La innovación es una de las aristas más importantes del sistema sanitario, y para hablar de la situación actual y de los retos presentes y futuros, Gaceta Médica ha hablado con Julio Mayol, catedrático de Cirugía y jefe de la Unidad de Innovación del Instituto de Investigación Sanitaria San Carlos (IdSSC).

Pregunta. ¿Qué avances se han dado en el campo de la innovación médica en cuanto a terapias y tratamientos?

Respuesta. Se han producido grandes avances en terapias en innovación farmacológica, particularmente en el área de la hepatitis C, con la aparición en los últimos años de tratamientos que curan la enfermedad, además de toda la irrupción de la inmunoterapia para el tratamiento de muchas patologías y particularmente para el tratamiento del cáncer.

P. ¿Y los avances en cuanto a técnicas?

R. Las técnicas, de hecho, han avanzado mucho más que las terapias, porque se han hecho mucho menos invasivas. Han aparecido las cirugías mínimamente invasivas y especialmente la cirugía guiada por imagen y la robotización de muchos procesos y procedimientos que aumentan la seguridad y la precisión para el paciente.

P. ¿Existe algún problema de implantación en los hospitales de estos tratamientos y técnicas?

R. Siempre existe un problema de en ello. Ninguna implantación se hace sin entrenamiento y adecuada formación de las personas ni sin haber analizado adecuadamente los costes, como la implantación puede afectar el funcionamiento del propio sistema.

Para que todo esto se implante, tiene que estar demostrado que es seguro y eficaz. Además, tiene que entrenarse y formarse a las personas que utilizan estas nuevas tecnologías, tanto si son farmacológicas como si es tecnología de dispositivo y a continuación, hay que ver cómo se utiliza el presupuesto que ya se tiene, y eso supone: o tener más presupuesto o dejar de hacer unas cosas para hacer otras.

P. ¿Cuáles serían las posibles soluciones para implementar técnicas?

R. Primero tenemos que empezar a decidir qué tenemos que dejar de hacer, eso que no produce ningún beneficio a los pacientes. Ese es el principal punto de ataque para poder incorporar mejor la innovación.

Hay toda una estrategia para dejar de hacer cosas. Las sociedades científicas tienen grandes listados de procedimientos que no sirven para nada a los pacientes y, sin embargo, cuesta mucho que eso se ponga en marcha. De hecho, el ministerio de Sanidad tiene una estrategia de qué no hacer, pero es complejo avanzar en ello.

P. ¿Qué retos deben afrontar los profesionales sanitarios en el ámbito de la innovación?

R. Es importante cambiar la manera de pensar. Innovar es dejar abandonada manera de pensar y asumir otra. La mayoría de los seres humanos queremos hacer más de lo mismo, nos cuesta mucho cambiar.

Sin embargo, cuando la innovación nos permite solucionar nuestros problemas, la incorporamos rápidamente, por eso la innovación tiene que estar diseñada desde la necesidad y los problemas no resueltos de pacientes y profesionales.

P. ¿Cuáles cree que serán las principales líneas estratégicas para desarrollar en los próximos años en el área de la Innovación?

R. Es difícil saberlo. La inteligencia artificial y la utilización de grandes cantidades de datos nos debería servir para desarrollar soluciones que fueran, no sólo más efectivas, sino sobre todo más seguras y personalizadas para cada tipo de paciente.

Sin embargo, todavía estamos alejados, particularmente en el sistema sanitario español, de tener una estrategia integral de innovación para la mejora de los resultados en salud en nuestros conciudadanos.

P. ¿Será necesario transformar la formación de los profesionales sanitarios para adecuarse a las últimas innovaciones?

R. Hay que transformar la educación de todos los sectores, empezando mucho antes de los profesionales sanitarios. Debemos hacerlo desde los niveles más básicos, para que podamos tener personas que sean capaces de entender la tecnología así como de analizar críticamente los resultados que obtenemos.


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