La osteoporosis es considerada una enfermedad silenciosa que, en muchas ocasiones, no se hace visible hasta que se produce una fractura. Ello inmediatamente se asocia con una alta mortalidad o, en su defecto, un impacto sobre la calidad de vida de las personas que lo sufren y sus cuidadores, así como un aumento en el uso de recursos del sistema sanitario.

Para entender la magnitud del problema, basta mencionar los datos. Según el informe ScoreCard for Osteoporosis in Europe (SCOPE 21), la prevalencia de la osteoporosis en España ascendía en 2019 al 5,4 por ciento de la población —cerca de 2,9 millones de personas—. En el desglose por género y edad, el 22,5 por ciento de las mujeres mayores de 50 años tiene osteoporosis, frente al 6,8 por ciento de hombres que la sufren en este mismo rango de edad. Cifras así evidencian que el envejecimiento y el género son dos factores esenciales al estudiar, y abordar clínicamente, esta patología.

En concreto, las estimaciones apuntan que la población española mayor de 50 años habrá aumentado en un 22,3 por ciento en torno a 2034, un porcentaje significativamente mayor a la media de la Unión Europea (11,4 por ciento). Trasladadas estas previsiones al asunto objeto de análisis, el citado informe SCOPE 21 vaticina en torno a 370.000 fracturas por fragilidad en España para 2034, lo que supone un aumento del 30 por ciento respecto a las cifras actuales.

Respecto a los costes, Manuel Naves, presidente de la Sociedad Española de Investigación Ósea y del Metabolismo Mineral (SEIOMM) recuerda que la IOF estima unos gastos totales para abordar esta patología de 4.300 millones de euros —datos de 2019—, lo que equivaldría al 3,8 por ciento del gasto sanitario nacional “y superior al empleado en otras patologías crónicas, como los accidentes cardiovasculares o enfermedades coronarias”, puso de ejemplo.

Se trata, en definitiva, de «un problema de salud infravalorado», según Josep Vergés, presidente de la Asociación Española con la Osteoporosis y la Artrosis (AECOSAR) y presidente de la Fundación Internacional de Osteartritis (IOF, por sus siglas en inglés). «Ya es todo un problema de salud pública, y puede serlo todavía más próximamente», coincidió en el análisis Naves.

Trabajar la prevención

Con el objetivo de profundizar en su prevención y su abordaje multidisciplinar, GM, en colaboración con UCB Pharma y Amgen, ha organizado el encuentro “Osteoporosis y fracturas”.

“En las próximas décadas el número de gente mayor de 65 años aumentará un 40 por ciento, pudiendo alcanzar el 55 por ciento en algunas regiones”, advirtió José María Álvaro-Gracia, presidente de la Sociedad Española de Reumatología (SER) aludiendo a un estudio de esta sociedad.

Por ello, “hay que concienciar a las autoridades de la necesidad de una adecuada prevención; si España es un país longevo, también debe presumir de ser un país preventivo”, añadió su homólogo de AECOSAR. Eso sí, “la osteoporosis no puede aceptarse como una consecuencia lógica del envejecimiento”, aseveró Álvaro-Gracia. “Hay que desterrar el falso mito de que se trata de una enfermedad de gente mayor; es una patología, no un proceso fisiológico”, corroboró Vergés.

”No puede aceptarse la osteoporosis como una consecuencia lógica de envejecer»

José María Álvaro-Gracia, presidente de la Sociedad Española de Reumatología (SER)

¿Cómo trabajar dicha prevención? Los expertos reunidos en este encuentro lo tienen claro. Por ejemplo, “hay que incidir en la detección y prevención en tramos de edad previos a los de aparición de las fracturas y, en especial, en las mujeres”, expuso Santiago Palacios, presidente de la Fundación Hispana de Osteoporosis y Enfermedades Metabólicas Óseas (FHOEMO). El fomento de buenos hábitos higiénico-dietéticos, la apuesta por el ejercicio físico, así como la especial alerta a factores como la toma de ciertos medicamentos —como los corticoides—, la presencia de ciertas enfermedades metabólicas con incidencia o la existencia de antecedentes familiares son otros factores señalados por los expertos a tener en cuenta en toda estrategia preventiva.

”Las asociaciones de pacientes también deben implicarse en la prevención»

Santiago Palacios, presidente de la Fundación Hispana de Osteoporosis y Enfermedades Metabólicas Óseas (FHOEMO).

La importancia de la prevención primaria viene determinada por la carga “a tres bandas” que lleva aparejada una posible fractura por fragilidad —social, clínica y económica—, y que fueron expuestas por Manuel Naves. También respecto a la prevención secundaria: «un paciente que sufre una fractura por fragilidad tiene un 86 por ciento de posibilidades de que se repita este episodio”, expuso.

Acceso a la innovación

En torno a la osteroporosis y las fracturas por fragilidad asociadas sigue existiendo una alta tasa de infradiagnóstico. “Un 80 por ciento de pacientes osteoporóticos no saben que lo son”, recordó Palacios.

Ahora bien, el incremento de la prevalencia no es directamente proporcional al avance terapéutico. “No cabe duda que se necesitan más avances”, consideró el presidente de la SER.

Actualmente, el arsenal terapéutico existente engloba distintas opciones. Las guías terapéuticas indican la recomendación de distintos fármacos en función del perfil de riesgo del paciente. Desde el uso de fármacos que actúan sobre receptores hormonales —si bien en desuso—, pasando por los bifosfonatos, denosumab, teriparatida…

Y, más recientemente, romosozumab —aprobado en 2019 por la Agencia Europea del Medicamento—. «Es, de lo conocido hasta ahora, el fármaco más potente frente a la osteoporosis”, señala el presidente de la SER. “No hay otros nuevos tratamientos a la vista”, completa Naves. Se trata, en concreto, del primer medicamento autorizado para la osteoporosis en la Unión Europea desde 2010.

«Los pacientes con osteoporosis consideran que sus opciones terapéuticas son escasas», indicó Vergés aludiendo a los resultados del estudio ODPAR (Ruta Asistencial del Paciente con Osteoporosis), elaborado por la OAFI y AECOSAR en septiembre de 2021. «Actualmente, no hay alternativas para pacientes con alto riesgo de fractura; espero que pueda haber aprobaciones próximamente”, valoró también en este sentido el presidente de SEIOMM.

Asimismo, su homólogo de SER introduce un matiz: los avances deben ir acompañados “de estrategias que permitan utilizar mejor estos avances”, opinó Álvaro-Gracia. “Tanto la industria como los profesionales debemos hacer un esfuerzo para optimizar su acceso”, añadió el presidente de la SER en relación a una estratificación de pacientes beneficiarios. «No hay un mismo paciente con osteoporosis”, refrendó Vergés.

“Los propios profesionales deberíamos también afinar en la estratificación de pacientes beneficiarios de las innovaciones”, apoyó el presidente de OAFI. Eso sí, no sin cuestionar los tiempos de espera en el acceso. “No me parece correcto que se tarde tres años en aprobar un medicamento innovador. Es el mismo tiempo que pasan los pacientes sin acceder a él”, dijo.

Colaboración multidisciplinar: FLS

En el correcto abordaje de la osteoporosis y las fracturas por fragilidad asociadas ya se ha puesto de manifiesto la importancia de la prevención primaria y/o secundaria, así como el acceso a las innovaciones terapéuticas. Un tercer eje sobre el que pivotar este abordaje, no por ello menos importante, es la colaboración multidisciplinar. Tanto interniveles —en especial entre atención primaria y especializada— y entre profesionales dentro de ellas.

Una de las «herramientas de coordinación» de éxito —como las califica Palacios— son las conocidas como Unidades de Fracturas (Fracture Liaison Service), que unen en torno al paciente a reumatólogos, geriatras, fisioterapeutas, enfermeras…

Las FLS tienen ventajas respecto al manejo estándar del paciente con fractura: incremento de realización de densiometrías, mejor seguimiento, aumento de la adherencia…Ya existen en torno a 70 en España, con otra veintena en proceso de acreditación. «En SEIOMM apostamos por este modelo, pero hacen falta más. Hay que concienciar a las Administraciones que son necesarias y coste-efecfivas», apuntó su presidente.

«Hay que concienciar a las autoridades del coste-efectividad de las FLS»

Manuel Naves, presidente de la Sociedad Española de Investigación Ósea y del Metabolismo Mineral (SEIOMM)

Para su homólogo de la SER, «lo importante de las FLS es su concepto: con una organización muy bien estructurada y un enfoque muldisciplinar se obtienen mejores resultados asistenciales». Desde su también visión de paciente, Josep Vergés valora de forma muy positiva estas Unidades y, en concreto, los indicadores de calidad por los cuales rigen su funcionamiento y medición de resultados. «Son la clave para convencer a las Administraciones y apostar por ellas», añadió Álvaro-Gracia.

Desde AECOSAR, su presidente lanza una reflexión a mitad de camino entre la petición y la exigencia: «Los propios pacientes deben participar en la prevención y abordaje. Las asociaciones de pacientes tienen que implicarse en la información y formación y, por parte de los profesionales, invitar a los pacientes a que se apoyen en ellas», consideró.

”Las asociaciones de pacientes también deben implicarse en la prevención»

Josep Vergés, presidente de la Asociación Española con la Osteoporosis y la Artrosis (AECOSAR) y presidente de la Fundación Internacional de Osteartritis.

Así, existe consenso en creer que el futuro de la osteoporosis y las fracturas asociadas se ‘decide’ ahora; en el presente. «Hay deberes por hacer y son responsabilidad de todos», apostó el presidente de OAFI.

Uno de esos ‘deberes’ por hacer pasa, por ejemplo, por «reducir la brecha entre el conocimiento que existe de esta patología y su infradiagnóstico«, recordó por su parte su homólogo de FHOEMO.


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