El Grupo Español de Tratamiento de Tumores de Cabeza y Cuello (TTCC) ha celebrando su IX Congreso en la capital salmantina, en el que se han invitado a médicos de referencia que participan en el manejo de esta enfermedad, tales como especialistas del ámbito de la oncología médica, cirugía maxilofacial, otorrinolaringólogos y oncólogos radioterápicos.

En él, se ha revisado la investigación preclínica que se hace en España -con el objetivo de potenciar la coordinación-, la investigación clínica, la enfermedad recurrente/metastásica y el abordaje de otros tumores menos frecuentes como el carcinoma de nasofaringe, los tumores nasosinusales y los tumores en glándulas salivales. Durante esta revisión, se ha hecho mención a la aparición de biomarcadores, “con un papel relevante de la oncología española y, sobre todo, para los tumores de cabeza y cuello”.

Tal y como detalla Ricard Mesía, presidente del Grupo Español de TTCC, el cáncer de cabeza y cuello es complejo al estar situado en la zona de máxima relación social. Donde está el habla, la vista, el olfato, la respiración, la digestión… Por ende, el equipo multidisciplinar es, probablemente, el más extenso en oncología.

El concepto agrupa a los tumores malignos localizados en los senos paranasales, la nasofaringe, la orofaringe, la hipofaringe, la laringe, la cavidad oral, la lengua y las glándulas salivares. No se incluyen los tumores en la piel y en el cerebro.

Estos, representan aproximadamente un 5 por ciento de todos los tumores. El informe ‘Las cifras del cáncer en España 2022’, de la Sociedad Española de Oncología Médica, estima que el próximo año 2023 se diagnosticarán 7.779 nuevos casos de cáncer en la cavidad oral y en la faringe, y 3.335 casos en la laringe. En ambos casos, la gran mayoría en varones, aunque se observa un aumento de casos en mujeres por el consumo de tabaco. La edad media de aparición está por encima de los 50 años, pero los tumores de nasofaringe y glándulas salivales pueden aparecer antes.

Participación española en biomarcadores

En el campo de la investigación preclínica, destaca la aparición de un biomarcador que ha contado con una importante colaboración española: el virus del papiloma humano (VPH), que ha demostrado ser causante de cánceres de faringe, con un papel relevante en el diagnóstico y en el pronóstico.

“En este campo, otro biomarcador relevante es PD-L1. Pero debemos seguir investigando en otros”, destaca Mesía.

Un informe de la Sociedad Española de Oncología Médica estima que para 2023 se diagnosticarán 7.779 nuevos casos de cáncer en la cavidad oral y faringe, y 3.335 casos en la laringe

En esta misma línea, el la biopsia líquida se muestra como otro campo de investigación relevante. Es decir, el análisis de sangre en la búsqueda de células tumorales que estén circulando en el plasma. En los cánceres de cabeza y cuello, la biopsia líquida podría determinarse también en una muestra de saliva, porque está en contacto con las células tumorales. Otra línea interesante es el estudio de la microbiota de la boca, que son los microorganismos vivos y bacterias en nuestra cavidad oral y que quizá también sea relevante en estos tumores.

Impulsar la investigación traslacional

“España no está bien en investigación en cánceres de cabeza y cuello. Y el motivo es que la inversión es nula. De hecho, vamos a lanzar la primera beca traslacional para potenciar la investigación preclínica, dotada con 80.000 euros. Esperemos que inicie la chispa que provoque que se investigue en este tipo de tumores. Es un hito en la Oncología española”, destaca el jefe de servicio.

El congreso también ha servido como agradecimiento al profesor Juan Jesús Cruz, que se jubila. “Con su liderazgo, impulsó el nacimiento y desarrollo del Grupo Español de Tratamiento de Tumores de Cabeza y Cuello y nos ha impulsado a alcanzar cotas mayores. Por estos motivos, la beca traslacional va a llevar su nombre”, detalla Mesía.

En los cánceres de cabeza y cuello, la biopsia líquida podría determinarse también en una muestra de saliva, porque está en contacto con las células tumorales

Investigación puntera

En el campo de la investigación, el Grupo Español de Tratamiento de Tumores de Cabeza y Cuello está ultimando un ensayo fase II en el ámbito académico con la combinación de quimioterapia e inmunoterapia en pacientes con enfermedad recurrente y metastásica que son frágiles o que no pueden recibir el tratamiento estándar.

Además, se ha realizado una revisión en 18 hospitales y con más de 500 pacientes incluidos sobre una pauta de paclitaxel y cetuximab desarrollada por el propio Grupo hace 10 años. Ahora, se está analizando los datos de mundo real.

“España no está bien en investigación en cánceres de cabeza y cuello. Y el motivo es que la inversión es nula. De hecho, vamos a lanzar la primera beca traslacional para potenciar la investigación preclínica, dotada con 80.000 euros”.

Ricard Mesía, presidente del Grupo Español de Tratamiento de Tumores de Cabeza y Cuello

Por otro lado, según el experto, se está analizando el perfil molecular, mediante secuenciación de nueva generación, de los pacientes con cáncer tiroides. El objetivo es encontrar dianas terapéuticas para ofrecer un tratamiento más allá del abordaje estándar

Un diagnóstico con alta participación especializada

Con este congreso, los participantes también han debatido acerca de cómo organizar y atraer a otras especialidades como el radiodiagnóstico, la anatomía patológica y tratamientos de soporte. Con el objetivo, explica Mesía, de impulsar la atención integral multidisciplinar del paciente de cáncer de cabeza y cuello. “Básica para el mejor diagnóstico, tratamiento y soporte”.

Según enumera el presidente del Grupo Español de TTCC, en el proceso de diagnóstico participa el neuro-radiólogo, el anatomopatólogo, el otorrinolaringólogo y el cirujano maxilofacial; en el tratamiento, el cirujano plástico -que repara el defecto producido por los tratamientos- además del otorrinolaringólogo, el cirujano maxilofacial, el oncólogo médico y el oncólogo radioterápico. Por último, en los tratamientos de soporte tiene un peso fundamental los nutricionistas, los oncogeriatras, los psiquiatras, los psicólogos, los asistentes sociales, los rehabilitadores y los educadores sociales.

Los expertos han debatido sobre cómo organizar y atraer a otras especialidades e impulsar la atención integral multidisciplinar.

El principal problema, en su opinión, son las secuelas en los pacientes y la dificultad que tienen para volver reintegrarse en su vida laboral y social.

“Por eso creo que los educadores sociales tienen un papel relevante que aún no hemos explorado, junto con logopedas y fisioterapeutas. Y, probablemente, la Ciencia del Deporte, porque los estudios nos muestran que los pacientes con buena forma física antes y durante el tratamiento se recuperan mucho antes”, reflexiona Mesía, quien, además, es jefe del servicio de Oncología Médica del ICO Badalona.

Recuperar al paciente para retomar su vida

En este sentido, la recuperación es clave para los expertos, puesto que permite, por ejemplo, retomar actividades sociales y acudir a restaurantes.

“Los pacientes no quieren que se les vea tragar mal o que no pueden hablar mientras comen. Son aspectos que se pueden rehabilitar y tenemos que ayudarles porque, si no, se aíslan y sufren depresiones”, argumenta Mesía.

“Los educadores sociales tienen un papel relevante que aún no hemos explorado, junto con logopedas y fisioterapeutas. Y, probablemente, la Ciencia del Deporte”.

Ricard Mesía, presidente del Grupo Español de Tratamiento de Tumores de Cabeza y Cuello

Otro dato a tener en cuenta, alerta este experto, es que la tasa de divorcio en cáncer de cabeza y cuello es superior al resto de pacientes de cáncer por esta falta de relación social.


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