36º CONGRESO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE REUMATOLOGÍA

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Estudian validar una propuesta que organiza esta enfermedad en tres subgrupos en aras de mejorar la personalización de los tratamientos

El proyecto reduce a dos los factores de riesgo fundamentales asociados a la artrosis: el sobrepeso y la sobrecarga biomecánica

| 2010-05-21T17:50:00+02:00 h |

Cecilia Ossorio

Tarragona

La experiencia y la investigación han confirmado a los reumatólogos que la artrosis no es una enfermedad uniforme. Hay por ello un paradigma cambiante, en el que esta patología no es sólo degenerativa, asociada a la edad y al desgaste articular. Así lo señaló durante el 36º Congreso de la Sociedad Española de Reumatología (SER) su presidenta, Rosario García de Vicuña.

“Ahora ya sabemos que la artrosis tiene un componente inflamatorio, y en este sentido hay una propuesta de clasificación de artrosis que no deja de ser controvertida porque no la comparten todos los expertos”, añadió.

“Las clasificaciones actuales no reflejan bien lo que ocurre en la clínica”, explicó a GM uno de los padres de esta propuesta publicada en Seminars in Arthritis and Rheumatism, Gabriel Herrero-Beaumont, de la Fundación Jiménez Díaz. Hoy están clasificadas en artrosis primarias y secundarias, y una serie de factores de riesgo muy abundantes “que hacen que se confunda lo que es primario de lo que es factor de riesgo, y otras veces lo que es primario y secundario”. Por eso él, junto a Jorge Román Blas, Sergio Jiménez (ambos de la Universidad Thomas Jefferson de Filadelfia) y Santos Castañeda, del Hospital de La Princesa de Madrid, propone simplificar el sistema, reduciendo la lista actual de 10 ó 15 factores de riesgo a tan sólo dos: el sobrepeso o la obesidad y la sobrecarga biomecánica, que son los que consideran factores de riesgo “fundamentales”. El resto, los han introducido en los tres subgrupos que defienden como nueva clasificación. El primero, relacionado a factores genéticos, “con su impronta lógica en la anatomía de la articulación y los desequilibrios biomecánicos que esto produce”. El segundo grupo contempla el déficit hormonal de las mujeres durante el climaterio y la menopausia. Y el tercero está asociado a la senescencia.

Fase de validación

En el momento actual, se encuentran en una fase de validación de esta clasificación, y han comenzado un estudio en el que participarán 1.000 pacientes diagnosticados de artrosis, para confirmar científicamente que tiene una utilidad clínica en la consulta diaria. Una de sus ventajas sería que “al individualizar grupos de enfermos también podemos mejorar la individualización de los tratamientos”, destacó. Así, tratamientos que aplicados a todos los pacientes parecían no eficaces, podrían resultar útiles en un determinado subgrupo. “Esto tendrá mucho interés si realmente se confirma que las pacientes con artrosis en situación de perimenopausia con déficit estrogénico, que desarrollan con más frecuencia problemas tisulares, podrían recibir un tratamiento diferente al de las personas mayores o ancianos que tienen la enfermedad y que presentan otras peculiaridades”, ejemplificó Herrero-Beaumont. Sin embargo, hay especialistas que consideran que la artrosis es una enfermedad unidimensional, recordó.

A juicio de García de Vicuña, esta nueva clasificación podría tener importancia en la búsqueda de fármacos eficaces. “Hoy por hoy, de la misma manera que hemos conseguido frenar prácticamente las artritis, en la artrosis todavía no hay nada que haya demostrado que frene la progresión de la enfermedad de forma clínicamente significativa”, declaró. Por ello, el objetivo es desarrollar medicamentos capaces de “modular esa respuesta inflamatoria de baja intensidad en la artrosis”.

En un plano general, Víctor Martínez-Taboada, vicepresidente de la SER, recordó que “no es baladí” tratar la enfermedad inflamatoria durante los primeros meses, pues una inflamación prolongada no controlada va ligada a un aumento de morbilidad y mortalidad.