Los expertos en salud respiratoria de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) recuerdan que el tabaquismo está muy presente en la sociedad española, donde el consumo del tabaco ha sido del 27,7 por ciento durante la pandemia de COVID-19 y que fumar conduce al padecimiento de formas de  COVID-19 más grave.

Ante esta situación, es hora “de acelerar la progresión hacia un mundo sin tabaco”, según concluye, precisamente, la Carta al Director “El tabaquismo en la época de la COVID-19: llegó la hora de su extinción”, firmada por Raquel Solano y Paz Vaquero y publicada en la revista Prevención del Tabaquismo, de SEPAR.  

Día Mundial sin Tabaco

SEPAR hace este llamamiento con motivo de la celebración del Día Mundial sin Tabaco, el 31 de mayo, día de concienciación sobre esta enfermedad adictiva y crónica que este año la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha transformado en una campaña de un año de duración, bajo el lema “Comprométete a dejarlo durante la COVID-19”, para ayudar a 100 millones de personas a dejar de fumar.  

En la Carta al Director publicada en Prevención del Tabaquismo se apela a la implicación de los gobiernos: “Si los gobiernos actuaran con una porción del esfuerzo, del vigor y de las subvenciones monetarias que han llevado a cabo para controlar la  COVID-19, se salvarían muchas vidas y se rebajaría la demanda y el uso de los recursos sanitarios”, denuncian sus autores.

“Es fundamental ayudar a los más de 1.300 millones de fumadores que hay en el mundo, que son más vulnerables y también  pueden estar en mayor riesgo de enfermar gravemente por COVID-19, a fin de disponer de los servicios asistenciales que pueden aumentar la probabilidad de éxito al dejar de fumar y acelerar la progresión hacia un mundo sin tabaco”, concluyen. 

Según los autores, “esta pandemia presenta una coyuntura sin precedentes y es una ocasión de ofrecer ayuda al fumador y fortalecer políticas de control del tabaco. Dadas las circunstancias de excepcionalidad actuales, se hace necesario explorar nuevas vías  de asistencia al tabaquismo aprovechando las nuevas tecnologías”.

Entre estas figuran las aplicaciones de teléfonos móviles, redes sociales, líneas telefónicas de ayuda a los fumadores, páginas web para dejar de fumar, entre otras, además de proporcionar consejo breve y accesibilidad a la farmacoterapia para abandonar el tabaco, sin olvidar  los servicios o aplicaciones de telemedicina que permitan al fumador optar por la cesación tabáquica.  

“Aun habiendo una pandemia de COVID-19, enfermedad que ataca principalmente a los pulmones, hay personas que han empezado a fumar ahora, cuando fumar aumenta el riesgo de sufrir COVID-19 grave. Desde Separ, invitan a reflexionar a cada  fumador para que tome conciencia del daño que el tabaquismo le causa a sí mismo y al  conjunto de la sociedad.

“Ahora, más que nunca, es preciso que se planteen dejar de fumar y que pidan ayuda médica, si la necesitan”

Expertos de Separ

Los gobiernos tampoco pueden permanecer indiferentes a esta pandemia de tabaquismo y les pedimos que redoblen sus esfuerzos para la prevención y el tratamiento del tabaquismo, como se ha demostrado que es posible hacer con la COVID-19”, expone Carlos A. Jiménez Ruiz, presidente de SEPAR. 

El tabaquismo en cifras 

El consumo global de tabaco ha disminuido de forma general en el mundo en casi las dos últimas décadas, pasando de haber 1.397.000 millones de personas fumadoras en  el año 2.000 a 1.337.000 millones en 2018, lo que significa que habría 60 millones de  exfumadores más. En Europa, este descenso en el consumo entre las mujeres avanza  más lentamente, según epdata.

En España, una cuarta parte de los hombres son fumadores habituales, frente a casi un 18% de las mujeres, según datos recientes del Ministerio de Sanidad.

Entre los fumadores españoles, el 22% de la población en España afirma fumar a diario, el 2% es  fumador ocasional, mientras que el 25% se declara exfumador.  

Respecto a los cambios en el patrón de consumo de tabaco durante la pandemia se pueden concretar las siguientes consideraciones: a) alrededor del 70% de españoles no  fumaban ni antes de la pandemia ni durante la pandemia, b) el 2,6% de los que  fumaban lo han dejado y c) alrededor del 1,2% han empezado a fumar en este periodo. 

El porcentaje de personas que han aumentado el consumo de tabaco durante la pandemia se encuentra en torno al 5,7%, mientras que el porcentaje de personas que  disminuyen el consumo de tabaco durante la pandemia asciende al 5,5%.

Aunque no ha habido cambios con respecto al sexo, por tramos de edad se ha detectado que a medida que aumenta la edad, aumenta el porcentaje de no consumidores de tabaco y, entre las personas más mayores, lo más habitual es el mantenimiento del consumo sin producirse grandes cambios. Por otra parte, entre las personas más jóvenes se detectan más cambios en los patrones de consumo, siendo superior el porcentaje de jóvenes que abandonan o disminuyen el consumo. 

“El consumo de tabaco es altamente perjudicial para la salud respiratoria y general de cualquier persona. Es muy preocupante que uno de cada cuatro españoles siga  fumando y, aunque un 2,6% se hayan decidido a dejar de fumar durante la pandemia este dato es insuficiente y se pone en evidencia que queda un largo camino por recorrer para vencer este hábito tan nocivo”, afirma el Dr. Jiménez-Ruiz 

Consumo de cigarrillos electrónicos 

En el caso de los cigarrillos electrónicos, Separ indica que la prevalencia de consumo de tabaco previa a la pandemia fue del 3,5% (4% en hombres y 3,1% en mujeres) y ha disminuido de manera estadísticamente significativa durante la pandemia de COVID-19.

Así, durante la pandemia, fumaron cigarrillos electrónicos el 2,3% de la población (2,5% en hombres y 2,7% en mujeres), según la misma encuesta de Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones (OEDA).

Antes y durante la pandemia, el 95,7% de la población de 15 a 64 años no fumaba cigarrillos electrónicos, con un porcentaje similar entre hombres y mujeres. Un 2,4% había disminuido o abandonado este consumo durante la pandemia, un porcentaje  algo mayor en hombres que en mujeres, y el porcentaje de personas que se iniciaron en fumar cigarrillos electrónicos durante la pandemia fue de solo el 1%, según datos de  OEDA. 


También te puede interesar: