C.M.L. Madrid | viernes, 19 de octubre de 2018 h |

Cuando hablamos de medicina de precisión es inevitable pensar en Real Word Evidence, Real World Data o Big Data. Sin embargo, pensar en estos instrumentos en el campo de la hematología y de la trombosis y la hemostasia no es del todo fácil. Así se puso de manifiesto en el X Congreso Nacional de la SEHH y XXXIV Congreso Nacional de la SETH. Como explica Jordi Fontcuberta, hematólogo del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, la realidad es que lejos de formar parte de la práctica clínica de estas especialidades, la complejidad de muchas de las patologías —muchas son enfermedades raras— hacen que sea difícil emplear estas herramientas. Si bien, “el big data es una herramienta excepcional para conseguir resultados y comparar datos que nos permitan extraer conclusiones más firmes”.

En el campo de la trombosis las expectativas son más pobres, ya que se trata de una enfermedad poligénica compleja y con una fuerte relación gen-gen y gen-ambiente. Sin embargo, “llevar el big data a la clínica supone un esfuerzo de modernización y coordinación sin precedentes a la hora de recoger, almacenar y tratar la información clínica, analítica y genética de los pacientes”, indica Francisco Vidal, del Hospital Vall d’Hebron.

En los últimos años se ha producido una importante implementación de plataformas de secuenciación masiva no solo en centros, también en hospitales como una herramienta más en el diagnóstico molecular. Sin embargo, “hace falta una planificación territorial y temática”, incide el experto.

Además, la dificultad de recopilar información también está presente, debido ala heterogeneidad existente en los sistemas de información y a juicio de Vidal “corresponde al SNS la extracción y conservación de los datos médicos”.