Anna rodríguez Cala, directora de estrategia y proyectos del Ico

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Carmen M. López, RSC | viernes, 07 de noviembre de 2014 h |

Pregunta. El ICO promueve un modelo de gestión sanitaria desde la perspectiva de la RSC, ¿cómo son esas políticas?

Respuesta. Contamos con una Política de Responsabilidad Social Corporativa orientada a promover medidas de sostenibilidad económica, racionalizar y optimizar el uso de los recursos energéticos, mejorar el clima laboral y expresar su compromiso con la sociedad y la comunidad local para disminuir el impacto del cáncer en la población. Asimismo, nuestro modelo se basa en la gestión del conocimiento: con la identificación de buenas prácticas, la estandarización mediante la elaboración de guías terapéuticas (ICOPraxis), las trayectorias clínicas y los planes de cuidados de enfermería. Contamos con un modelo de alianzas con el objetivo de garantizar la equidad en el acceso a los servicios. Además, se hace una presentación periódica de resultados económicos, medioambientales y sociales al Consejo de Administración, al comité directivos, a los profesionales y a la ciudadanía. Por último, existen unos sistemas de control de riesgo y anticorrupción, que se desarrollan mediante la aplicación de la normativa de contratación pública, y la realización de auditorías externas y el control financiero anual.

P. ¿Hasta qué punto se encuentra la RSC interiorizada dentro de la estrategia del ICO?

R. Para aportar una visión estratégica global, la coordinación de todas las acciones se realizan de manera centralizada por la Dirección de Estrategia y Proyectos, en delegación de la Dirección General, y con relación directa con la Dirección de Personas; la Dirección de Recursos y las direcciones asistenciales de cada centro. La implantación de la RSC en el ICO presenta una visión integral de la gestión, que no sólo tiene en cuenta actividad y costes, sino la relación con el entorno y el compromiso con la sociedad. Con la aprobación del Plan de Responsabilidad Social Corporativa en 2013 el instituto se comprometió a potenciar un marco de relaciones laborales basado en la igualdad de oportunidades (Plan de Igualdad de Oportunidades) y el respeto a la diversidad. Además, el ICO participa en el Global Compact de la ONU desde 2011 realizando el informe de progreso y está adherido desde 2013 al Charter de la Diversidad. Desde entonces, elabora su primera Memoria de Sostenibilidad según las recomendaciones de Global Reporting Initiative (GRI).

P. ¿Qué es el programa ‘Convivir con el cáncer’?

R. El cáncer es una enfermedad que genera un importante impacto físico y emocional. Por eso es por lo que hace falta un abordaje integral, que incluya, además del tratamiento, servicios de apoyo y acompañamiento como la psicooncología, la fisioterapia, el trabajo social o la dietética y nutrición. En el ICO consideramos que la atención al enfermo tiene que ir más allá del tratamiento del tumor. Por ello, con el objetivo de generar recursos y acciones que mejoren la calidad de vida de los pacientes y de los cuidadores y para ayudar a gestionar la enfermedad, fomentando la participación de agentes sanitarios, sociales e institucionales para crear sinergias de colaboración nace este programa. Así, ‘Convivir con el cáncer’, implantado en los tres centros del ICO (L’Hospitalet, Badalona y Girona), se inscribe dentro de los retos de Buenas Prácticas sostenibles, interdisciplinares, equitativas y eficientes. Asimismo, está alineado con la misión y los valores corporativos del ICO. El programa, sin ánimo de lucro, ni para el instituto ni para las empresas colaboradoras, forma parte de la línea del III Programa en Salud 2014-2020 de la Comisión Europea.

P. A nivel general, ¿qué percepción tienen sobre la situación de España con respecto a Europa?

R. Creo que España no está mal posicionada con referencia a otros países en la RSC. Recientemente se ha aprobado la estrategia Española de RSE que contiene un número importante de medidas que supongo tendrán que desarrollarse en los próximos años, y también ha habido avances importantes, en materia de gobierno corporativo y en el desarrollo de metodologías tanto a nivel de la nueva guía GRI4, como de los informes de sostenibilidad.

P. Sin embargo, ¿cree que la crisis económica ha descendido el número de acciones de RSC en las instituciones?

R. Seguro que hay empresas e instituciones que han dejado de trabajar en políticas de RSC. Sin embargo, gracias a la crisis se ha demostrado que aquellas instituciones que no utilizaban la RSC como una herramienta de marketing e imagen, sino que tienen la responsabilidad social corporativa integrada en la gestión, han reforzado su política responsable y, con ello, han visto reforzada su reputación. La RSC ha demostrado ser un factor importante de innovación y garantía de futuro, porque su aplicación revierte en un mejor clima laboral, mayor compromiso de los empleados, mayor sentido de pertenencia y mejor reputación hacia los grupos de interés. La evolución de la RSE nos ha mostrado que no sólo es necesario gestionar de forma responsable, sino que debemos ser responsables. Y esta responsabilidad va más allá de la estrategia o de los mandos directivos de las organizaciones. Para que una empresa sea responsable deben serlo también sus empleados, sus proveedores, sus clientes y todos los grupos de interés.

P. Recientemente han sido galardonados con el Premio BiC de la RSC, ¿qué supone el reconocimiento?

R. Es importante para nosotros, ya que premia una labor de cuatro años de trabajo. Desde 2010, hemos ido implantando, evaluando, mejorando y comunicando nuestras acciones de responsabilidad social corporativa. Ahora empezamos a recibir la recompensa por esta labor, que se ha llevado de forma casi silenciosa y en la sombra. Gracias a premios como BIC salimos a la luz, podemos dar a conocer nuestro trabajo y quizás, servir de ejemplo para algunas empresas que quieran introducir la RSC en su modelo de gestión. Y, por supuesto, nos ayuda a aumentar nuestra reputación.

P. ¿Cuáles son los planes de futuro del ICO en materia de RSC?

R. El año que viene queremos implantar un sistema de gestión ético de la responsabilidad social corporativa (SG21), hacer de nuevo la memoria de sostenibilidad con la metodología GRI4 y elaborar el plan de gestión de los grupos de interés.

“La evolución de la RSE nos ha mostrado que no sólo es necesario gestionar de forma responsable, sino que debemos ser responsables”