C. S. Madrid | viernes, 02 de septiembre de 2016 h |

Gracias al trasplante de células madre, muchas enfermedades hematológicas, talasemias, anemias de Fanconi e incluso patologías de carácter neurológico pueden tener un mejor pronóstico. Si bien es cierto que, en los últimos años, se ha vivido “una revolución” en este campo, todavía queda un largo camino por recorrer, según explica a GM Alejandro Madrigal, director del Instituto Anthony Nolan (Londres).

Pregunta. El trasplante de células madre se perfila como una opción ‘clave’ para el tratamiento de numerosas enfermedades, ¿cuál es exactamente el papel que juega y cuáles son las patologías que más podrían beneficiarse?

Respuesta. El trasplante de células madre (CM) o de medula ósea, como se le ha denominado durante muchos años, es un procedimiento que se practica desde hace más de 50 años. Desde los trabajos clínicos experimentales de Donald Tomas que sentaron las bases científicas de este método (premio Nobel, 1990), dicho procedimiento se ha aplicado a mas de un millón de pacientes en todo el mundo. Principalmente, se emplea para tratar enfermedades hematológicas malignas como leucemias, linfomas, mieloma múltiple (MM), talasemias, anemias de Fanconi, errores genéticos de la sangre, etc.

P. ¿Cuáles son los países que están a la vanguardia en este terreno y hacer una valoración de la situación que vive España?

R. El trasplante de células madre se practica en Estados Unidos y prácticamente en todos los países de Europa con resultados comparables. Lo mismo ocurre en Japón, China y otros países del Este y de América Latina y Asia. España es otro de los países líderes en este procedimiento con grupos que han sido pioneros._A modo de ejemplo, destacan Manuel Nicolás Fernández, del Hospital Universitario Puerta de Hierro-Majadahonda, con el desarrollo del trasplante combinado de cordón umbilical más haploidéntico; Jesús San Miguel, líder en trasplante y manejo del mieloma o José María Moraleda, actual presidente de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) y uno de los referentes mundiales en terapia celular. Me llevaría mucho describir todos los grupos españoles que han hecho y siguen haciendo aportaciones fundamentales en este campo.

P. ¿Cuáles son las principales aportaciones que se han realizado en este campo en los últimos años?, ¿qué está por llegar?,¿en dónde hay que incidir?

R. Sin duda, en los últimos años ha habido una revolución explosiva de nuevos procedimientos, como el uso reducido de quimioterapia (QT) y radioterapia (RT) como acondicionamiento — lo que ha permitido tratar a pacientes de edades avanzadas; algo que, anteriormente, no se podía realizar—, o el uso de otras fuentes de células madre como el cordón umbilical y el trasplante haploidéntico junto con QT. Otro adelanto ha sido el crecimiento en el número de donantes voluntarios de medula ósea, que suman actualmente más de 28 millones de personas alrededor del mundo y más de medio millón de unidades de cordón umbilical en numerosos bancos públicos. Con todo esto, podemos afirmar que, actualmente, prácticamente todos los pacientes que necesitan un trasplante cuentan con un donante, ya sea relacionado, no relacionado, de cordón umbilical o haploidéntico.

P. ¿Y en cáncer? Células madre, inmunoterapia… ¿cómo se imagina el futuro?

R. Ese futuro, prácticamente, ya se está volviendo presente. En los últimos años, también en esta área hemos visto progresos asombrosos como el uso de células inmunes modificadas genéticamente para que reconozcan ‘blancos’ o dianas expresadas en células malignas, las CAR-T Cells, o el uso de compuestos que permiten reactivar las células inmunes que no atacaban el tumor por bloqueos en vías de activación en los receptores como PDL1, además del uso de diferentes modalidades de tratamientos. Sin duda, estas áreas son un reflejo de cómo nuestro conocimiento sobre la respuesta inmune nos puede permitir en los próximos años innovar más en estas modalidades y poder ofrecer este tipo de tratamiento en otras enfermedades como son las autoinmunes o las neurológicas, por mencionar algunas.

P. Además, de las clínicas que ofrecen terapias con células madres sin estar demostradas científicamente, ¿qué otros ‘agujeros negros’ existen?

R. Muchos de estos procedimientos todavía están en investigación y solo se deben aplicar a pacientes bajo estrictos protocolos clínicos correctamente aprobados y por centros con experiencia en estas áreas. El uso incorrecto y no regulado e incluso el abuso de células madre de estas terapias podría incluso ser contraproducente hacia el progreso en este terreno.

P. En definitiva, terapia de células madre: ¿la promesa de curación?

R. Esta área es una herramienta más en nuestra lucha por combatir patologías malignas y otras enfermedades que tienen alta mortalidad, pero no la única. Por ejemplo, el desarrollo de nuevos medicamentos y los progresos en genética y en tecnología ofrecen otras alternativas muy alentadoras. Incluso creo que la educación de la población en general para disminuir factores de riesgo y promover medidas sanitarias generales son fundamentales para reducir muchas enfermedades.

P. ¿Qué cifras se manejan de donaciones de médula ósea, cuál es su importancia y cómo se podría incentivar a la población para que se hiciese donante?

R. Como mencioné, existen más de 28 millones de donantes, pero la mayoría de ellos son de países caucásicos y existe una gran necesidad de incrementar la participación de donantes de otras razas. La educación y compromiso social desde temprana edad en la necesidad de ser donante no solo de células madre, sino de otros órganos; es fundamental y para ello debemos comprometernos todos.

P. Ha participado en el X Curso ‘Cell therapy: from the bench to the bedside and return’, organizado por la SEHH y la Universidad de Murcia, ¿qué destaca de este encuentro?

R. Expertos de todo el mundo pusieron sobre la mesa muchos de los avances que ya he mencionado. Este curso es de gran excelencia y calidad y congrega a líderes mundiales en estas áreas. No es solo un encuentro de actualización, sino que también lo es de aprendizaje en temas punteros.

P. Hace pocas semanas, la Comisión Europea (CE) aprobó la primera terapia génica de células madre ex vivo para tratar a pacientes con inmunodeficiencia combinada severa por déficit de adenosina deaminasa, ¿se esperan muchas aprobaciones de terapias de células madre para los próximos años?

R. Esta terapia se ha llevado a cabo ya en los últimos años exitosamente. Lo que añade este proyecto es la capacidad de incorporar innovaciones en el tema y la posibilidad de obtener conclusiones que nos permitan avanzar más. Con los resultados, se permitirá lograr progresos no solo para dicha patología, sino para otras afecciones genéticas.

P. ¿Y qué hay de los órganos biofuncionales conseguidos a partir de células madre?

R. Es un área en la que hay que trabajar mucho, pero ya existen resultados muy alentadores.

P. En cuanto al trasplante de células madre hematopoyéticas, ¿cómo se está avanzando en la reducción de recaídas y complicaciones vinculadas a la recuperación inmunológica de los pacientes?

R. Desafortunadamente, la supervivencia global después del trasplante es aproximadamente de entre un 50 y 60 por ciento y, aunque esas cifras las podríamos ver de manera optimista pensando que de otra forma la supervivencia en ausencia de este tratamiento sería cero, nos queda mucho por hacer. Las tres complicaciones principales después del trasplante son la recaída, enfermedad de injerto contra huésped y las infecciones. Pese a que hay muchos progresos en este campo como algunos de los mencionados y el uso de células inmunes dirigidas a erradicar las células tumorales residuales o el empleo de linfocitos reguladores para evitar el rechazo, sin duda queda mucho camino por recorrer.