“El cáncer es el mayor problema sanitario del mundo occidental”. Con esta afirmación como punto de inicio, Rafael López, presidente de la Fundación ECO remarcaba la urgencia de encontrar soluciones para lograr que las terapias innovadoras estén disponibles cuanto antes. Como explicaba el experto durante la presentación del informe el informe ‘Reflexión sobre la situación actual de España y posibles áreas de mejora en el acceso de los pacientes a la innovación oncológica’, impulsado por la Fundación ECO y elaborado por la consultora especializada Iqvia, “atravesamos un momento espectacular en términos de innovación y esto es solo la punta del iceberg: todos tenemos la sensación de que en los próximos años va a avanzar de una manera exponencial”. Por ello, López considera de especial importancia monitorizar los datos de aprobaciones y financiación de fármacos oncológicos, para ver en qué aspectos se puede mejorar.
En este sentido, el informe pretende servir de base para cambiar los modelos y lograr fórmulas que agilicen la llegada de nuevas alternativas terapéuticas a los pacientes.
Demoras en la financiación
José Luis Fernández, Senior Vicepresident & General Manager en Iqvia EMEA, ponía de manifiesto “la incidencia en cáncer en España es similar a otros países del entorno, la mortalidad es menor pero el gasto destinado a esta especialidad es también inferior”. Aquí, llamaba a tener en cuenta que nuestro país tiene “un liderazgo científico que no corresponde con la disponibilidad de la innovación oncológica”. Según los datos recogidos en el informe, España es el país con un mayor número de ensayos clínicos en Oncología y, junto con Italia, son los dos países con mayor proporción de estudios en este área.
Sobre esta idea abundaba Jesús García Foncillas, vicepresidente de la Fundación ECO, apuntando que “la única manera para doblegar el impacto en mortalidad es la disponibilidad de la innovación oncológica”. “En un contexto de comparación con los países de nuestro entorno analizados -Alemania, Francia, Portugal, Italia y Reino Unido- hay que plantear dónde está esa innovación y cómo se incorpora respecto a otros países”, precisaba. Los datos muestran una gran diferencia en cuanto al promedio de días que los pacientes esperan para que un medicamento esté disponible en función del país: de los 133 que tarda Alemania a los 517 días en España. Esta situación es similar en Oncología, ya que mientras Alemania ha logrado disminuir el tiempo de financiación desde los 127 hasta los 100 días en el periodo 2017-2020, en España en este mismo rango la demora se ha incrementado de los 414 que se tardaba en financiar fármacos para cáncer en 2017 hasta los 469 en la actualidad; en concreto, según los datos recogidos en el informe, sólo el 61% de fármacos oncológicos cuentan con financiación en nuestro país frente al 100% de Alemania, que es el país analizado que mejores cifras reporta.
Durante la presentación se ponía de manifiesto que, aunque España está muy bien posicionada en términos de investigación, este liderazgo no se extrapola a los tiempos de acceso a la innovación en oncología
Estas diferencias se pueden explicar por los diferentes modelos de financiación entre países. En Alemania la innovación se incorpora tan pronto la Agencia Europea del Medicamento (EMA) aprueba un medicamento y como explicaba García Foncillas “otros países como Francia y Reino Unido cuentan con una vía de incorporación acelerada por la cual sus sistemas sanitarios pueden disponer de aquellas terapias en las que los datos hayan demostrado su eficacia”.
¿Sostenibilidad vs. Disponibilidad?
“Entendemos que el sistema sanitario tiene que ser sostenible, pero esto no debería chocar con el acceso a la innovación en Oncología”, aseveraba García Foncillas. “Desde la Unión Europea, hay un objetivo de que todos los países tengamos acceso a estas terapias, ¿por qué en la EMA no se ponen restricciones y cuando llega el fármaco en cuestión a España, sí las hay?”, planteaba el experto.
Por su parte, Carlos Camps, director de Programas Científicos de la Fundación ECO, aludía a la percepción que tienen los pacientes sobre las demoras en acceso. “Los pacientes están mostrando mucho interés en acceder a los ensayos clínicos como posible solución a su enfermedad, y en este contexto hay que tener en cuenta que en estos ensayos hay también un brazo de control o que no se realizan en todos los hospitales”, precisaba. Esto puede estar justificado porque además de que existan demoras, como detallaba Camps, “el tiempo que tarda en financiarse un fármaco ha aumentado a un ritmo anual promedio del 6,4 por ciento en 23 años”.
Los expertos se preguntan por qué mientras la EMA presenta evidencia para hacer que un fármaco esté disponible, al llegar al proceso de financiación en España surgen restricciones
Prioridades y soluciones
Los expertos a los que se consultó en la elaboración de este informe coincidieron en que las prioridades son incrementar la participación de los clínicos, sociedades científicas y pacientes en los procesos de evaluación; lograr procesos de negociación de precios más transparentes y con unos criterios bien marcados; asegurar que haya suficientes recursos; crear mecanismos de financiación específicos para la innovación y separar o mejorar la conciliación entre las funciones de evaluación, financiación y compra de medicamentos.
Pero, además de las barreras detectadas, el informe incluye también recomendaciones para solventar los principales problemas. En este sentido, sugieren crear un órgano independiente con participación de clínicos; mejorar la transparencia y establecer criterios que permitan una decisión nacional vinculante; fomentar la participación de los pacientes y su adecuada formación; buscar modelos que permitan acelerar el acceso a la innovación; crear grupos de colaboración regionales que garanticen el uso equitativo del fármaco independientemente de las comunidades autónomas y aumentar la inversión en sanidad y valorar la creación de fondos para medicamentos de alto impacto.