Un estudio llevado a cabo por el Hospital Gregorio Marañón y el Instituto de investigación del Sida IrisCaixa ha demostrado que cinco personas infectadas por VIH presentan actualmente un reservorio intedectable del virus tras recibir un trasplante de células madres.
El estudio incluyó a seis participantes que habían sobrevivido al menos dos años después de recibir el trasplante alogénico para superar un cáncer hematológico.
“Hemos observado que el reservorio VIH es indetectable en cinco de los seis . A medida que pasaba el tiempo tras el trasplante, la sangre del receptor y su neoplasia iba cambiando por la sangre del donante sano. Durante ese cambio progresivo algunos desarrollan injerto contra receptor pero en todos vimos que el reservorio de VIH iba desapareciendo hasta que se hacia indetectable en sangre tras mas de dos años de seguimiento”, explica a GM José Luis Díez Martín, jefe del servicio de Hematología del Hospital Gregorio Marañón. Además, en uno de los participantes, los anticuerpos virales habían desaparecido por completo siete años después. Tras el trasplante, todos los participantes mantuvieron el tratamiento antirretroviral y lograron la remisión de su enfermedad hematológica tras la retirada de los fármacos inmunosupresores.
“La trascendencia de esta investigación es que el responsable de la disminución de ese reservorio (que no se observa con ningún otro tipo de tratamiento para el VIH) se debe a la inmunidad sana del injerto sano. Este mecanismo puede ser utilizado en otro contexto distinto al trasplante hemapoyético y alogénico en un contexto autólogo o como inmunoterapia de células T para exportar el tratamiento de este mecanismo a un mayor número de pacientes”, señala el hematólogo. El siguiente paso será realizar un ensayo clínico, controlado por médicos e investigadores, para interrumpir la medicación antirretroviral y observar si el virus vuelve al cabo de seis meses o un año. “Habría que hacerlo en el contexto de un ensayo clínico controlado con una monitorización exhaustiva para ver si vuelve ese virus y estamos pensando en hacer algún tratamiento adicional para que en el caso de volver el virus en estos paciente se minimicen los peligros”.
El único participante con un reservorio detectable recibió un trasplante de sangre de cordón umbilical y tardó 18 meses en reemplazar sus células por las del donante.
Timothy Brown
El estudio se basa en el caso de El Paciente de Berlín: Timothy Brown, una persona con VIH que en 2008 se sometió a un trasplante de células madre para tratar una leucemia. El donante tenía una mutación llamada CCR5 Delta 32 que hacía que sus células sanguíneas fueran inmunes al VIH, ya que evita la entrada del virus en ellas. Brown dejó de tomar la medicación antirretroviral y hoy, 11 años después, el virus sigue sin aparecer en su sangre. Se le considera la única persona en el mundo curada del VIH. Desde entonces, los científicos investigan posibles mecanismos de erradicación de virus asociados con el trasplante de células madre.
En el caso de este estudio “estos trasplantes son distintos al Brown al no tener la mutación CCR5 ya que solo está en el uno por ciento de los posibles donantes de médula”, concluye.