C. S. Madrid | viernes, 14 de octubre de 2016 h |

La Sociedad Española de Cardiología (SEC) y la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) han trabajado conjuntamente durante dos años en la elaboración del Primer Documento de Consenso sobre déficit de hierro (DH) en pacientes con insuficiencia cardiaca (IC), y en el que se propone un protocolo de actuación diagnóstica y terapéutica.

“El motivo de todo esto es que cada vez son más importante las comorbilidades asociadas a la IC y estas provocan mayor morbilidad y mortalidad”, explica a GM Nicolás Manito, jefe de la Unidad de Insuficiencia Cardíaca y Trasplante del Hospital Universitario de Bellvitge.

Se ha realizado entre dos sociedades científicas porque, como afirma el experto, cada vez se están viendo más pacientes de edades avanzadas con más comorbilidades. “Desde hace unos años, tenemos un escenario en el que hay pacientes que generalmente tienen IC y, de entre otras patologías asociadas, DH, lo que facilita que se cansen mucho más, estén más débiles y frágiles y tengan sobre todo más ingresos y reingresos hospitalarios”, destaca el especialista, a la vez que afirma que en estos momentos, es la causa de ingreso número uno en los hospitales españoles.

Guías europeas

En línea con las recomendaciones europeas recogidas en las Guías 2016 de IC de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) para el diagnóstico y tratamiento de la IC aguda y crónica, el Documento recomienda el tratamiento por vía endovenosa con hierro carboximaltosa (HCM), al constatar que mejora de forma más rápida y significativa la capacidad física y la calidad de vida de los pacientes con IC sistólica.

“En las últimas guías, las páginas dedicadas a comorbilidades han aumentado el doble respecto a las anteriores, dejando patente que cada vez es más importante tener presente todas las comorbilidades de estos pacientes, ya que condicionan el pronóstico”, advierte Manito, quien vuelve a incidir en que una de las más importantes es la que se refiere a la anemia y al DH.

El documento consta de tres partes. En la primera, se remarca la importancia del DH en estos pacientes y sus consecuencias; en la segunda, se habla del diagnóstico y se propone un algoritmo para su realización y, la tercera, se explica cómo se ha de tratar.

El 50 por ciento de los pacientes con IC tienen DH y cuando hablamos de pacientes agudos la cifra puede ascender hasta el 70 por ciento”, apostilla.

Manito remarca que la recomendación del HCM “es importante, sólida y muy consistente, basada en dos estudios muy potentes —FAIR-HF6 y Confirm-HF7, dos ensayos doble ciego, controlados con placebo— que han demostrado una mejora en la capacidad funcional de los pacientes y su calidad de vida”. Además, la aplicación del tratamiento es rápido (menos de una hora) y no presenta reacciones alérgicas significativas.

El tratamiento por vía oral puede tardar meses en alcanzar el éxito, cuando lo que necesitamos en estos casos es un tratamiento rápido en donde se vea una subida rápida de los niveles de hierro en sangre”, agrega el experto.

En resumen, tal y como menciona Manito, “para tratar hay que diagnosticar y para diagnosticar hay que saber primero cómo hacerlo”. De entre los retos que todavía quedan por solucionar, como asegura el facultativo, es encontrar la manera de reducir las hospitalizaciones y saber cómo abordar aquellas situaciones que llevan a los ingresos, además de aplicar los tratamientos que han demostrado mayor eficacia, especialmente en este aspecto y en la mejora de la calidad de vida de los pacientes.