Por L.L.L.

Esta es la historia de Arena: Una niña de 13 años que pasea con su corazón en una maleta. Después de seis meses sin salir a la calle, tres de ellos en la UCI la tecnología sanitaria ha conseguido que pise la Castellana en una fría pero soleada mañana de sábado y recupere un atisbo de normalidad en su vida.

Un regalo a las puertas de la Navidad que ha sido posible gracias a una novedosa consola para controlar el corazón artificial que Arena tiene implantado.

Este hito se ha conseguido en el Hospital Universitario La Paz, convirtiéndose en el primer centro sanitario de nuestro país en implantar este nuevo dispositivo. Ya en 2006 fue el primer centro español que utilizó un corazón artificial en un paciente infantil. Desde entonces ha implantado 43 en niños.

Como explican los expertos que han tratado a la paciente, Juan José Menéndez, adjunto a la UCI pediátrica; y Luis García Guereta, coordinador de trasplantes, hasta el momento, el aparato de control del corazón artificial pesaba unos 80 kilos, similar a un carro de compra. Ahora, la consola que trasporta Arena es similar a una maleta de viaje de unos 9 kilos. Gracias a este avance, el paciente gana en autonomía, lo que mejora su rehabilitación y calidad de vida.

Así funciona el dispositivo cardiaco

Se trata de un dispositivo de asistencia ventricular pulsátil paracorpóreo. Las bombas de sangre se encuentran fuera del cuerpo y están conectadas al corazón y vasos sanguíneos mediante cánulas. La función, por tanto, de esta herramienta es bombardear la sangre desde el corazón en casos de insuficiencia cardiaca severa.

Aunque Arena nació con una miocardiopatía restrictiva, durante muchos años ha vivido con ella sin tener demasiados problemas y con poco tratamiento. Hace unos meses se le empezó a descompensar e ingresó en La Paz por insuficiencia cardiaca grave, sin que mejorase su situación con diferentes tratamientos farmacológicos. Por este motivo, se consideró que necesitaba un trasplante de corazón. Sin embargo, como consecuencia de su enfermedad, la niña padecía hipertensión pulmonar, que limitaba la realización del trasplante.

Es en este contexto cuando se decidió colocarle un corazón artificial (el dispositivo Berlin Heart EXCOR), que es una bomba pulsátil se conecta a su corazón enfermo a través de unos tubos por los que circula la sangre, y que sustituye la función de su corazón, normalizando la circulación. Con la ayuda de esta máquina, la complicación de la hipertensión pulmonar mejoró y finalmente pudo ser incluida en lista de trasplante cardiaco.

Ahora, Arena espera su gran regalo de Navidad: el trasplante. De momento, lo hará con su corazón en una maleta de 9 kilos que le ha permitido viajar a la normalidad.


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