GM Barcelona | martes, 17 de enero de 2017 h |

Un estudio en el que participa CIC bioGUNE ha descubierto un nuevo mecanismo para entender algunas barreras que impiden la transmisión de priones entre distintas especies. El trabajo puede resultar clave para comprender el funcionamiento de los priones y, por tanto, para ayudar a combatir estos agentes responsables de las encefalopatías espongiformes transmisibles en mamíferos, causantes de la “enfermedad de las vacas locas” en el ganado y de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob en humanos. La investigación, que ha sido desarrollada en colaboración con la Universidad de Colorado, la Universidad de Kentucky, la Universidad Autónoma de Barcelona, la Universidad de Medicina de Creighton, el Instituto Superior de Sanidad de Roma y la Universidad de Kansas, también describe la bajísima susceptibilidad de los caballos a la infección de priones. Este hecho se había postulado dada la ausencia de casos en la naturaleza; sin embargo, no se había demostrado hasta que este estudio ha visto la luz. Los priones son proteínas que resultan infecciosas cuando están mal plegadas. Para que se propaguen entre distintas especies; es decir, entren en un huésped y se repliquen en él, necesitan de una proteína determinada en la nueva especie. Hasta ahora se creía que cada proteína, dependiendo de la especie, tenía una determinada capacidad para seleccionar ciertas estructuras provenientes de la especie de origen. Sin embargo, en la investigación se describe una alternativa replicativa que el grupo investigador ha denominado NAPA (del inglés non-adaptive prion amplification) en el que las conformaciones dominantes evitan este requisito durante determinadas transmisiones entre especies.

“Parece que algunas cepas de priones determinadas se saltan las restricciones de especie y se propagan inicialmente sin adaptarse a la nueva especie”, según explica Joaquín Castilla, investigador Ikerbasque en CIC bioGUNE y coautor de la investigación. Esto se ha comprobado mediante el estudio de la susceptibilidad de los caballos a los priones, para lo que se generaron ratones transgénicos que expresaban la proteína del prión celular de caballo. Lo que se observó es que la transmisión de la enfermedad ocurrió sólo a un grupo específico de ratones transgénicos (ratones que habían sido modificados genéticamente para servir como modelo de caballos), mostrando una significativa barrera de conversión. Pero lo más importante es que los priones resultantes, inesperadamente, fueron incapaces de causar enfermedad tras los pases consecutivos en caballos.