J. V. Madrid | viernes, 30 de septiembre de 2016 h |

Los avances en oncología se pueden medir cuantitativa y cualitativamente. Desde el papel que juega PD-L1 en el cáncer de pulmón (CP) y la necesidad de nuevos biomarcadores moleculares que permitan delimitar qué subgrupos de pacientes se pueden beneficiar más de los tratamientos, hasta qué medidas se podrían implantar para mejorar el acceso a la innovación sin romper la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud (SNS).

Estos y otros temas marcaron el camino del VIII seminario ‘Curar y cuidar en oncología’, organizado por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), con la colaboración de MSD, y que en esta edición estuvo dedicado a la ‘Innovación, acceso y sostenibilidad en el tratamiento del cáncer’, en el que participó Santiago Ponce, especialista de la Unidad de Investigación Clínica en cáncer de pulmón, del Hospital Universitario 12 de Octubre.

Ponce hizo hincapié en la importancia de una óptima selección de los pacientes a la hora de prescribir un tratamiento oncológico. Al respecto, aseguró que España tiene un reto en este sentido. “Accedemos mas rápido a los fármacos que a la manera de buscar a subgrupos de pacientes”, comentó, lo que da una idea de cuál es el panorama en nuestro país. Asimismo, incidió en que la elección de tratamientos basada en biomarcadores es un tema “clave” hoy en día.

En este sentido, recalcó que los biomarcadores permiten que los especialistas sean “más certeros en la administración de terapias, ahorrando a algunos pacientes la exposición a tratamientos que no serán beneficiosos para ellos, evitándoles además efectos secundarios”. Otro de los puntos en los que insistió fue en que a medida que se vayan conociendo nuevas mutaciones se podrán definir otros subgrupos de pacientes. Algo que “aumentará la supervivencia global (SG) del CP”.

Su ponencia no podía finalizar sin hablar de qué ha supuesto la llegada de la inmunoterapia en oncología y, en concreto, en la patología en la que es especialista. Por tanto, resaltó que a pesar de estar en “una etapa incipiente” en la búsqueda de biomarcadores, se conoce que el estudio previo de los pacientes va a ser “clave en la selección de la terapia más adecuada”.

Medicina de precisión

En este punto, Ruth Vera, vicepresidenta de la SEOM y jefa del Servicio de Oncología Médica del Complejo Hospitalario de Navarra, afirmó que “el mejor conocimiento molecular de la enfermedad ha abierto la puerta a tratamientos más específicos, dirigidos y eficaces”, al tiempo que agregó que “los nuevos inmoduladores se han convertido en una de las grandes revoluciones de estos años”.

Aparte, Vera subrayó que la medicina de precisión hace que sea posible “identificar a individuos sanos, factores de riesgo y, por supuesto, la respuesta de los pacientes a los fármacos y la toxicidad de los mismos”. También tiene “un papel claro respecto al pronóstico y diagnóstico”.

Antes de concluir, la vicepresidenta señaló que no se debe olvidar que la quimioterapia sigue siendo la opción por excelencia, si bien es cierto que se pretende que esta alternativa pueda ser “cada vez más precisa”.