En el marco del seminario de SEOM ‘Entendiendo el cáncer en estadio precoz’, José María Borrás, coordinador científico de la Estrategia en Cáncer del Sistema Nacional de Salud ha abordado los retos futuros y la situación de los cribados del cáncer, donde ha remarcado la importancia del conocimiento entre el cribado poblacional y el diagnóstico rápido. El primero se dirige a una población diana con unas características concretas y su objetivo es poder identificar la enfermedad en las etapas más iniciales, antes de la aparición de síntomas y el segundo se refiere a cuando ya han aparecido los síntomas y la enfermedad está en una etapa invasiva.

“Es fundamental que la población tenga en cuenta las diferencias entre cribado poblacional y el diagnóstico rápido”

Jose María Borrás, coordinador científico de la estrategia en Cáncer del Sistema NAcional de Salud

Además, ha señalado que el cribado poblacional es la manera óptima de realizar este diagnóstico del cáncer antes de que se manifiesten los síntomas. De este modo, se mejora la equidad de acceso al programa y permite un monitoreo de los procesos y de los resultados clínicos. Asimismo, con este cribado se reduce el estadio en el diagnóstico y hace más probable el tratamiento conservador y una reducción de la mortalidad específica. No obstante, ha apuntado que los cribados no están exentos de problemas como el sobrediagnóstico y el impacto de los falsos positivos, así como la falsa seguridad de riesgo en los falsos negativos.

Cribados poblacionales

Hoy en día, en España y en Europa hay implementados tres cribados poblacionales: cáncer de mama, cáncer de colon y cáncer de cuello uterino. En cuanto al cáncer de mama, este tamizaje se realiza mediante una mamografía cada dos años en mujeres entre 50 y 69 años; en cáncer de colon y recto se realiza mediante la detección de sangre oculta en las heces y en el cáncer de cuello uterino mediante la detección de HPV en combinación con la vacuna HPV. Por otro lado, el profesional ha asegurado que se está trabajando para la incorporación de dos nuevos cribados: cáncer de pulmón y cáncer de próstata.

tres cribados poblacionales: cáncer de mama, cáncer de colon y recto y cáncer de cuello uterio

De hecho, el especialista ha definido las líneas de trabajo en el cribado pulmonar. Borrás ha abogado por definir y acotar a la población de riesgo que tenga hábitos insalubres como puede ser el hábito tabáquico, la definición del tamaño de los nódulos y la manera de leer e interpretarlos de forma asistencial. Asimismo, ha destacado la importancia del impacto asistencial, el coste y los aspectos éticos para poder hacer un cribado eficiente y eficaz. Por otro lado, en cuanto al cribado del cáncer de próstata el coordinador científico ha señalado que es necesario una definición clara de la estrategia de cribado ante la proliferación de las pruebas de PSA. Además, ha declarado que el futuro del cribado pasa por estratificar el riesgo, de tal manera que conllevaría mejoras en la eficiencia del proceso y la eficacia del mismo.

Retos pendientes

Por último, ha definido los retos pendientes en los que ha hecho especial hincapié en el sobrediagnóstico y sobretratamiento y el papel del cribado oportunista desde una perspectiva individual. Borrás ha planteado la pregunta si este cribado oportunista tiene un rol positivo desde una perspectiva individual. “hay que ver si es suficiente este cribado oportunista o sólo debemos defender el beneficio poblacional y la equidad”, ha expuesto el profesional.

Además, ha añadido que el diagnóstico rápido es una alternativa al cribado poblacional sobre todo en cáncer de mama. “Es más, el cribado poblacional ha cambio totalmente el cáncer de mama en España”, ha subrayado, aunque, ahora, se abre una serie de incógnitas respecto a la gestión de los límites de la edad del cribado. Por ello, ha expuesto la posibilidad de diagnosticar los límites de edad del cribado.


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