Las enfermedades reumáticas autoinmunes, como la artritis reumatoide (AR) y el lupus eritematoso sistémico (LES), son condiciones que afectan a una gran población mundial, especialmente en personas mayores, incrementando el riesgo de deterioro cognitivo y demencia. Este riesgo está íntimamente ligado a la inflamación sistémica, el uso de medicamentos inmunomoduladores y la presencia de comorbilidades. Comprender cómo estos factores influyen en el deterioro cognitivo en pacientes con enfermedades reumáticas es crucial para desarrollar estrategias de prevención y tratamiento que puedan mejorar la calidad de vida de estos pacientes.
Inflamación sistémica
La inflamación crónica es una característica central de las enfermedades reumáticas y actúa como un factor de riesgo modificable para el deterioro cognitivo y la demencia. Los pacientes con enfermedades reumáticas suelen presentar niveles elevados de marcadores inflamatorios, como la proteína C reactiva (PCR) y la interleucina-6 (IL-6). Estas moléculas proinflamatorias contribuyen al aumento de la permeabilidad de la barrera hematoencefálica y a la activación de las células microgliales, promoviendo así una respuesta neuroinflamatoria que acelera los procesos de neurodegeneración, un factor asociado con el Alzheimer y otros tipos de demencia.
Los pacientes con enfermedades reumáticas suelen presentar niveles elevados de marcadores inflamatorios, como la proteína C reactiva (PCR) y la interleucina-6 (IL-6)
La inflamación en pacientes con enfermedades reumáticas puede exacerbarse por la presencia de inflammageing o “envejecimiento inflamatorio”, un fenómeno caracterizado por la inflamación sistémica de bajo grado y relacionado con el envejecimiento. Estudios longitudinales han identificado que niveles crónicos elevados de marcadores inflamatorios aumentan significativamente el riesgo de Alzheimer en individuos con predisposición genética (portadores del gen APOEε4), resaltando la importancia de la inflamación crónica como un factor de riesgo de deterioro cognitivo.
Medicamentos inmunomoduladores
El tratamiento de enfermedades reumáticas con medicamentos inmunomoduladores puede tener un papel protector contra el deterioro cognitivo. Estos fármacos, que regulan la respuesta inmunitaria, pueden disminuir el riesgo de demencia en estos pacientes, aunque los mecanismos precisos no están completamente claros. Se ha documentado que el metotrexato, un inmunomodulador común en el tratamiento de la AR, reduce el riesgo de Alzheimer. Esta protección parece depender de una combinación de efectos antiinflamatorios y beneficios cardiovasculares, lo cual sugiere que el control de la inflamación podría tener implicaciones a largo plazo en la salud cognitiva de los pacientes.
Estos fármacos, que regulan la respuesta inmunitaria, pueden disminuir el riesgo de demencia en estos pacientes
Otros medicamentos, como la hidroxicloroquina, muestran efectos en la reducción de la demencia, probablemente debido a su capacidad para cruzar la barrera hematoencefálica y actuar directamente sobre los procesos neurodegenerativos, como la acumulación de beta-amiloide y la fosforilación de tau. Ensayos clínicos recientes han comenzado a explorar la eficacia de inhibidores de TNF y de JAK en la prevención de la demencia, aunque hasta ahora no se ha demostrado un beneficio claro en los resultados cognitivos a largo plazo.
Comorbilidades
El deterioro cognitivo en las enfermedades reumáticas no depende solo de la inflamación y del tratamiento inmunomodulador, sino también de múltiples comorbilidades que agravan el riesgo de demencia. Los factores de riesgo cardiovasculares como la hipertensión, la obesidad y la diabetes son prevalentes en pacientes con enfermedades reumáticas y representan factores de riesgo para la demencia. Estas condiciones pueden contribuir al deterioro cognitivo a través de la disfunción microvascular y macrovascular, promoviendo daños en la estructura cerebral y disminuyendo la perfusión cerebral, lo cual, a su vez, puede provocar daño neuronal.
Estas condiciones pueden contribuir al deterioro cognitivo a través de la disfunción microvascular y macrovascular
Estudios de neuroimagen muestran que los pacientes con AR tienen una mayor prevalencia de anormalidades vasculares cerebrales, como hipointensidades de materia blanca e infartos corticales. Estos cambios vasculares son responsables de la pérdida de integridad en las conexiones entre la corteza y las estructuras subcorticales, lo cual impacta en la función cognitiva de los pacientes.
Depresión
La depresión es una comorbilidad común en personas con AR y LES, afectando aproximadamente al 40% de estos pacientes. La coexistencia de depresión y deterioro cognitivo representa un desafío en el tratamiento, ya que la depresión puede complicar la evaluación del estado cognitivo y exacerbar los síntomas de deterioro cognitivo, especialmente en los adultos mayores. Estudios sugieren que los episodios depresivos repetidos pueden contribuir a una disminución progresiva de la función cognitiva y aumentar el riesgo de demencia.
La depresión es una comorbilidad común en personas con AR y LES, afectando aproximadamente al 40% de estos pacientes
Por otro lado, el dolor crónico en estas enfermedades también se asocia con el deterioro cognitivo. La experiencia del dolor crónico puede activar las mismas áreas cerebrales involucradas en la cognición, afectando negativamente el rendimiento cognitivo y aumentando el riesgo de demencia. Sin embargo, el tratamiento adecuado del dolor y de la depresión en estos pacientes no solo mejora su calidad de vida, sino que también puede ayudar a mitigar el riesgo de deterioro cognitivo a largo plazo.
Perspectivas futuras
La evidencia actual destaca el papel multifactorial del deterioro cognitivo en pacientes con enfermedades reumáticas, involucrando no solo la inflamación sistémica y el tratamiento inmunomodulador, sino también la influencia de las comorbilidades cardiovasculares, la depresión y el dolor crónico. El desarrollo de estrategias de manejo que incluyan intervenciones antiinflamatorias, inmunomoduladoras y de manejo de comorbilidades podría ayudar a reducir el impacto del deterioro cognitivo en esta población.
El desarrollo de estrategias de manejo que incluyan intervenciones antiinflamatorias, inmunomoduladoras y de manejo de comorbilidades
A futuro, es fundamental continuar explorando el papel de los medicamentos inmunomoduladores en la prevención de la demencia en pacientes reumáticos y realizar ensayos clínicos que evalúen sus efectos a largo plazo en la salud cognitiva. Asimismo, es necesario establecer pautas claras para la evaluación y tratamiento de la depresión y el dolor en esta población, con el fin de mitigar sus efectos en la cognición.