C. S. Santiago de Compostela | viernes, 17 de abril de 2015 h |

Desde el punto de vista económico, el tratamientro de la esclerosis múltiple ha sido, es y será rentable. Ésa fue la opinión unánime de todos los presentes en el café de redacción.

“En EM, el gasto farmacéutico se sitúa en torno a entre el 15 y el 20 por ciento, mientras que, aproximadamente, el 80 por ciento restante corresponde con el gasto social”, expuso Prieto al tiempo que subrayó que con los tratamientos se están ganando diez años de calidad de vida para los pacientes con los costes asociados que ello supone. También la responsable de la SEFH en Galicia indicó que ésta es “una de las patologías más eficientes porque con el mismo precio de los antiguos fármacos se trata con los nuevos tratamientos y, además, se evitan los costes indirectos”.

Así, cuando el paciente está en estadios iniciales, el gasto social y sanitario van más o menos a la par, mientras que si la enfermedad evoluciona, el gasto farmacológico se mantiene o disminuye mientras que el social se dispara. Idea que subrayó Llaneza: “El diagnóstico precoz nos permite ofertarle al paciente lo mejor y en el mejor momento posible sin esperar a que la enfermedad esté muy evolucionada y haya una discapacidad que posteriormente no podremos tratar”, aseveró. Esto se traduce en mayor sostenibilidad para el SNS, agregó.

En contraposición, durante el encuentro se resaltó que la parte del abordaje de la enfermedad orientado a los cuidados se ha abandonado por parte de las administraciones y recae en las asociaciones de pacientes.

En este sentido, Villar comentó que el problema no es tanto de tratamientos médicos, sino de falta de ayudas para la rehabilitación. “La calidad de vida no se puede mantener si no se realizan una serie de actividades”, dijo. Las representantes del colectivo de pacientes incidieron en la importancia y necesidad de realizar una inversión social mayor.

Prieto hizo alusión a que en Europa el tratamiento cuesta alrededor de entre 60.000 y 70.000 euros y se incluye el gasto social. En España sin embargo, no ocurre así y se habla únicamente de gasto farmacológico. “Parece difícil avanzar mucho más en nuevas terapias farmacológicas pero debemos fortalecer la prevención y la inversión en rehabilitación”, incidió Pais.

Otras fórmulas

Una de las situaciones que generan mayor incertidumbre tanto para los gestores sanitarios, como para profesionales del sector y, como resultado, también para los pacientes es cómo van a funcionar los nuevos medicamentos en el escenario real, cuál va a ser la adherencia terapéutica y si, realmente, la inversión en ese fármaco se podrá traducir en resultados en salud.

“En España, todavía no tenemos una cultura de evaluación económica suficientemente potente para poder deducir que la mejora en resultados de salud es atribuible al desarrollo de un fármaco”, apuntó la subdirectora General del Sergas. En cualquier caso, remarcó, que algunas de las “apuestas interesantes” que hay sobre la mesa son las compras centralizadas, techos de gasto o la exploración de contratos de riesgo compartido. “Fórmulas que tratan de suplir los esquemas tan rígidos de financiación del ministerio de Sanidad”, puntualizó.

Al respecto Sancho explicó que con las reglas del juego encima de la mesa se puede colaborar con la administración a través del diálogo y la transparencia.