El hallazgo de que el cáncer renal no es una enfermedad única y entender que hay diferentes subgrupos moleculares ha marcado la diferencia en el abordaje de esta enfermedad. Tal y como ha destacado Guillermo de Velasco, oncólogo del Hospital 12 de Octubre.
Asimismo, “tenemos una clasificación clínica del IMDC español que nos ayuda a clasificar a los pacientes en función del grupo pronóstico: bueno, intermedio o con mal pronóstico”, por lo que “realmente los avances más importantes que está habiendo en cáncer renal son los que nos están ayudando a intentar asignar a cada uno de estos subgrupos diferentes tratamiento”, subraya.
En los pacientes con buen pronóstico, la angiogénesis ha tenido un papel muy relevante en los últimos años. Respecto a los pacientes con peor pronóstico, “son aquellos donde la inmunoterapia puede tener un mayor impacto”, señala Velasco quien continua que “el grupo intermedio es donde todavía estamos intentando ver que pacientes necesitan un tratamiento u otro. Los últimos datos más interesantes han sido la combinación de la inmunoterapia con la angiogénesis parece que van muy bien” pero tardará llegar a la clínica. En definitiva, el objetivo es “seleccionar. Entre los tratamientos disponibles, el mejor para cada paciente para que produzca el mayor beneficio y el menor efecto secundario”, concluye.