La asociación entre endometriosis y pronóstico del cáncer de ovario con datos de vida real global, la susceptibilidad genética como factor pronóstico de pacientes en tratamiento con inhibidores de puntos de control inmune, la microbiota en el cáncer de colon como un nuevo factor pronóstico y el perfil metabolómico diferencial en individuos sanos portadores y no portadores de variantes patogénicas en los genes de reparación del ADN por recombinación homóloga (estudio RRHMET) protagonizan las cuatro comunicaciones científicas principales que se presentaron en la sesión Plenaria del Congreso SEOM2023.

El Congreso recibió 553 comunicaciones científicas. “Las comunicaciones destacadas de SEOM2023 son reflejo de un mayor conocimiento molecular del cáncer que propicia mayor susceptibilidad de los pacientes a tratamientos como la inmunoterapia o nuevos factores pronóstico, y de los avances en Oncología de Precisión, que ya es una realidad ya en ciertos tumores como los de pulmón y colorrectal, señaló Javier de Castro, coordinador científico de SEOM2023.

Uno de los estudios destacados fue el presentado por Ainhoa Madariaga, oncóloga médica de la Unidad de Tumores Ginecológicos y Mama del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid, que ha confirmado la asociación entre endometriosis y mayor riesgo de desarrollar cáncer de ovario. “La investigación surge de una colaboración del grupo de Ciencia de Datos, Oncología Médica del Hospital Universitario 12 de Octubre, incluyendo a Pablo Serrano y Luis Manso, y TriNetX, una compañía que ha desarrollado una plataforma que permite extraer datos de vida real de manera estructurada de la historia clínica de los pacientes. Tras una serie de proyectos piloto, comenzamos a desarrollar estudios para tratar de responder preguntas relevantes, como es la asociación entre endometriosis y el riesgo de cáncer de ovario”, ha explicado.

La endometriosis es una enfermedad que afecta a aproximadamente un 10 por ciento de mujeres en edad reproductiva. Se produce cuando las células del revestimiento del útero crecen en otras zonas del cuerpo y se ha asociado a un mayor riesgo de desarrollar cáncer de ovario. Los datos de vida real procedían de 300 hospitales de todo el mundo, en su mayoría de Europa y Estados Unidos, aunque también se han obtenido de centros asiáticos, australianos y brasileños. “Partíamos de datos de 128 millones de mujeres y, tras realizar una selección por factores de riesgo, analizamos las características de alrededor de un millón de mujeres con y sin endometriosis. Disponer de este gran volumen de datos de pacientes aporta robustez a los resultados”, ha detallado Madariaga.

El estudio se centró en responder dos preguntas. La primera era si es cierta la asociación entre tener un diagnóstico de endometriosis y el cáncer de ovario. La segunda fue si el cáncer de ovario, en aquellas mujeres con endometriosis, es diferente al de la población general sin endometriosis, incluyendo pronóstico, subtipo y estadios de la enfermedad. Los resultados serán publicados en una revista científica.

Metabolitos en la sangre

La metabolómica estudia los metabolitos, que son las sustancias que provienen de las reacciones bioquímicas del organismo. “Los metabolitos que una persona tiene en sangre dependen de muchos factores: de su genoma, del ambiente al que está expuesto (el exposoma), de las bacterias intestinales (microbiota) y de determinadas enfermedades que pueden provocar un cambio de los metabolitos. En nuestro grupo, hemos estudiado la metabolómica en cáncer en varios tumores: linfomas, cáncer de colon, cáncer de mama…”, enumeró Josep Gumá, responsable del Grupo de Investigación Oncológica, Traslacional, Epidemiológica y Clínica (GIOTEC) del Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili, y director del Institut d’Oncologia de la Catalunya Sud del Hospital Universitari Sant Joan de Reus.

Gumá presentó el trabajo “Perfil metabolómico diferencial en individuos sanos portadores y no portadores de variantes patogénicas en los genes de reparación del ADN por recombinación homóloga: El estudio RRHMET” en la Sesión Plenaria del Congreso
SEOM2023, moderada por Ruth Vera, presidenta de SEOM 2017-2019, y por Álvaro Rodríguez-Lescure, presidente de SEOM 2019-2021. En paralelo, en la Unidad de Cáncer Hereditario en la que investiga Gumá, demostraron que en función del subtipo del cáncer de mama, el perfil de metabolitos de las células del cultivo era distinto. Y lo mismo sucedió con los estudios en sangre en pacientes con cáncer de mama hereditario, con un perfil metabolómico distinto al de las personas sanas, con cambios bioquímicos en la sangre.

Microbiota, factor pronóstico en cáncer de colon

Determinar factores pronósticos es un aspecto clave en el cáncer de colon localizado, ya que en la actualidad no todos los pacientes se benefician de la administración de quimioterapia. “Por este motivo, si los oncólogos médicos disponemos de datos sobre qué pacientes pueden o no beneficiarse, sabremos en cuáles es verdaderamente útil y en cuáles únicamente se les aporta toxicidad”, recalcó Daniel Martínez, oncólogo médico del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), que también presentó su investigación sobre microbiota y cáncer de colon en la Sesión Plenaria de SEOM23, moderada por Ruth Vera, presidenta de SEOM 2017- 2019, y por Álvaro Rodríguez Lescure, presidente de SEOM 2019-2021.

La microbiota es el conjunto de microorganismos que vive en el cuerpo y que es esencial para la vida. “Juega un papel fundamental en la incidencia del cáncer de colon, pero hasta ahora desconocíamos su papel como factor pronóstico. Por eso, la investigación se ha centrado en saber si algunas bacterias de la microbiota aumentan el riesgo de recaer en determinados pacientes de cáncer de colon localizado”, describe. Para responder a esta pregunta, optaron por la proteómica, que es el área de la Biología que estudia el conjunto de proteínas expresadas por un genoma. Así, estudiaron las proteínas de las muestras de tumor que se conservan en el Hospital Universitario La Paz de Madrid de 158 pacientes de cáncer colorrectal en estadios II y III. El siguiente paso es validar los datos que se han logrado en otra cohorte independiente de pacientes. Por otro lado, están realizando un análisis completo del proteoma de las células tumorales, que esperan que ayude a comprender mejor el cáncer colorrectal.

Inmunoterapia y cáncer de pulmón

En los últimos 15 años, la inmunoterapia ha sido uno de los campos de la Oncología que más ha avanzado. Nuevos fármacos, como los bloqueadores de puntos de control inmunes, se han mostrado especialmente útiles en el cáncer de pulmón de célula no pequeña. José Carlos Benítez es oncólogo médico de la Unidad Intercentros de los Hospitales Regional y Virgen de la Victoria de Málaga. Además, está vinculado al equipo de investigación del Instituto de Investigaciones Biomédicas de Málaga (IBIMA), que está centrado en el estudio de la inmunoterapia contra el cáncer. “Entre otras líneas de trabajo, desde 2016 en el IBIMA investigamos diferentes tipos de marcadores que puedan predecir la respuesta y el pronóstico de los pacientes a los que se les administra la inmunoterapia“, dijo.

En estos seis años, han incluido en el estudio INMUNOMARK 326 pacientes en los que recolectaron muestras de tejido y sangre. Y, de aquellos de los que podían obtener información de su línea germinal, analizaron si había relación entre alguna alteración de los genes de la línea germinal con la respuesta o el pronóstico. “Nuestra idea es que no solo debe estudiarse el tumor: también es clave el microambiente tumoral y al propio paciente, tanto respecto a los marcadores inmunológicos como a la genética que hereda”, añade. El trabajo que ha presentado se basó en este enfoque. La mediana de edad al diagnóstico de los pacientes fue de 64 años, con un 76,6 por ciento de hombres, de los que un 78 por ciento presentaba enfermedad avanzada al diagnóstico.

El resultado más destacado es que, en estos pacientes, se han encontrado 52 variantes genéticas que se han asociado a respuesta a la inmunoterapia y 34 variantes genéticas que se asocian a la supervivencia global. Tras estos hallazgos, la investigación continúa con diferentes análisis, que han permitido confirmar que el modelo de ocho genes permite predecir la respuesta al tratamiento con una elevada sensibilidad y especificidad (75 por ciento en ambos casos). Además, se está estudiando su relación con la toxicidad a inmunoterapia, con el objetivo de identificar una firma genética que permita predecir este efecto adverso y su intensidad.


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