José A. Rodríguez Env. esp. a Washington | viernes, 24 de marzo de 2017 h |

Lower is better” en c-LDL, es decir, “cuanto más bajo mejor”, podría ser el resumen de una de las presentaciones más esperadas y concurridas del reciente 66º Congreso Anual del American College of Cardiology, celebrado en Washington D. C. En los últimos años, los espectaculares resultados obtenidos por los inhibidores de la proproteína convertasa subtilisina/kexina tipo 9 (PCSK9) en la reducción del c-LDL o “colesterol malo” (logra bajar este colesterol un 59 por ciento extra a la reducción ya conseguida con estatinas) conducían a la pregunta fundamental: ¿qué beneficios aporta para la salud cardiovascular de los pacientes? Una cuestión que parece haber respondido con contundencia el estudio fase 3 Fourier (Further Cardiovascular OUtcomes Research with PCSK9 Inhibition in Subjects with Elevated Risk), que ha evaluado si el tratamiento con evolocumab (Repatha, de Amgen) más estatinas, en comparación con placebo más estatinas, reduce los eventos cardiovasculares. Los resultados muestran que evolocumab disminuye un 20 por ciento el riesgo de eventos cardiovasculares mayores duros. En concreto, reduce en un 27 por ciento el riesgo de infarto de miocardio, en un 21 por ciento el riesgo de ictus y en un 22 por ciento el riesgo de revascularización coronaria.

Asimismo, Marc Sabatine, profesor de Medicina en la Harvard Medical School, en Boston, puso el énfasis en que la reducción del riesgo relativo a infarto de miocardio fatal y no fatal o ictus fue del 19 por ciento al primer año y un 33 por ciento a partir del primer año. El estudio se ha prolongado únicamente durante 2,2 años, aunque este experto anunció que se seguirán “a unos 6.000 pacientes para observar los resultados a más largo plazo”.

Cabe destacar que los 27.564 pacientes que participaron en el estudio eran de elevado riesgo (antecedentes de infarto de miocardio, ictus o enfermedad arterial periférica sintomática) y estaban en tratamiento optimizado con estatinas. Presentaban una mediana basal de LDL de 92mg/dl, no muy lejos de los 70 mg/dl que recomiendan las actuales guías. Con este fármaco, el 87 por ciento de los pacientes lograron bajar de 70 mg/dl, mientras que la mediana del c-LDL se redujo a 30 mg/dl. Como explicó Fernando Civeira, jefe de la Unidad de Lípidos y Arterioesclerosis del Hospital Miguel Servet de Zaragoza, “nunca habíamos dispuesto de unos datos como estos, es decir, de qué ocurre cuando se baja tanto el colesterol”. Como añadió este experto, “los médicos no tratamos el colesterol, sino el riesgo cardiovascular, y el estudio refuerza la teoría lípidica, segun la cual, cuanto más bajos sean los niveles de LDL, mejor para el paciente”.

Estudios Spire

Durante el congreso también se presentaron datos de los estudios Spire- 1 y Spire-2, con bococizumab (que estaba siendo investigado por Pfizer, pero cuyo desarrollo ha sido interrumpido). Unos datos de gran importancia porque, en estos estudios, bococizumab (un anti-PCSK9 humanizado, a diferencia de evolocumab, que es totalmente humano) ha demostrado que en pacientes de alto riesgo y más de 100 mg/dl de c-LDL, reduce los eventos cardiovasculares en un 21 por ciento. Un nuevo aval para el “lower is better”. El problema, señaló Paul Ridker, cardiólogo del Brigham and Women’s Hospital, “es que el efecto se reduce con el tiempo en un 10-15 por ciento de los pacientes debido al desarrollo de anticuerpos”. Como destacó Valentín Fuster, director general del CNIC, la suma de pacientes de los tres estudios (Fourier y los dos Spire suman más de 55.000 pacientes) “es muy elevada”, lo que refuerza la validez de los resultados.

Por otro lado, también se presentó un estudio sobre los efectos de elevar el c-HDL, o “colesterol bueno”. Los resultados del fase 2 Carat indican que inyectar una lipoproteína sintética de HDL en pacientes que han sufrido un infarto no reduce el volumen de los depósitos de grasa en las arterias. Un nuevo trabajo que fracasa en el intento de demostrar los beneficios de elevar el c-HDL.

“Lower is better” en c-LDL, es decir, “cuanto más bajo mejor”, podría ser el resumen de una de las presentaciones más esperadas y concurridas del reciente 66º Congreso Anual del American College of Cardiology, celebrado en Washington D. C. En los últimos años, los espectaculares resultados obtenidos por los inhibidores de la proproteína convertasa subtilisina/kexina tipo 9 (PCSK9) en la reducción del c-LDL o “colesterol malo” (logra bajar este colesterol un 59 por ciento extra a la reducción ya conseguida con estatinas) conducían a la pregunta fundamental: ¿qué beneficios aporta para la salud cardiovascular de los pacientes? Una cuestión que parece haber respondido con contundencia el estudio fase 3 Fourier (Further Cardiovascular OUtcomes Research with PCSK9 Inhibition in Subjects with Elevated Risk), que ha evaluado si el tratamiento con evolocumab (Repatha, de Amgen) más estatinas, en comparación con placebo más estatinas, reduce los eventos cardiovasculares. Los resultados muestran que evolocumab disminuye un 20 por ciento el riesgo de eventos cardiovasculares mayores duros. En concreto, reduce en un 27 por ciento el riesgo de infarto de miocardio, en un 21 por ciento el riesgo de ictus y en un 22 por ciento el riesgo de revascularización coronaria.

Asimismo, Marc Sabatine, profesor de Medicina en la Harvard Medical School, en Boston, puso el énfasis en que la reducción del riesgo relativo para infarto de miocardio fatal y no fatal o ictus fue del 19 por ciento al primer año y un 33 por ciento a partir del primer año. El estudio se ha prolongado únicamente durante 2,2 años, aunque este experto anunció que se seguirán “a unos 6.000 pacientes para observar los resultados a más largo plazo”.

Cabe destacar que los 27.564 pacientes que participaron en el estudio eran de elevado riesgo (antecedentes de infarto de miocardio, ictus o enfermedad arterial periférica sintomática) y estaban en tratamiento optimizado con estatinas. Presentaban una mediana basal de LDL de 92mg/dl, no muy lejos de los 70 mg/dl que recomiendan las actuales guías. Con este fármaco, el 87 por ciento de los pacientes lograron bajar de 70 mg/dl, mientras que la mediana del c-LDL se redujo a 30 mg/dl. Como explicó Fernando Civeira, jefe de la Unidad de Lípidos y Arterioesclerosis del Hospital Miguel Servet de Zaragoza, “nunca habíamos dispuesto de unos datos como estos, es decir, de qué ocurre cuando se baja tanto el colesterol”. Como añadió este experto, “los médicos no tratamos el colesterol, sino el riesgo cardiovascular, y estudio refuerza la teoría lípidica, segun la cual, cuanto más bajos sean los niveles de LDL, mejor para el paciente”.

Durante el congreso también se presentaron datos de los estudios Spire- 1 y Spire-2, con bococizumab (que estaba siendo investigado por Pfizer, pero cuyo desarrollo ha sido interrumpido). Unos datos de gran importancia porque, en estos estudios, bococizumab (un anti-PCSK9 humanizado, a diferencia de evolocumab, que es totalmente humano) ha demostrado que en pacientes de alto riesgo y más de 100 mg/dl de c-LDL, reduce los eventos cardiovasculares en un 21 por ciento. Un nuevo aval para el “lower is better”. El problema, señaló Paul Ridker, cardiólogo del Brigham and Women’s Hospital, “es que el efecto se reduce con el tiempo en un 10-15 por ciento de los pacientes debido al desarrollo de anticuerpos”. Como destacó Valentí Fuster, director general del CNIC, la suma de pacientes de los tres estudios (Fourier y los dos Spire suman más de 55.000 pacientes) “es muy elevada”, lo que refuerza la validez de los resultados.

Por otro lado, también se presentó un estudio sobre los efectos de elevar el c-HDL, o “colesterol bueno”. Los resultados del fase 2 Carat indican que inyectar una lipoproteína sintética de HDL en pacientes que han sufrido un infarto no reduce el volumen de los depósitos de grasa en las arterias. Un nuevo trabajo que fracasa en el intento de demostrar los beneficios de elevar el c-HDL.

SEGURIDAD

Es evidente que, aunque muchos pacientes presentan elevados niveles de c-LDL, esta forma de colesterol es necesaria para el organismo. Por eso también se esperaban con expectación los resultados del estudio Ebbinghaus, en el que se incluyeron 1.974 pacientes del Fourier, para observar si reducir de una forma tan importante el colesterol puede tener efectos neurocognitivos negativos. Estudios previos habían sugerido que los pacientes que tomaban anti-PCSK9 presentaban más efectos de este tipo que los que tomaban placebo. En el Ebbinghaus, los pacientes completaron el Cambridge Neuropsychological Test Automated Battery. Y no se observó evidencia de que este fármaco cause pérdida de memoria u otras alteraciones cognitivas.