Se contagia a través de gotas de saliva que se expulsan al hablar y entran en contacto con las vías respiratorias. La vacunación, junto a una correcta higiene de manos y otras medidas de protección, como toser y estornudar tapándose, es la prevención más efectiva contra esta enfermedad. Y entre algunos de sus síntomas, en los casos más leves, se observa febrícula, dolor de cabeza y cansancio. Aunque pueda parecer la descripción de la COVID-19, se trata de otra patología: la meningitis, una de las primeras causas de discapacidad neurológica a nivel mundial.
Aunque su gran parecido a una gran variedad de patologías infecciosas ha ocasionado que muchos casos no se hayan diagnosticado todavía, las medidas de prevención implantadas con la llegada de la COVID-19 han ayudado a que los casos de esta enfermedad -de tipo meningocócica- caigan un 31 por ciento en España.
Según datos de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica, entre las causas que apuntan a este descenso se encuentran las restricciones de movimientos, las medidas de protección frente a la pandemia y la introducción en el calendario de vacunación de la Men ACWY en adolescentes.
Se trata de una enfermedad caracterizada por la inflamación de las membranas (meninges) que recubren el cerebro y la médula espinal, y afecta de forma grave a cerca de 1.000 españoles cada año.
Las restricciones de movimientos, medidas de protección frente a la pandemia y la introducción en el calendario de vacunación de la Men ACWY en adolescentes han contribuido a la disminución de casos por enfermedad meningocócica en España
Tal y como detalla Marta Guillán, secretaria del Grupo de Estudio de Neurología Critica e Intensivista de la Sociedad Española de Neurología (SEN), existen varios tipos de meningitis según su causa, “pero la más común es la meningitis viral, causada por un virus y considerada la más leve“.
Las más graves, causadas por bacterias
No obstante, la SEN advierte de que la tasa de mortalidad de la meningitis es del 10 por ciento y quedan secuelas en más del 20 por ciento de los supervivientes -tales como discapacidad motora e intelectual, sordera y epilepsia-.
Por lo que, cuanto más tiempo pase una persona afectada sin recibir una valoración médica, mayor será el riesgo de mortalidad o de sufrir daños neurológicos permanentes.
Esto ocurre, señala Guillán, en las meningitis menos comunes, pero consideradas más graves, que son las causadas por bacterias.
La tasa de mortalidad de la meningitis es del 10 por ciento y quedan secuelas en más del 20 por ciento de los supervivientes -tales como discapacidad motora e intelectual, sordera y epilepsia-.
“A grandes rasgos, las meninges son la protección de nuestro cerebro y por donde circula el líquido cefalorraquídeo. Si están inflamadas y el líquido no puede circular bien se producen bloqueos de ese líquido. De manera que puede producir un aumento de la presión sobre nuestro cerebro, originando una herniación y, finalmente, el fallecimiento”, precisa Guillán.
En España, una de las meningitis más temidas es la producida por la bacteria Neisseria meningitidis, el meningococo. Llamada enfermedad meningocócica, es una infección bacteriana aguda y grave que, si bien en algunos casos se limita a infectar solo a las meninges, también se puede expandir a la sangre. Si es así, se denomina sepsis meningocócica y, en España, es la primera causa de muerte por infección en niños y adolescentes.
Asimismo, “y todavía menos frecuentes”, también se han observado las meningitis producidas por parásitos, hongos, o por causas no infecciosas, como reacciones químicas o alteración del sistema inmune.
Cómo identificarla, sobre todo en bebés
Para identificarlas cuanto antes, la experta advierte de que, las personas que han contraído estos tipos de meningitis presentan “mucha fiebre en pocas horas, su nivel de conciencia empieza a bajar, se queda adormilado, no contesta y puede tener convulsiones“.
La sepsis meningocócica es la primera causa de muerte por infección en niños y adolescentes en España
Cualquier personas puede sufrirlo, pero los jóvenes menores de 20 años son el perfil más propenso a padecer esta enfermedad, puesto que “su sistema inmunitario todavía está desarrollándose”, indica Guillán. Por ello, en el caso de los bebés, “se debe estar muy atento porque ellos no avisan de lo que les ocurre”.
“En este caso, además de los mencionados, se debe acudir rápidamente al hospital si aparecen manchas de color púrpura por todo el cuerpo, las fontanelas en la parte superior de la cabeza se abomban, el llanto es constante o hay dificultad para despertarlo del sueño”, enumera la experta.
Vacunar, vacunar y vacunar, para prevenir
Pero hay una buena noticia, según Guillán, y es que, “actualmente, disponemos de vacunas eficaces para casi todas estas bacterias, a la espera de que se llegue a un consenso para la inclusión de la vacuna del meningococo B en el Calendario Nacional de Vacunación“.
“Además, se está trabajando en la diminución de la brecha vacunal entre comunidades y entre países, en base a las recomendaciones realizadas por las principales sociedades científicas”.
“Los jóvenes menores de 20 años son los más propensos a padecer meningitis, puesto que su sistema inmunitario todavía está desarrollándose”
Marta Guillán, secretaria del Grupo de Estudio de Neurología Critica e Intensivista de la SEN
En conmemoración del Día Mundial de la Meningitis, Guillán lanza un mensaje claro y tranquilizador: “los casos de meningitis descienden cada vez más, pero lo más importante sigue siendo prevenir. Y la prevención pasa por las vacunas. Hay que seguir recordando la importancia de la vacunación en la infancia”.