Más de 5.000 personas fueron diagnosticadas con melanoma en el año 2015 en España, un número que se prevé que continúe aumentando de forma exponencial en los próximos años, concretamente un 10 por ciento anual durante al menos los próximos 20 años. La buena noticia es, apunta Pilar López Criado, oncólogo médico de MD Anderson Cancer Center Madrid, que “este aumento de la incidencia no se traduce en un incremento de la mortalidad gracias al mayor número de diagnósticos de forma precoz y a la mejora en los tratamientos”.
En el apartado de los tratamientos, la inmunoterapia ha sido, sin lugar a dudas, la gran revolución. Un hito que ha permitido mejorar el abordaje de este tipo de cáncer de piel, pero que también se está extendiendo a otros tipos de tumores. Como explica López Criado, el melanoma ha sido la punta de lanza de la irrupción de las terapias que activan el sistema inmune del paciente para que combata las neoplasias. “En el melanoma —señala esta experta—, y otros tumores, como los de pulmón, que tienen un mayor número de mutaciones, es decir, una elevada tasa mutagénica, la inmunoterapia genera una gran reacción de antígenos en la sangre, lo que, a su vez, permite provocar una buena reacción por parte del sistema inmune”.
En el futuro, destaca esta experta, llegarán nuevas forma de inmunoterapia y nuevas combinaciones entre estas. Asimismo, otra de las líneas de investigación más prometedoras son las vacunas. Como explica López Criado, la idea es unir fragmentos del ADN tumoral con fragmentos genéticos de un virus (ensamblaje que se lleva a cabo mediante ingeniería genética), para generar una respuesta en el organismo. “Ya hay en marcha estudios sobre todo para prevenir en enfermedad ganglionar positiva —agrega esta experta—. Una de las grandes ventajas es que las vacunas son tratamientos menos tóxicos, menos agresivos”.
El pasado 13 de junio se celebró el Día Europeo de la Prevención del Cáncer de Piel. La Fundación MD Anderson ha puesto en marcha la campaña “El mejor regalo, tu piel”. La campaña está dirigida fundamentalmente a padres con niños ya que el 80 por ciento del daño solar se produce antes de los 18 años
