José A. Rodríguez Barcelona | viernes, 26 de febrero de 2016 h |

Los linfocitos T son uno de los principales objetivos de los investigadores que trabajan en el campo de las enfermedades autoinmunes, como la diabetes tipo 1 (DM1), la esclerosis múltiple (EM) o la artritis reumatoide (AR). La función de estos linfocitos debería ser proteger al organismo del ataque de agresores como virus o bacterias, pero, en el contexto de las enfermedades autoinmunes, atacan a las células del propio organismo en vez de protegerlas.

Ahora, un grupo de investigadores del Idibaps (Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer) y del Centro de Investigación Biomédica en Red de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (Ciberdem) han descubierto una clase de fármacos que han demostrado su eficacia en modelos animales en diabetes tipo 1, esclerosis múltiple y artritis reumatoide, tres de las enfermedades autoinmunes más frecuentes.

Como explica Pere Santamaria, jefe del grupo Patogenia y Tratamiento de la Autoinmunidad del Idibaps, han empleado unas nanopartículas que “se enganchan a los linfocitos T que participan en el proceso inflamatorio y destruyen los tejidos afectados. Al unirse a ellos, los convierten en linfocitos T reguladores, por lo que suprimen la inflamación”.

Asimismo, la investigación ha permitido identificar cuáles es el mecanismo de acción que explica la eficacia de estas nanopartículas en las tres citadas enfermedades. “Se produce una cascada celular, y los linfocitos T suprimen a otras células que organizan el ataque inmunológico. Y al mismo tiempo se comunican con otros linfocitos y les dan instrucciones para que se conviertan en linfocitos inmunoreguladores, e inhiben la inflamación”, señala Santamaria. Por tanto, esta investigación demuestra por primera vez que los linfocitos T reguladores autorreactivos, que protegen al organismo contra enfermedades autoinmunes, se pueden expandir in vivo de forma eficiente y reproducible.

Fármaco ‘comodín’

Uno de los aspectos más relevantes de estas nanopartículas es que podrían ser fármacos comodín para tratar prácticamente cualquier enfermedad autoinmune de las aproximadamente ochenta que existen. “Hemos comprobado que este fármaco es eficaz en diabetes tipo 1, esclerosis múltiple y artritis. Cambiando sólo 15 aminoácidos de su composición, lo que significa una pequeña variación, lo podríamos redirigir hacia varias enfermedades de este tipo”, afirma Santamaría.

Por otro lado, al tratarse de un medicamento que actúa específicamente sobre los linfocitos que se comportan de forma incorrecta, “no suprime todo el sistema inmunitario”, asegura Santamaria. De este modo, “sería seguro en seres humanos incluso al administrarse en sus dosis más óptimas de eficacia, algo inviable con los actuales fármacos, que pueden debilitar de forma muy peligrosa el sistema inmunitario de los pacientes”, añade este experto.