La posibilidad de que un fármaco ya aprobado para una patología pueda ser útil en el manejo de una enfermedad rara supone un soplo de esperanza para pacientes con pocas o ninguna opción. Valga como ejemplo el síndrome de Rett, la segunda causa más frecuente de retraso mental en mujeres, normalmente debida a una mutación en el gen MeCP2, una patología en la que, al menos en modelos preclínicos, parece tener potencial un fármaco utilizado en enfermedad de Parkinson.
Aunque de momento sólo se ha comprobado en ratones, investigadores del grupo de enfermedades neurometabólicas del Idibell, liderado por Aurora Pujol, junto al director del Programa de Epigenética y Biología del Cáncer, Manel Esteller, han demostrado que el tratamiento combinado con L-Dopa y un inhibidor de la dopa decarboxilasa reduce manifestaciones características de la enfermedad como los defectos de movilidad, el temblor y las dificultades respiratorias en estos animales.
Este impacto se debe a que las dendritas neuronales, escasas en esta enfermedad, se incrementan con la administración de esta combinación, mejorando por tanto la actividad neuronal.
Este trabajo publicado en Neuropsychopharmacology supone, como explica Esteller, un punto de partida para estudiar si puede ser útil en el control de la sintomatología de síndrome de Rett en humanos. Lo que les ha lanzado a probar esta hipótesis es que hace seis años, al estudiar los cerebros de ratones que presentan las mismas características del síndrome de Rett humano, encontraron que existía una alteración en la vía de producción de la dopamina. Un punto en común con el párkison, por tanto, que también tiene defectos en este neurotransmisor.
El principal problema al que se enfrentan, como señala Dori Huertas, investigadora de síndrome de Rett en el laboratorio de Esteller, es que a nivel clínico no ha funcionado ningún tratamiento en síndrome de Rett, a pesar de que varios fármacos han sido efectivos en modelos animales, como un derivado de la hormona de crecimiento.
Entonces, son varios los pasos a seguir a partir de ahora antes de iniciar un posible ensayo clínico. En primer lugar, Huertas especifica que utilizar hembras de ratón —hasta ahora no empleados porque retrasan la obtención de resultados en laboratorio, de 20 días con ratón macho hasta casi seis meses con ratón hembra—, así como modelos de ratón de mutaciones presentes en niñas, ya que el empleado ahora es know-out.
El contraste de resultados con otros laboratorios ya lo han realizado, porque como explica Huertas, otros grupos ya habían probado la dopamina. En concreto, la novedad principal del estudio del Idibell es que han añadido el inhibidor de la dopa decarboxilasa.
Esta investigación se ha realizado gracias al apoyo financiero de la Asociación Francesa Lejeune, así como de las asociaciones catalana y española de síndrome de Rett.