En España, uno de cada tres fallecimientos se debe a las enfermedades cardiovasculares (EDV), lo que las ha convertido en los últimos años en la principal causa de muerte y hospitalización en el territorio nacional. En este aspecto, diferentes estudios han sacado a la luz que en torno al 70 por ciento de ellas están ligadas a factores de riesgo modificables, lo que le da un margen de actuación amplio a la labor investigadora para lograr salvar vidas.
En el marco del Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) 2024, se han presentado diferentes hallazgos ligados a las ECV, entre ellos que dormir lo suficiente los fines de semana puede reducir el riesgo de sufrir enfermedades cardiacas hasta en un 20 por ciento o que la hora de administración de fármacos hipotensores no influye en su eficacia. De la mano de Daiichi Sankyo, también se ha arrojado luz sobre las diferencias en la atención de este grupo de enfermedades. En concreto, han presentado los datos de los subanálisis del estudio observacional SANTORINI y del programa de estudio ETNA-AF (Edoxabán Treatment in routiNe clinical prActice in patients with nonvalvular Atrial Fibrillation).
Documentar la eficacia de los enfoques actuales de gestión de C-LDL
Profundizando en los datos del estudio observacional SANTORINI, se comprobó que las mujeres europeas con riesgo CV alto o muy alto recibieron un tratamiento insuficiente y alcanzaron en menor medida los niveles de colesterol de lipoproteínas de baja densidad (C-LDL) recomendados. Para llegar a esta conclusión fue necesario reclutar a 9.602 pacientes con riesgo CV alto y muy alto de más de 623 centros de 14 países de toda Europa. Gracias a ello, se logró documentar, en el entorno del mundo real, la eficacia de los enfoques actuales de gestión de C-LDL en pacientes con riesgo cardiovascular alto y muy alto que requieren terapias hipolipemiantes durante un año.
Cabe mencionar que, según indican desde la Sociedad Española de Cardiología (SEC), cada ocho minutos muere una mujer debido a una enfermedad cardiovascular. En concreto, se sacó a la luz que la proporción de pacientes que alcanzaron los objetivos de C-LDL fue mayor en los varones.
Por cada 1 mmol/l de reducción del colesterol LDL, se reduce en un 22% el número de accidentes cardiovasculares graves al cabo de un año
Motivo de ello, se debe tener en cuenta que el incremento de este colesterol se posiciona como uno de los factores más relevantes, dado que puede impactar positivamente reduciendo el riesgo de accidentes cardiovasculares graves. De hecho, gracias a la investigación, se ha podido corroborar que por cada 1 mmol/l de reducción del colesterol LDL, se reduce en un 22 por ciento el número de accidentes cardiovasculares graves al cabo de un año. En el inicio del tratamiento se situaba en 22,9 por ciento, en el caso de los varones, frente a un 16,9 por ciento, relativo a las mujeres. Estas cifras aumentaron hasta el primer año de seguimiento, en el cual ascendieron a un 33,33 por ciento y a un 24,6 por ciento, respectivamente.
En lo que respecta al tratamiento hipolipemiante, hubo más mujeres que no lo recibieron ni al inicio ni al año se seguimiento. Atendiendo a los datos presentados, destaca, al inicio del mismo, el 23,9 por ciento de las mujeres frente al 20,7 por ciento de los hombres. Mientras que al año de seguimiento estas cifras se sitúan en el 3,9 y el 2,7 por ciento, respectivamente. Así, se refleja tanto una diferencia entre ambos sexos y, paralelamente, un infratratamiento en ambos casos. David Nanchen, profesor de la Universidad de Lausana (Suiza), Centro de Atención Primaria y Salud Pública, indica que “estos hallazgos subrayan la necesidad de una atención más amplia para gestionar mejor el riesgo de enfermedad cardiovascular en las mujeres”.
La alta adherencia de edoxabán
Poniendo el foco en el programa de estudio ETNA-AF, para llevarlo a cabo se contó con la participación de más de 28.000 pacientes que tuvieron un seguimiento de cuatro años en Europa y dos años en países no europeos. Así, se pudo profundizar en el conocimiento de la carga mundial de la enfermedad cardiovascular en pacientes con fibrilación auricular no valvular (FANV).
Para ello, se combinaron datos de distintos estudios no intervencionistas de Europa, Asia Oriental y Japón en una única base de datos. El objetivo residió en recopilar información sobre el uso de anticoagulantes orales no antagonistas de la vitamina K (ACODs) en la práctica clínica habitual, en concreto de edoxabán. Se incluyeron aspectos vinculados tanto al perfil de seguridad como a la eficacia en pacientes no preseleccionados con FANV.
Asimismo, se prestó especial atención a los datos ligados a la adherencia terapéutica. En este aspecto, como consecuencia directa de la ausencia de la misma, se identificó que, en los pacientes que sufren fibrilación auricular, puede aumentar significativamente el riesgo de ictus, además ésta se vio influida por factores como la edad, el sexo y el peso corporal.
“El elevado número de pacientes que mantuvieron el tratamiento durante los 4 años es una buena noticia para nuestros esfuerzos por mitigar la falta de adherencia terapéutica”
Raffaele De Caterina, director de la Unidad de Cardiología en el Hospital Universitario de Pisa.
Entre algunas de las conclusiones que se pudieron extraer destaca que, del 71 por ciento de los pacientes que completaron el estudio de cuatro años, el 87,4 por ciento persistió en el tratamiento con edoxabán. “El elevado número de pacientes que mantuvieron el tratamiento con este fármaco durante los cuatro años del estudio es una buena noticia para nuestros esfuerzos por mitigar la falta de adherencia terapéutica”, afirma Raffaele De Caterina, director de la Unidad de Cardiología en el Hospital Universitario de Pisa.
Incidiendo en las causas que llevaron a interrumpir el tratamiento, destacan el aumento de la edad, el sexo masculino, el peso corporal extremo o la función renal baja. También despuntan otros factores como la insuficiencia cardiaca, la enfermedad vascular, la enfermedad hepática crónica, el consumo de alcohol, la percepción de fragilidad, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, el tabaquismo, los síntomas actuales de esta arritmia cardiaca y la ablación. “Esperamos que los factores asociados a la no persistencia observados en el estudio también ayuden al desarrollo de estrategias de tratamiento en la práctica clínica, en beneficio de los resultados de los pacientes”, recalca De Caterina.
Prescripción en pacientes con comorbilidades asociadas
Menos de la mitad de los pacientes de riesgo reciben una prescripción de ACODs, ya que hay una serie de barreras ligadas a la recomendación de la anticoagulación en el tratamiento de la FANV. Entre ellas, las multimorbilidades complejas, especialmente significativas en este grupo de pacientes. Motivo de ello, se debe tener en cuenta el riesgo de ictus y de hemorragias a la hora de dar luz verde a una prescripción por parte del profesional médico.
Para para evaluar los resultados clínicos en dichos pacientes, se emplearon los datos de seguimiento de cuatro años del ETNA-AF. Así, se pudo observar que los que fueron tratados con una dosis reducida (no recomendada) de 30mg mostraron una mayor tasa de muerte por todas las causas frente a la dosis de 60mg recomendada sin efecto significativo en hemorragias mayores. De esta forma, se sugirió que la presencia de fragilidad no debería conducir necesariamente a reducciones de dosis fuera de las establecidas en la ficha técnica.
Se sugiere que la presencia de fragilidad no debería conducir necesariamente a reducciones de dosis fuera de las establecidas en la ficha técnica
Paralelamente, también se llevó a cabo un subanálisis en el que se dividieron a los pacientes en terciles bajo, medio y alto en función del índice de masa corporal (IMC), el área de superficie corporal (BSA) y la masa corporal magra (LBM). Pese a que las tasas de episodios tromboembólicos fueron bajas y similares en todos los terciles, se observaron tasas más elevadas de episodios hemorrágicos en los terciles bajos frente a los terciles medios y altos de BSA y LBM. Motivo de ello, la investigación sugiere que estas variables, más que el IMC, deben tenerse en cuenta al analizar los resultados en pacientes tratados con este medicamento.
En palabras del vicepresidente de Asuntos Médicos, Medicamentos Especializados de Daiichi Sankyo Europe GmbH, Stefan Seyfried, “continuamos con nuestro compromiso a largo plazo de proporcionar pruebas científicas que respalden el tratamiento óptimo de los pacientes con enfermedades cardiovasculares, y de encontrar soluciones para las personas que anteriormente no han recibido el tratamiento adecuado”. “Nuestra promesa a los pacientes es seguir arrojando luz sobre las diferencias en el tratamiento y las necesidades no cubiertas en la atención cardiovascular, con el objetivo de reducir la carga que soportan los pacientes y sus seres queridos”, concluye.