El especialista del Servicio de Cirugía General del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa de Sevilla, Daniel Díaz Gómez, ha realizado una cirugía mínimamente invasiva de las glándulas paratiroides gracias a la incorporación de dos nuevas técnicas, con las que se aumentan las garantías de curación del paciente y se minimiza el proceso de recuperación tras la intervención.
En concreto, consiste en un estudio radiológico previo con un TAC 4D, que ayuda a localizar la o las glándulas enfermas, y un estudio intraoperatorio para determinar ‘in situ’ los niveles de paratirina –hormona producida por las paratiroides–, lo que posibilita conocer cómo cambian estos niveles tras extirpar el tejido enfermo.
Así, como señala el especialista, la intervención se ha desarrollado con éxito, ya que se ha logrado localizar la glándula enferma de forma satisfactoria, tras su extirpación ‘in situ’ se ha comprobado que los niveles de la hormona se normalizaban, permaneciendo con posterioridad los niveles de calcio normales. De esta forma, Díaz Gómez asegura que “la enfermedad se ha curado”, requiriendo tan sólo 24 horas de hospitalización.
La paciente intervenida padecía una patología que se llama hiperparatiroidismo primario, una enfermedad de las glándulas paratiroides, que por sus reducidas dimensiones –del tamaño de una lenteja—, la variabilidad del número de glándulas que tiene cada paciente y su difícil localización, complica a los especialistas un diagnóstico certero previo a la intervención, dado que no existe una prueba diagnóstica que indique con total seguridad antes de la cirugía cuántas glándulas tiene el paciente, ni su localización anatómica exacta ni cuáles de ellas están enfermas.
Según explica Daniel Díaz Gómez, la consecuencia del hiperparatiroidismo es un trastorno del metabolismo del calcio, que a largo plazo puede producir un deterioro de otros óranos implicados, principalmente los huesos y el riñón. Por tanto, es frecuente que se precise la cirugía para solucionar el problema que pueda desencadenarse a largo plazo, intentando extirpar quirúrgicamente todo el tejido paratiroideo enfermo.
Hasta el momento, se realizaba una cirugía abierta en la zona del cuello para intentar localizar todas las glándulas, determinar por su aspecto cuáles de ellas eran normales o patológicas y confiar en que no quedara glándulas enfermas ubicadas en otra situación poco habitual, por lo que este avance supone no sólo una garantía de éxito de la intervención sino una mejora para el paciente, disminuyendo los tiempos de ingreso y recuperación posoperatoria.
En la intervención, han participado el Servicio de Radiología –previo a la cirugía–, Laboratorio de Análisis Clínicos y Anatomía Patológica –durante la cirugía—y el Servicio de Cirugía General del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa de Sevilla.