Las neoplasias malignas de células B constituyen, junto al mieloma múltiple y las neoplasias malignas mieloides, las áreas fundamentales en oncología para la compañía Janssen. En ASCO 2022 se presentaron nuevos datos de estudios sobre dos de ellas, linfoma de células del manto (LCM) y leucemia linfocítica crónica (LLC).

José Ángel Hernández Rivas, jefe del Servicio de Hematología del Hospital Universitario Infanta Leonor, en Madrid, explica a GM las novedades del estudio SHINE, una investigación diseñada para pacientes mayores de 65 años con linfoma de células del manto previamente no tratados. Su hospital es uno de los centros españoles que han participado en la investigación.

Los 523 participantes fueron asignados aleatoriamente para recibir ibrutinib o placebo más bendamustina-rituximab (BR) durante un máximo de 6 ciclos de 28 días; los participantes que alcanzaron una respuesta completa o respuesta parcial continuaron recibiendo tratamiento con rituximab de mantenimiento en ciclos alternos de mantenimiento cada dos meses durante un máximo de 12 dosis adicionales.

Los resultados de este estudio en fase 3 muestran que el régimen de combinación de bendamustina-rituximab con ibrutinib redujo significativamente el riesgo de progresión de la enfermedad en pacientes de edad avanzada con LCM sin tratamiento previo.

“Se trata de un estudio con un número de pacientes muy elevado y con una potencia estadística suficiente que confirma que esta combinación logra respecto al estándar un aumento de 2,3 años en la variable principal que se consideró dentro del estudio, la supervivencia libre de progresión”, detalla.

“Hasta ahora era un tipo de linfoma, junto con los linfomas T, que estaban probablemente entre los peores en cuanto a supervivencia”

José Ángel Hernández Rivas

Recuerda también que los pacientes mayores de 65 años no son candidatos a recibir un trasplante de progenitores hematopoyéticos, aunque, realmente es la población con mayor prevalencia en este tipo de linfoma, porque la mediana de presentación es justo en esa edad, con un predominio de varones sobre mujeres.

“Hasta ahora era un tipo de linfoma, junto con los linfomas T, que estaban probablemente entre los peores en cuanto a supervivencia. Con el advenimiento del trasplante, se han conseguido mejores tasas de supervivencia en jóvenes, pero en mayores, sobre todo en primera línea, se producían recaídas precozmente”, advierte.

“Sus resultados han sido publicados recientemente en el New England Journal of Medicine y ponen de manifiesto un aumento sustancial de la supervivencia libre de progresión de hasta 80 meses en un grupo de pacientes que no hay que olvidar que ya son mayores”, remarca.

Hernández Rivas considera que otro de los avances es la consolidación del tratamiento de mantenimiento con rituximab en la rama control, “porque los 52 meses de la rama control de bendamustina-rituximab también son muy interesantes y previamente no obtenidos en esta población de pacientes”. “Si, además, consigues dos años adicionales de supervivencia libre de progresión con el tratamiento con ibrutinib con una disminución del riesgo de progresión o muerte del 25 por ciento respecto a los pacientes tratados con bendamustina y rituximab, la mejoría es sustancial”, subraya.

Asimismo, el hematólogo indica que, hasta la fecha, la supervivencia global, que no era un objetivo primario, resulta muy parecida en ambas ramas, y alude a las declaraciones del autor principal en el encuentro americano, M. Wang, del MDACC de Houston (Texas), que  confiaba en que las diferencias en este sentido se puedan observar a futuro.

Estudio Captivate

Otra de las novedades de ASCO 2022 tiene que ver con el estudio Captivate, en leucemia linfocítica crónica. Lori Parisi, responsable de asuntos médicos de Ibrutinib de Janssen, presentó las novedades principales durante el encuentro “Blood cancer: Taking science from where it was to where it has never been”, en el marco de la reunión anual de la sociedad americana.

Este estudio en fase 2 evalúa el uso de ibrutinib en combinación con venetoclax como posible tratamiento de duración fija en pacientes adultos con leucemia linfocítica crónica sin tratamiento previo. Los resultados presentados este año incluyen un año adicional de seguimiento desde 2022 con todos los pacientes sin tratamiento durante dos años.

Durante el tratamiento, el 79 por ciento de los pacientes lograron una enfermedad mínima residual indetectable en sangre o en la médula ósea

“Se trata de un estudio con dos cohortes y se presentan resultados con la cohorte de duración fija. Todos los pacientes suspenden el tratamiento tras recibir doce ciclos de combinación, con independencia de que se hayan alcanzado o no niveles de enfermedad”, explica Parisi.

Tal y como añade el experto, “se observaron respuestas profundas y sostenidas en pacientes tratados con esta combinación. Con un seguimiento adicional, la tasa de respuesta ahora es del 57 por ciento”.

Durante el transcurso del tratamiento, el 79 por ciento de los pacientes lograron una enfermedad mínima residual indetectable en sangre o en la médula ósea. Además, el tratamiento con la combinación dio como resultado que el 88 por ciento de los pacientes permanecieron vivos y libres de progresión a los tres años, aproximadamente dos años después del final del tratamiento, añade.

Por último, concluye que las tasas de supervivencia libre de progresión y de supervivencia general para pacientes con leucemia linfocítica crónica de alto riesgo fueron similares a las de la población general.


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