c.m.lópez Madrid | viernes, 16 de enero de 2015 h |

La necesidad de afrontar nuevos escenarios organizativos que permitan dar el impulso de la gestión clínica ha propiciado que Andalucía convierta las áreas de urgencias de sus hospitales en servicios. Un cambio que sigue los pasos de Cataluña (ver GM nº 530) para dotar de amparo administrativo a los profesionales que integran el Servicio Andaluz de Salud (SAS) y se organicen en el hospital igual que los facultativos de otro servicio.

La iniciativa está contemplada en una resolución de la Gerencia del Servicio Andaluz de Salud (SAS) y señala la separación de los servicios de Urgencias y de Cuidados Críticos, que permanecían unidos en Andalucía desde el año 1994, a diferencia del resto de las autonomías. Desde el pasado 9 de enero y en un plazo de seis meses, todos los hospitales de la comunidad autónoma contarán con estos servicios asistenciales. Una gran noticia que para el presidente de la Sociedad Española de Urgencias y Emergencias (Semes), Juan Jorge González Armengol, “llevan esperando los profesionales andaluces desde hace muchos años”. A su juicio, lo que no tiene sentido es tener una organización jerárquica en el área de urgencias.

Este cambio en la organización no implica ningún desembolso económico, simplemente que los responsables, una vez diferenciados, podrán tener el nivel de jefe de servicio o de sección. Para Semes esta resolución es un reconocimiento a muchos años de esfuerzo y de lucha y al trabajo realizado por los profesionales en Andalucía. “Esta decisión no deja de ser el resultado lógico del funcionamiento de estos importantes servicios para la población y para los profesionales que prestan asistencia, esperamos que el resto de comunidades tomen ejemplo”, defiende Armengol.

La contradicción

Sin embargo, a pesar de este avance el “pero” que plantea esta normativa es la limitación de la movilidad de los profesionales que no dispongan del título de medicina familiar y comunitaria. “Se vuelve a caer en el error de limitar el trabajo de los urgenciólogos a profesionales que vienen de otra especialidad”, algo que según Armengol es ilegal, ya que vulnera muchos derechos laborales”. Las plazas se convocarán bajo la denominación específica de “Médico de Familia de Urgencia Hospitalaria”. Análogamente, a las plazas de médicos de Cuidados Críticos sólo podrán optar quienes tengan la especialidad de Medicina Intensiva. “Es una barbaridad que se limite a una única especialidad”, expone el presidente de Semes, al tiempo que señala que es consecuencia de la no existencia de una especialidad en España que homogeneizaría todo el perfil de profesionales, “como pasa en 20 países de los 27 de Europa”, recuerda Armengol. En esta línea se posiciona la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), quien se opone a la resolución del SAS. Los internistas han mostrado su preocupación por la situación de estos especialistas. “El porcentaje de profesionales en Medicina Interna que forman parte de las plantillas de las urgencias no es nada desdeñable”, subraya el presidente de la SEMI, Emilio Casariego, quien se lamenta de esta medida, que califica de desperdicio de talento y de la experiencia de numerosos profesionales de gran bagaje en el ámbito hospitalario. “Es absurdo renunciar al conocimiento de todos estos profesionales”. Por su parte, para Ricardo Gómez Huelgas, jefe de servicio de Medicina Interna del Hospital Regional Universitario de Málaga, “las urgencias deben ser un espacio funcional abierto a la formación troncal”.

Por su parte desde Semes, Armengol puntualiza que la resolución entra, “en una clara contradicción” con el Área de Capacitación Específica (ACE) de Urgencias diseñada desde el ministerio de Sanidad, que permite el acceso a esta formación desde la especialidad de Familia, pero también desde Anestesiología, Interna e Intensiva.

Jerarquización

Aún así, el presidente de Semes considera que esta solución andaluza es un paso más hacia la especialización. A través de la jerarquización de los servicios, los profesionales estarán al mismo nivel administrativo. A su juicio tendrá muchas implicaciones en el día a día y redundará en la calidad asistencial. Respecto a los profesionales que trabajan en los servicios de Cuidados Críticos y Urgencias existentes en la actualidad en los hospitales andaluces, la resolución del SAS especifica que, una vez separados ambos servicios, quedarán adscritos a uno u otro “en virtud del área funcional donde vengan prestando servicios de forma habitual”.

Con todo, Armengol considera que lo lógico es que se extienda este modelo a otras comunidades. “En algunos casos de forma aislada lo tienen así, por centros hospitalarios y no por hospitales”, explica Armengol quien considera que el hecho de que no se haga es porque existe falta de voluntad y cree que se está confundiendo lo que es la formación y ordenamiento administrativo. “Se producen situaciones aberrantes”, lamenta el urgenciólogo.

El reconocimiento de la especialidad de Urgencias y Emergencias es el caballo de batalla por el que lleva años luchando la sociedad. Los urgenciólogos insisten en la necesidad de este reconocimiento para desempeñar su labor asistencial. En varias ocasiones han enviado misivas al Ejecutivo mostrando sus discrepancias con el actual Real Decreto de Troncalidad. Además, el pasado mes de septiembre la sociedad abrió la veda judicial con el primer recurso contencioso administrativo en el Tribunal Supremo contra el ministerio de Sanidad, por defender un Área de capacitación Especifica en la que se pretende incluir a los profesionales de los servicios de Urgencias. De este modo, en el recurso exigen que se reconozca la Especialidad de Urgencias en España. De momento Semes ha solicitado un seguro de requerimiento de ampliación del expediente y están a la espera de los siguientes pasos.

La primera comunidad en dar el primer paso fue Cataluña a finales de octubre, quien anunció que durante el primer trimestre del año los hospitales incluirían los servicios de urgencias. En total, ocho hospitales del Instituto Catalán de Salud (ICS) cuentan con las urgencias en su cartera de servicios. Según adelantó a GM el director asistencial del ICS, Antoni Juan Pastor, “Cataluña planteó un cambio en la normativa que regulaba la organización de los hospitales y que de alguna manera impedía que los servicios de urgencias tuvieran una estructura similar a la de otros servicios”.

Tal y como explicó Pastor la figura del coordinar rebasaba las funciones que le asignaba la normativa vigente ya que la ley estaba pensada para áreas donde había una actividad muy troncal, como el bloque quirúrgico o una consulta externa. En el caso de urgencias hace 20 años tenía un cierto sentido, pero durante estos años ha evolucionado y se han dotado de personal propio que desarrollan su carrera profesional en esta categoría, aunque provengan de diferentes especialidades, como medicina interna y medicina familiar y comunitaria. El proceso catalán de transformación implica que los jefes de servicio presenten un proyecto bien definido, con unos objetivos claros. Un requisito por el que tienen que pasar todos los cabezas de departamentos sanitarios del ICS. Además, el responsable se someterá a una evaluación cada cuatro años, de forma que no sea un cargo vitalicio e implique al profesional en su responsabilidad. En este sentido, el coordinador tiene que cumplir con una serie de deberes como la docencia, algo que no es nuevo en Cataluña, ya que desde estas áreas se imparte formación desde hace tiempo. Además seincluyó la asignatura de urgencias en el programa universitario. Otro objetivo es el de la investigación. La diferencia con Andalucía es la introducción en la orden de que los distintos profesionales pueden proceder de varias especialidades. La norma anterior catalana hacía referencia a que se podía jerarquizar un servicio de una especialidad clínica, sin embargo para evitar que ocurriese como en el SAS, el ejemplo catalán introdujo una modificación añadiendo a las organizaciones de profesionales de diferentes áreas con objetivos asistenciales, docentes e investigación, todo ello vinculado al objetivo asistencial.