Con el fin de profundizar sobre la brecha de género en oncología, en el marco del congreso virtual de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO), Women for Oncology, grupo de trabajo que se engloba en la entidad europea, celebró un foro en el que se detalló el trabajo que realizan para impulsar la igualdad de oportunidades dentro de la especialidad.

Pilar Garrido, jefe de Sección del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, presidenta de la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (Facme) y coordinadora del grupo Women 4 Oncology introdujo la actividad en la que está inmerso el grupo.

Para resumir, Garrido explicó que los esfuerzos del grupo se orientan a “concienciar e identificar las oportunidades actuales para las oncólogas médicas a través de una red de networking”. En aras de lograr este objetivo, desde la plataforma recopilan información, impulsan estudios y encuestas que les permitan monitorizar los datos relativos a la comunidad oncológica sobre el balance de liderazgo en género.

Esta jornada también contó con la participación de Michelle Batelet, Alta Comisionada de las ONU para los Derechos Humanos; Batelet tildo de “extremadamente importantes” este tipo de iniciativas que se llevan a cabo para impulsar la igualdad de oportunidades.

La brecha, en datos

Así, la especialista concretó algunas de las actividades realizadas por Women 4 Oncology. Entre ellas destacan la Encuesta de Percepción sobre los Desafíos en Brecha de Género en Oncología. Garrido índicó que a corto plazo van a lanzar la segunda oleada de esta encuesta para actualizar la información disponible. En este contexto, apuntó que hay datos que es necesario analizar como “por qué al hablar de brecha de género en oncología las mujeres sí que la perciben mientras que los hombres no”.

Siguiendo este hilo, expuso los datos recopilados en un paper publicado por el grupo de trabajo. Algunos de estos son el aumento de la presencia de mujeres en congresos médicos (del 29,7 por ciento en 2014/2015 al 39,6 por ciento en 2020); también, el incremento de mujeres presidentas de sociedades de oncología en Europa (del 10,4 por ciento de 2016 al 27,5 por ciento de 2020). A este respecto, Garrido lanzaba la pregunta, ¿es esta mejora de datos suficiente?, animando a reflexionar si todavía quedaban acciones por emprender para seguir evolucionando.

Pilar Garrido durante su intervención en el foro Women 4 Oncology.

A estas cifras se suman las extraídas de la encuesta lanzada por el comité Women 4 Oncology para analizar el impacto de la COVID-19 en la trayectoria de los profesionales de oncología. En este documento se encuentran datos tales como que el 80 por ciento de mujeres manifestaron que la pandemia había impactado en su carrera profesional frente al 76 por ciento de hombres. En cuanto a la participación en comités asesores o grupos de COVID-19, de entre los participantes, un 54 por ciento de hombres aseguró haber participado en alguno de ellos, frente al 36 por ciento de mujeres.

Impacto de la desigualdad

Michelle Batelet se mostraba consciente de las dificultades a las que las mujeres se enfrentan en el plano laboral. “Durante muchos años he sido la primera mujer en hacer muchas cosas, lo que es un honor pero me otorga mucha responsabilidad; esto refleja que las mujeres tenemos muchas menos oportunidades que los hombres”, manifestó la representante de la ONU.

Aun así, reconoció el esfuerzo conjunto para avanzar en este ámbito, refiriéndose a que actualmente “140 estados tratan de garantizar esto con su Constitución, marcos regulatorios o políticas específicas al respecto”.

En esta línea, Batelet planteó que “la desigualdad de género a nivel laboral en el ámbito sanitario debe ser una prioridad”. Más allá de las cifras, precisó que “además de profesionales sanitarios específicamente, hay que tener en cuenta que si hubiera balance de género entre las personas responsables de diseñar planes nacionales de salud, políticas y sistemas sanitarios, esto tendría un impacto positivo”.

“La igualdad de oportunidades es un imperativo a nivel global y esto queda especialmente de manifiesto en épocas de crisis como la que hemos vivido”, aseveró. Aquí, llamó la atención a prestar especial atención a este aspecto y a prestar atención a que “en muchos casos, la pandemia ha causado un retroceso en los avances que se habían logrado en este plano”.

Acceso a puestos de responsabilidad

Solange Peters, presidenta de ESMO, abordó si para igualar las cifras era necesario el uso de cuotas. “Las cuotas pueden ayudar a impulsar a aquellas mujeres que tengan capacidades y les cueste más acceder a puestos de responsabilidad por diferentes motivos”, detalló, aunque señalando que bajo su punto de vista, la actuación prioritaria se basaría en “empoderar a las mujeres en los diferentes ámbitos para que tengan acceso y se sientan capaces de llegar a estas posiciones”.

También especificó que en los casos que se pongan cuotas, en ambas direcciones, hay que garantizar que “se cumplen todos los criterios necesarios”. Como conclusión positiva opinó que “cada vez está más cerca el momento en que las cifras se equilibren” y aludió a la “promoción y apoyo de las mujeres”, lo que cree puede acabar “con las brechas que pueda haber”.

Peters recordó que “el cambio no se va a producir espontáneamente”. “Hay que seguir trabajando para que las oncólogas que accedan al mundo profesional no se encuentren con las mismas barreras que las profesionales de nuestra generación”, agregó.

Mujeres y cáncer

Desde el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC por sus siglas en inglés), la investigadora Ophira Ginsburg puso el foco sobre las pacientes de cáncer. “Urge avanzar para poner en perspectiva todo el impacto del cáncer en mujeres, no solo el de mama”, advirtió. Ginsburg abogó por llevar a cabo una estrategia en oncología basada en que “cualquier persona, independientemente del género, lugar o posición socioeconómica pueda tener el derecho a una prevención y asistencia del cáncer que sea accesible y asequible”.

Con el fin de alcanzar este objetivo, Ginsburg instó a “adoptar un abordaje en oncología feminista interseccional”. En este contexto, enumeró varias áreas de trabajo. “Tiene que haber compromiso para investigar los daños prevenibles del cáncer en mujeres y aplicar un análisis más inclusivo para estimar los verdaderos costes del impacto en cáncer”, detalló.

También, congiendo el testigo de sus compañeras, coincidió en la idea de “hacer una revisión sobre la falta de mujeres líderes en oncología”, pero abrió una nueva línea a seguir. “Se debe caracterizar el rol escondido de las mujeres como cuidadoras tanto en el ámbito profesional como en el no profesional para sacar conclusiones”, sugirió la investigdora.

Para concluir, puso en valor el trabajo de Women 4 Oncology animando a “seguir profundizando en la evidencia existente en este campo para informar a los decisores y que actúen en consecuencia”.


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