Lucienne Costa-Frossard, responsable de la Unidad de Esclerosis Múltiple del Hospital Ramón y Cajal

La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad crónica del sistema nervioso central que afecta a millones de personas en todo el mundo. Caracterizada por la inflamación y desmielinización de las fibras nerviosas, la EM puede manifestarse de diferentes maneras, con síntomas que varían desde fatiga y problemas motores hasta deterioro cognitivo. En este contexto, la XVIII Jornada de Esclerosis Múltiple organizada por el Hospital Universitario Ramón y Cajal se ha consolidado como un espacio fundamental para la discusión de avances y perspectivas en el manejo de esta enfermedad.

La importancia de la XVIII Jornada de Esclerosis Múltiple

Este evento, que se celebra anualmente, tiene como principal objetivo poner al paciente en el centro de la atención y acercar a la sociedad los avances en investigación y tratamiento. Lucienne Costa-Frossard, responsable de la Unidad de Esclerosis Múltiple del Hospital Ramón y Cajal, destaca que la jornada permite un punto de encuentro entre pacientes, familiares y profesionales sanitarios. “Es una jornada hecha para ellos, donde se abordan las últimas novedades en el tratamiento de la EM y enfermedades afines”, señaló.

La jornada, que reúne anualmente entre 200 y 250 personas, ha servido para debatir aspectos clave como los nuevos criterios diagnósticos de la enfermedad, el uso de biomarcadores para personalizar tratamientos y los avances en inteligencia artificial para el seguimiento de los pacientes. “Hemos hablado del impacto de las nuevas tecnologías en la monitorización diaria de los pacientes, lo que nos permite hacer un seguimiento más preciso y adaptado a cada caso”, afirmó Costa-Frossard.

Evolución de los tratamientos para la Esclerosis Múltiple

El abordaje terapéutico de la EM ha evolucionado significativamente en las últimas décadas. Desde los años 80, cuando no existía tratamiento disponible, hasta la actualidad, se han aprobado numerosos fármacos que han transformado la vida de los pacientes. Actualmente, existen entre 14 y 15 tratamientos para las formas recurrentes-remitentes de la enfermedad, cuatro o cinco opciones terapéuticas para las formas secundariamente progresivas y un tratamiento aprobado para las formas primariamente progresivas.

Uno de los avances más esperados es la llegada de nuevos fármacos para la esclerosis múltiple secundaria progresiva sin actividad, que hasta ahora no contaban con tratamiento. Según Costa-Frossard, se espera que en los próximos dos años lleguen nuevos inhibidores de la tirosina quinasa de Bruton, como el tolebrutinib, que han demostrado eficacia en ensayos clínicos. “Estamos ante un cambio de paradigma en el tratamiento, con opciones terapéuticas cada vez más eficaces y personalizadas”, explicó.

La investigación también se centra en nuevas terapias, como las CAR-T, que se encuentran en fase inicial de ensayos clínicos y podrían revolucionar el tratamiento de la EM en los casos más agresivos. “Nuestra unidad participa en más de 20 ensayos clínicos con medicamentos innovadores que podrían cambiar el pronóstico de la enfermedad”, agregó Costa-Frossard.

Avances en investigación y tecnología

En los últimos años, el uso de biomarcadores ha permitido un mejor seguimiento de la enfermedad y la personalización del tratamiento. En este sentido, los neurofilamentos en sangre se han convertido en una herramienta clave para predecir la evolución de la EM y evaluar la eficacia de los tratamientos. Además, el biomarcador GFAP (proteína ácida fibrilar glial) ayuda a identificar el riesgo de progresión de la enfermedad. “Estos marcadores nos permiten adaptar los tratamientos de manera más precisa, reduciendo la incertidumbre en la evolución de la enfermedad”, indicó Costa-Frossard.

Otro de los puntos clave discutidos en la XVIII Jornada fue la aplicación de la inteligencia artificial en el diagnóstico y seguimiento de la EM. Herramientas como EMCare permiten una monitorización pasiva y personalizada de los pacientes, optimizando la toma de decisiones médicas y mejorando la calidad de vida de los afectados. “La inteligencia artificial y las nuevas tecnologías están revolucionando la forma en que entendemos y tratamos la esclerosis múltiple”, destacó la especialista.

Relación entre el virus de Epstein-Barr y la Esclerosis Múltiple

Uno de los temas de investigación más relevantes en la EM es la posible relación con el virus de Epstein-Barr (VEB). Estudios recientes han demostrado que este virus podría desempeñar un papel clave en la aparición de la enfermedad, aunque no es el único factor de riesgo. “El 99% de la población ha estado expuesta al VEB, pero solo una pequeña fracción desarrolla EM, lo que indica que deben intervenir otros factores ambientales y genéticos”, explicó la Dra. Costa-Frossard.

Lucienne Costa-Frossard, responsable de la Unidad de Esclerosis Múltiple del Hospital Ramón y Cajal

A pesar de los esfuerzos por desarrollar una vacuna contra el VEB, aún existen muchas preguntas sin respuesta, como el momento idóneo para vacunar y la posible mutación del virus, lo que podría dificultar la eficacia de una vacuna universal. “Estamos avanzando en la investigación, pero todavía hay muchos desafíos que superar antes de poder contar con una vacuna efectiva contra el virus de Epstein-Barr”, comentó.

Perspectivas de futuro

Asimismo, el panorama de la EM ha cambiado drásticamente en las últimas décadas. Según datos del Hospital Ramón y Cajal, hace 18 años, el 70% de los pacientes que asistían a las jornadas utilizaban silla de ruedas. Hoy en día, la gran mayoría de los asistentes son pacientes ambulatorios, lo que refleja el impacto positivo de los tratamientos actuales. “Estamos viviendo el futuro que antes solo podíamos imaginar. La calidad de vida de los pacientes ha mejorado significativamente”, enfatizó Costa-Frossard.

Lucienne Costa-Frossard, responsable de la Unidad de Esclerosis Múltiple del Hospital Ramón y Cajal

Las principales líneas de investigación en el futuro se centrarán en frenar la progresión de la enfermedad, mejorar la personalización de los tratamientos mediante biomarcadores y optimizar el uso de nuevas tecnologías para el seguimiento de los pacientes. “Nos dirigimos hacia una medicina más precisa, con tratamientos ajustados a cada paciente y un monitoreo más efectivo”, aseguró la especialista.

De hecho, la Unidad de Esclerosis Múltiple del Hospital Ramón y Cajal se ha posicionado como un referente nacional e internacional en investigación y tratamiento de la enfermedad. Con más de 1.600 pacientes atendidos, un equipo multidisciplinar y más de 110 estudios publicados en los últimos años, la institución continúa liderando la lucha contra esta compleja patología.


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