que los pacientes que acudieron a Urgencias con estado epiléptico durante este periodo tuvieron un peor pronóstico, quizás por el miedo y por retrasos a la hora de acudir a los centros hospitalarios.

De hecho, dos de cada diez pacientes con epilepsia aseguran haber evitado las urgencias en el último año, a pesar de que las crisis epilépticas suponen el 1% de las consultas en los Servicios de Urgencias y el 15% de las urgencias neurológicas. La epilepsia es, tras el ictus, la segunda causa más frecuente de atención neurológica en Urgencias.

“Lo que parece claro es que la pandemia COVID-19 ha tenido y tiene efectos colaterales sobre el control de crisis”, ha indicado Juan José Poza, Coordinador del Grupo de Estudio de Epilepsia de la Sociedad Española de Neurología.

“Aspectos como padecer epilepsia tumoral, epilepsia farmacorresistente, problemas de insomnio o ansiedad, suponen mayor riesgo para el aumento de la frecuencia de crisis”

Juan José Poza, Coordinador del Grupo de Estudio de Epilepsia de la Sociedad Española de Neurología

En este sentido, para minimizar el riesgo, el experto recomienda potenciar la actividad física, mejorar la higiene del sueño y asegurar un correcto seguimiento por parte del médico, ya sea vía telefónica o presencial.

Por otro lado destacan que más de un 11% de los casos introducidos por los neurólogos españoles en el Registro COVID-19 de la SEN corresponden a casos de pacientes con COVID que sufrieron crisis epilépticas y el 84% de los neurólogos informantes atribuyeron una causalidad probable de estas crisis a la COVID-19, bien por afectación primaria, o secundaria debida a una complicación producida por el virus.

Síntomas de epilepsia

Además de una alta morbilidad, deterioro en la calidad de vida y estigma social, la desconexión del entorno, experimentar movimientos anormales en alguna parte del cuerpo o presentar falta de respuesta a los estímulos, son también otras manifestaciones de las crisis epilépticas muy habituales en los pacientes, según ha explicado Poza.

Sin embargo, no siempre se relacionan con la enfermedad, lo que hace que “hasta un 25% de las crisis pueden pasar inadvertidas tanto por los pacientes como por sus familiares”, explica Poza, quien defiende “eliminar esta visión simplista de la enfermedad, el primer paso para mejorar los tiempos de diagnóstico”.

Tradicionalmente asociamos esta enfermedad a padecer crisis de pérdida de conocimiento con convulsiones y/o rigidez, sin embargo, esto solo está presente en el 30% de los pacientes”

Juan José Poza, Coordinador del Grupo de Estudio de Epilepsia de la Sociedad Española de Neurología

Pero, además, se estima que el número de diagnósticos falsos positivos en esta enfermedad es bastante alto y que podría llegar hasta al 18% de los casos

“Con un correcto diagnóstico y seguimiento de los pacientes, en más de un 70% de los casos se consigue controlar la enfermedad gracias al tratamiento farmacológico existente. Sin embargo, y a pesar de que en los últimos años se ha producido un importante incremento de las opciones terapéuticas para tratar la epilepsia, aún existe un 25% de personas que padecen epilepsia que no responden a los tratamientos disponibles”, comenta el experto. 

“Para estos casos de epilepsia farmacorresistente puede valorarse el tratamiento quirúrgico, y entre el 55-85% de los casos se consiguen buenos resultados. Sin embargo no todos los pacientes cumplen con los criterios que les permiten beneficiarse de la cirugía, por lo que sigue siendo muy necesario la investigación en tratamientos más efectivos para esta enfermedad”.

Vacuna contra la COVID-19 y Epilepsia

Actualmente, no existe evidencia de que la vacuna por sí misma induzca o desencadene crisis epilépticas y no hay contraindicación específica para recibir la vacuna por el hecho de tener epilepsia o tomar fármacos antiepilépticos.

Por otra parte desde la SEN se recuerda que, de forma general y como reacción a cualquier vacuna, ésta puede producir síntomas comunes de resfriado o fiebre y que en algunos pacientes, sobre todo en niños, la fiebre puede facilitar la aparición de crisis epilépticas. Ante estos casos se deben tomar las medicinas habituales para la fiebre y, en caso de duda, consultar a su médico.


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