A la hora de seleccionar tratamientos en oncología, encontrar la diana terapéutica a la que dirigirse es determinante para prever su eficacia. En inmunoterapia, los biomarcadores cobran más importancia si cabe en este contexto. Expertos en diferentes tipos de tumores analizan los retos pendientes para el uso de la inmunoterapia en etapas tempranas.

Cáncer de pulmón

En el caso del cáncer de pulmón, Enriqueta Felip, jefa de Sección del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Vall d’Hebrón, apuntaba al potencial de la biopsia líquida tanto en enfermedad metastásica cono en diagnóstico precoz; concretamente se refería al escenario cambiante del cáncer de pulmón, donde cada vez se plantea más usar la inmunoterapia como tratamiento neoadyuvante, tanto como tratamiento en sí mismo como en el postoperatorio.

Asimismo, consideraba que se está trabajando para desarrollar tecnologías que ayuden a ver el pronóstico en diferentes fases; por ejemplo, si después de la cirugía se detecta enfermedad mínima residual (EMR), se podría deducir que hay más posibilidad de recurrir. Por ello, Felip apuntaba a observar indicadores como la EMR teniendo en cuenta su valor pronóstico, aunque detallando que hacen falta todavía estudios prospectivos para determinarlo; en aquellos casos de cáncer de pulmón que se observe esta posibilidad de recurrencia, la experta señalaba que el uso de tratamientos inmunoterápicos como durvalumab podrían ser una herramienta de utilidad.

Cáncer de mama

Por su parte, Luis de la Cruz, jefe de Servicio de Oncología Médica en el Hospital Virgen de la Macarena (Sevilla), indicaba que en el cáncer hay un proceso de inmunoedición compuesto por diferentes fases que permitiría ver en qué situación se encuentra el tumor en cada caso. Bajo su punto de vista, lo más interesante acerca de este punto es que la inmunoterapia está demostrando que este proceso puede ser revertido, lo que también se observa en cáncer de mama. Pero para De la Cruz, lo más relevante es hallar el ‘talón de Aquiles’ de cada tumor.

En cáncer de mama, este sería que los tumores son muy sensibles a la quimioterapia, por la muerte celular que este tratamiento provoca; por ello, se ha visto en estudios que esta localización se beneficiaría especialmente de la combinación de quimioterapia e inmunoterapia (pembrolizumab), suma con la que se han visto buenos resultados en tasas de remisión completa. En el caso del cáncer de mama triple negativo (el más agresivo de la especialidad), el experto apuntaba a observar si con tratamientos de inmunoterapia realmente se consigue supervivencia libre de eventos, como ya se ha visto que se puede lograr a 12 meses. En este caso, si se encontrase relevancia estadísticamente significativa, opinaba que el combo de quimioterapia y pembrolizumab se establecería como estrategia de tratamiento.

Tumores digestivos

Desde el Servicio de Oncología Médica del Hospital de Elche, Javier Gallego aseveraba que en tumores digestivos, la enfermedad precoz parece el escenario ideal para la inmunoterapia. Aquí, exponer al máximo los tumores al tratamiento de inmunoterapia y aplicar este tipo de terapia alrededor de una estrategia radical, quirúrgica en la mayoría de los casos, puede resultar determinante, exponía Gallego. También, instaba a dilucidar si la inmunoterapia tiene un mejor perfil de seguridad que la quimioterapia en este tipo de tumores, sobre lo que parece que empiezan a registrarse datos.

Pero para Gallego, si hay un punto en el que profundizar en cuanto a tumores digestivos es en los biomarcadores; por el momento cree que a nivel metodológico hay muchos aspectos que pulir, puesto que no están fijados aspectos tan importantes como el paciente al que no se puede dejar de tratar con inmunoterapia. Así, definir estos puntos sería de gran utilidad en la selección de tratamientos.

Cáncer urotelial

Respecto al cáncer urotelial, Enrique Grande, jefe del Servicio de Oncología Médica de MD Anderson Cancer Center Madrid, aseveraba que en esta disciplina, la inmunoterapia ya es una realidad. Por ejemplo, precisaba que el cáncer de vejiga ha cambiado muchísimo en los últimos años y que ahora es momento de posicionar cada tratamiento y ver hacia donde dirigirlos.

En este contexto, nuevos fármacos como los antibody conjugates están teniendo un alto impacto en la supervivencia, según el experto. En definitiva, Grande manifestaba que es crucial el trabajo conjunto entre todos los especialistas para ofrecer el mejor tratamiento en cada caso, teniendo en cuenta que la inmunoterapia, cuanto antes se aplique, mejores resultados reporta. Por ello, señalaba que aunque marcadores como el PD-L1 positivo pueden indicar un factor pronóstico, no son predictores de respuesta, instando a administrar este tratamiento en fases tempranas antes de que el paciente se deteriore.


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