Sandra Pulido Madrid | viernes, 15 de febrero de 2019 h |

Un equipo internacional de investigadores liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en colaboración con un grupo de investigación del Instituto Karolinska (Suecia), ha desarrollados dos nuevas vacunas que han conseguido aumentar de una forma “muy potente“ la respuesta celular de células T CD8 frente al virus de la hepatitis C (VHC) en modelos animales.

DREP-HCV, que es como han bautizado a esas vacunas, poseen unas propiedades inmunogénicas y de seguridad, que según señalan los científicos responsables de este estudio, podrían ser idóneas para evitar la enfermedad y su propagación.

“Lo que hemos hecho es generar nuevas vacunas utilizando una estrategia que ya habíamos caracterizado frente a otras enfermedades como el ébola utilizando unos vectores de ADN replicativo que expresa las proteínas más inmunogénicas del virus de la hepatitis C, siendo las primeras vacunas frente a dicho virus que utilizan esta aproximación,”, explica GM Juan García-Arriaza, científico del CSIC en el Centro Nacional de Biotecnología y codirector del trabajo.

Grosso modo, lo que hemos hecho es combinar nuevas vacunas generadas en el laboratorio basadas en ADN replicativo con otra vacuna anterior basada en un vector postiviral (llamada MVA-HCV), y esta combinación ha conseguido aumentar de una forma muy potente la respuesta celular de células T CD8 frente al VHC en un ensayo con ratones”, continúa el investigador. “Lo que hemos hecho en este primer ensayo, es probar cómo de inmunogénicas son estas vacunas”, añade.

Estos nuevos ADN, al autoreplicarse en las células, activan una serie de propiedades inmunológicas que hacen que sean unos candidatos vacunales muy “prometedores”. Por tanto, según han comunicado los investigadores, han demostrado que cuando administran a ratones una primera dosis de DREP-HCV seguida de una dosis de MVA-HCV obtienen respuestas inmunológicas frente al virus de la hepatitis C muy potentes, amplias (frente a diferentes proteínas), de alta calidad (las células activadas secretan un gran número de citoquinas) y duraderas, activándose tanto los linfocitos T CD4 como altos niveles de linfocitos T CD8; así como también anticuerpos frente al virus.

Los resultados de este trabajo refuerzan la posibilidad de que la combinación de las nuevas vacunas DREP-HCV y MVA-HCV pueda ser considerada para luchar con esta enfermedad, puesto que los parámetros inmunológicos activados podrían llevar al control de la infección por el virus de la de la hepatitis C.

“El siguiente paso para probar si estas vacunas son efectivas es realizar un ensayo clínico en pacientes y comprobar si tal y como ocurre en ratones, somos capaces de activar esta respuesta inmune en personas”, puntualiza García-Arriaza.

Hacia 2030

Actualmente, la hepatitis C afecta a más de 71 millones de personas en el mundo y ocasiona unas 400.000 muertes anuales, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). La hepatitis C crónica es la principal causa de cirrosis y del cáncer de hígado.

Aproximadamente, un 15-45 por ciento de las personas infectadas elimina el virus espontáneamente en un plazo de seis meses, sin necesidad de tratamiento alguno. El 60-80 por ciento restante desarrollará infección crónica, y en estos casos el riesgo de cirrosis hepática a los 20 años es del 15-30 por ciento.

La meta de la OMS es que en 2030 se reduzcan los casos en un 90 por ciento y la mortalidad en un 65 por ciento.

“Las terapias de fármacos antivirales actuales son capaces de eliminar el virus en personas infectadas en el 95 por ciento de los casos y son capaces de controlar el virus bastante bien. Pero aun así las terapias antivirales tienen su parte negativa y es que el virus puede volverse resistente y no evita de futuras reinfecciones. Con esto quiero decir que la única estrategia cien por cien efectiva para tratar de controlar una infección viral, y en este caso la hepatitis C, es una vacuna”, concluye el investigador. Mientras tanto, las estrategias de la OMS trabajan en líneas de concienciación, promoción de alianzas y movilización de recursos, formulación de políticas basadas en pruebas científicas y datos para la acción, prevención de la transmisión, y ampliación de los servicios de detección, atención y tratamiento.


Combinación vacunal
La nueva vacuna está basada en ADN replicativo y se ha combinado con otra basada en un vector postiviral



Resultados
Los parámetros inmunológicos activados podrían llevar al control de la infección por el virus