El primer receptor español del dispositivo de visión artificial Iris II, como parte de un ensayo clínico europeo con diez participantes, ha empezado a ubicar objetos, cuando se cumple medio año de la implantación del chip de retina, ha explicado en un comunicado este jueves el Instituto de Microcirugía Ocular (IMO), que participa para probar la eficacia de esta prótesis biónica.
En enero realizó la cirugía el investigador principal del proyecto en IMO, Borja Corcóstegui, al paciente Francisco Mulet, invidente desde hace más de 30 años debido a una retinosis pigmentaria, y este mes ha concluido la primera etapa del estudio localizando objetos gracias a la percepción de puntos de luz. El paciente sigue trabajando para identificarlos progresivamente mediante un exigente programa de reeducación visual, cuya duración prevista es de 18 meses, con posibilidad de ampliarse el seguimiento otro año y medio, con el objetivo de que el paciente aprenda a interpretar los estímulos luminosos que recibe y, así, logre “ver” con el sistema de visión artificial desarrollado por la compañía Pixium Vision.
Este sistema consta de una mini-cámara instalada en unas gafas especiales que imitan el funcionamiento del ojo humano y envían la información capturada en forma de infrarrojos a un procesador, el cual permite realizar ajustes de zoom y brillo, entre otros, así como seleccionar diferentes modos de visión. Los datos llegan al chip implantado en la retina, que, a través del nervio óptico, transmite las señales de imagen al cerebro.
Para sacar el máximo rendimiento de esta tecnología compleja, se trabaja en sesiones semanales de unas cinco horas en las que se monitoriza con precisión la dirección de la mirada del paciente y la activación de cada uno de los 150 electrodos que componen el chip –el triple que modelos anteriores–, mientras realiza ejercicios para distinguir materiales de varias formas y tamaños, con diferentes tipos de contrastes y movimientos.