43er CONGRESO DE LA SEPAR/
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Antagonistas mediadores, inhibidores de CCR5 y de la proteasa o inhibidores de PD4 son candidatos a atajar el proceso inflamatorio
El Proyecto EPOC 2020 revela que el 65% de los neumólogos solicita más investigación sobre la interacción de la EPOC y la enfermedad CV
Cecilia Ossorio
La Coruña
La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es la única enfermedad crónica que está aumentando, afecta a cerca de 1,5 millones de personas en España y el envejecimiento de la población no augura buenas cifras de prevalencia. Así lo manifestó Juan José Soler, jefe de la Unidad de Neumología del Hospital de Requena (Valencia) y coordinador del Proyecto EPOC 2020, cuyos resultados se presentaron en el marco del 43er Congreso de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ).
200 neumólogos del Área de EPOC de la Separ de todo el territorio nacional se han preguntado qué ocurrirá con esta enfermedad en los próximos diez años, y el 60 por ciento opina que el diagnóstico temprano y la intervención contra el tabaquismo será clave en esta lucha. Y el 65 por ciento está de acuerdo en que la EPOC interacciona con las enfermedades cardiovasculares, por lo que es necesario profundizar en el conocimiento de esa relación.
José Luis López Campos, del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, recordó que cerca del 80 por ciento de los pacientes no tiene diagnóstico, y que existe un vacío de conocimiento sobre la susceptibilidad genética de esta patología.
Lo que es seguro es la inflamación sistémica que se produce en esta enfermedad, según afirmó Ramón Agüero, del Hospital Marqués de Valdecilla de Santander, si bien no está claro si es la misma inflamación la culpable de la enfermedad o son las comorbilidades las que empeoran la EPOC.
Para su control, son varios los frentes en los que se están trabajando. Destacan los de antagonistas mediadores, como inhibidores de citoquinas, de quimioquinas y del factor transformante de crecimiento beta.
“Una de las principales citoquinas es el TNFa, se han probado dos inhibidores fundamentalmente, etanercept e infliximab, pero no funcionan muy bien y han provocado infecciones y casos de cáncer”, alertó. Por otro lado, está en estudio un anti-IL6, tociluzumab, empleado en reumatología.
Los fármacos empleados para el tratamiento de la infección por VIH también podrían cobrar protagonismo en EPOC, pues se están realizando estudios con los inhibidores de CCR5 y con inhibidores de la proteasa. Éste último trata de frenar las tasas de neutrófilo, “en lo que ha fallado todo lo que se ha hecho hasta ahora”, matizó el experto.
Inhibidores PD4
Ahora bien, hizo hincapié en el nuevo tratamiento de la inflamación en sí. Aquí destacan los inhibidores de la fosfodiesterasa 4 (PD4), sobre los que hay cuatro trabajos que demuestran mejoría del FEV1 y de las exacerbaciones. En concreto, se celebró un simposio sobre roflumilast, un inhibidor PD4 de segunda generación que mejora la función pulmonar cuando se administra junto al tratamiento broncodilatador, y también inhibe el gen MUC5ag, que es antimucina, según explicó Agüero.
Alvar Agustí, director del Instituto del Tòrax (Hospital Clínic-Universitat de Barcelona), destacó la administración por vía oral de este fármaco, ya que facilita que el paciente la tome correctamente.
En el ámbito de la cirugía torácica, uno de los avances más destacados durante el congreso fue el uso de la intervención videoasistida (VATS) para realizar resecciones pulmonares, según explicó José Mª Borro, coordinador del Área de Cirugía Torácica de Separ. En concreto, la mayor innovación radica en la intervención de la glándula tímica y, sobre todo, la lobectomía.
La cirugía del timo “se realiza a través de tres o cuatro puertos de entrada de un centímetro mientras que en cirugía abierta es una operación que se realiza por una esternotomía es decir la apertura completa del esternón. Algo similar ocurre con la lobectomía pulmonar, en videocirugía se realizan por dos o tres puertos de entrada de un centímetro más una mínima incisión de cinco centímetros, mientras que en cirugía abierta requiere una toracotomía de unos 20 cm en el costado y la colocación de un separador intercostal”, detalló.
Esta técnica, que se utiliza especialmente en estadios iniciales de cáncer de pulmón, permite un posoperatorio más sencillo, menos doloroso y de rápida recuperación, pues el paciente recibe el alta entre el primer y el cuarto día. Los centros españoles de referencia en VATS son el Hospital Virgen de la Macarena de Sevilla, el de La Coruña o el Miguel Servet de Zaragoza.