Juan Miguel Ruiz Nodar comenta para GACETA MÉDICA los principales resultados del Estudio Ewolution, sobre el cierre de orejuela izquierda en 1.025 pacientes tratados en 47 centros de 13 países con el dispositivo Watchman, de Boston Scientific.
Pregunta. ¿En qué consiste el cierre de orejuela izquierda?
Respuesta. Es una técnica para cerrar precisamente el lugar en el que se forman más trombos en los pacientes con fibrilación auricular. En muchos pacientes, la solución es que tomen Sintrom o alguno de los nuevos anticoagulantes orales de acción directa. Pero el problema es que estos tratamientos pueden tener contraindicaciones. Hay pacientes que sufren hemorragias mayores o que presentan problemas de tolerabilidad. Es a esos caos a los que debe dirigirse la técnica del cierre de la orejuela izquierda. Primero se opta por el tratamiento farmacológico y, si este no funciona o no se puede administrar, esta técnica es una opción.
P. ¿Cuáles son a su juicio los datos y las conclusiones más relevantes del Estudio Ewolution?
R. Hay que destacar que se trata de un registro europeo en el que han participado 1.021 pacientes. Se ha visto que, gracias a esta técnica, se cierra la orejuela izquierda de forma eficaz en el 98,5 por ciento de los pacientes. y con una tasa de complicaciones muy baja. La mortalidad ligada a la técnica está por debajo del uno por mil. Es mínima. Actualmente, tenemos datos a tres meses, y habrá que esperar al seguimiento a medio y largo plazo, pero se puede afirmar que esta técnica es muy segura y presenta la misma eficacia que la anticoagulación oral.
P. ¿Cómo está posicionado en las guías el uso de esta técnica?
R. En aquellos pacientes que sufren fibrilación auricular, tienen un alto riesgo de ictus y presentan contraindicación de anticoagulación. Es necesario tener en cuenta que seguramente hay más pacientes con este tipo de contraindicación de lo que creemos. Hay datos que señalan que el 30 por ciento de los pacientes con fibrilación auricular no se están anticoagulando. Han sufrido hemorragias intracraneales asociadas a la medicación, úlceras, ingresos por sangrado… La idea es que no se trata de que esta técnica compita con la anticoagulación. En el paciente con fibrilación auricular, la anticoagulación es el tratamiento ideal. La técnica está dirigida a los pacientes en los que no se puede administrar la anticoagulación.
P. Tras el cierre de la orejuela, ¿los pacientes deben recibir algún tipo de tratamiento farmacológico?
R. Sabemos que el 2,8 por ciento de los pacientes pueden tener trombos alrededor del dispositivo durante los primeros meses. Cuando cerramos la orejuela, dejamos un dispositivo, el Watchman, que tarda entre tres y cinco meses en endotelizarse. Con doble antigregación o con un nuevo anticoagulante oral se reduce el riesgo. En los pacientes que vienen de neurología por un ictus o una hemorragia intracraneal y tienen contraindicada la anticoagulación, administramos tres meses aspirina y clopidogrel, y en los pacientes que vienen de digestivo por úlceras, lo mismo pero durante un mes. Transcurridos esos plazos, solo seguirán tomando medicación los pacientes de neurología, pero no por el dispositivo, sino porque han sufrido un ictus. y se deja uno de los dos antiagregantes de forma crónica.
P. ¿Es fácil de alcanzar la curva de aprendizaje?
R. Sí, es fácil de alcanzar. Boston Scientific cuenta con un completo programa de formación. Se realiza un entrenamiento con ordenadores y simuladores, y luego se llevan a cabo los primeros casos. En primer lugar, la formación se realiza en un centro de referencia con un experto en la técnica. Y luego el experto se desplaza al centro de los especialistas que van a encargarse de implantar el dispositivo. El grado de implementación de la misma está aumentando.