autorregulación

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Carmen M. López, RSC | viernes, 29 de enero de 2016 h |

El escenario formativo de los profesionales está comenzando a cambiar. La relación entre la industria farmacéutica y las organizaciones sanitarias se sigue estrechando pero en clave de transparencia. Desde que en enero entrara en vigor el compromiso de Farmaindustria de publicar sus pagos a las organizaciones sanitarias, los laboratorios y las sociedades trabajan para impulsar este código de buenas prácticas.

Así, las transferencias de valor que la industria realiza directa o indirectamente a las organizaciones de pacientes y a los profesionales sanitarios se harán públicas a lo largo de estos meses. En concreto, en junio la totalidad de las compañías deberían haber publicado en sus páginas webs todos los datos. Una fórmula que el sector encara con optimismo para que “se limpie la imagen”, en ocasiones cuestionada, sobre gestión de la industria y estas organizaciones. La llegada de estos compromisos la han asumido los laboratorios farmacéuticos sujetos al ‘Código de Buenas Prácticas de Farmaindustria’.

En este sentido, si una compañía patrocina el congreso de una sociedad científica, deberá figurar en el informe anual correspondiente, detallando la cantidad que correspondió a ese patrocinio. Este documento deberá figurar en la web de las compañías y permanecer al menos unos tres meses. El Código de Transparencia recoge, además, que cuando un tercero actúa en representación de una organización sanitaria, el laboratorio debe poner el nombre de la organización. En este sentido, el director de la Unidad de Supervisión Deontológica de Farmaindustria, José Zamarriego, recuerda que hay cuatro grandes conceptos donde será obligatorio la publicación de los datos: donaciones, reuniones científico- profesionales, prestación de servicios e I+D.

Conflicto de intereses

Como explica el monográfico ‘El Conflicto de intereses económico de las asociaciones sanitarias con la industria’ de la Sociedad Española de Salud Pública y Asistencia Sanitaria (Sespas), el término ‘conflicto de intereses’ ha estado presente desde mucho antes de que se empezara a gestar este acuerdo. En el ámbito sanitario, de forma más acentuada sobre todo cuando se trata de tomar cualquier decisión. Alberto Ruano, autor del informe y profesor titular de medicina preventiva y salud pública de la Universiadad de Santiago, matiza que es importante no asociarlo con mala práctica. “La industria sanitaria necesita testar sus productos y para ello, profesionales sanitarios con vertiente asistencial que sirvan como instrumento para validarlos”, indica. Bajo ese punto de vista el conflicto de interés es casi inevitable. “Lo que sí se puede evitar es ocultarlo”, aclara. En este sentido, este nuevo planteamiento supone un valor añadido que realza la transparencia en la toma de decisiones y a la hora de valorar los resultados de determinados ensayos clínicos o estudios.

Ruano piensa que el paso que ha dado Farmaindustria es importante, pero en España falta mucha cultura al respecto por parte de los profesionales sanitarios y de las sociedades científicas (SS.CC.). “Es muy importante que éstas declaren cuál es la procedencia de los fondos que reciben, la cuantía y el destino que se le da, y es algo que será difícil”, indica el experto. Hasta ahora, a las SS.CC. siempre se les ha percibido como “un faro de independencia y liderazgo”, y el miedo a perder esta posición está generando las dudas.

No hay que olvidar que las asociaciones profesionales juegan una importante labor en la educación sanitaria, tanto de la población general como en la formación de profesionales. Para Luis Rodríguez Padial, vicepresidente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), está claro que todo lo que se haga con transparencia es bueno. El cardiólogo está convencido de que hay que establecer un mejor control, pero no tiene claro que este nuevo escenario beneficie a las sociedades científicas. Rodríguez Padial considera que el control sobre los congresos y la difusión de los datos implicará a largo plazo que Hacienda haga tributar a los profesionales por la asistencia a estos encuentros formativo. El especialista argumenta que puesto que la administración no ofrece formación, los profesionales tienen que buscar distintas vías. En este sentido, otros países están preparados para hacer frente de modo individual a esta formación, pero en España “sería inconcebible por los bajos salarios”, explica. A su vez, la idea de que se restrinjan las colaboraciones directas para asistencia en congresos europeos es una amenaza para las sociedades, lo que, a su juicio, podría revertir en la calidad de la asistencia. “Si no se reconduce la organización de esta normativa y se discute de forma abierta no está claro cómo evolucionará esta situación”, incide Rodríguez Padial.

Por su parte, el presidente de la Sociedad Española de Neurología (SEN), Óscar Fernández, aunque con cautela considera que la nueva normativa es beneficiosa para todos.Si bien reconoce que en cuestión de formación este compromiso plantea algunas dudas, considera que o si finalmente se organiza bien se puede llevar a cabo. Asimismo, como recuerda Fernández, la industria ha jugado un papel creciente en la financiación de las asociaciones profesionales, que han ido permitiendo que muchas de sus actividades sean financiadas por la industria, en ocasiones de forma exclusiva. De este modo, plantean como esta fórmula de transparencia puede “limpiar” esa imagen e influir beneficiosamente a todos. Otras sociedades consultadas por esta publicación han preferido no pronunciarse al respecto y esperar a ver los primeros resultados.

En cualquier caso, son muchas las que siempre han defendido que no podrían existir sin las aportaciones de la industria y son conscientes del ejercicio de análisis al que se enfrentan los próximos meses. “Es muy difícil medir el alcance del conflicto de intereses en las organizaciones, lo que agrava la preocupación al respecto”, apunta Ruano.

De momento, el horizonte temporal no cambiará para estas instituciones, aunque Ruano incide en que habría que ir construyendo los pilares para dar ese salto.

Con todo, España se aproxima al modelo implementado en otros países que cuentan con distintas fórmulas como la autorregulación, dependiendo de la idiosincrasia de cada uno. En cualquier caso, habrá que esperar a finales de junio cuando ya contemos con todos los resultados.

Muchas sociedades
han señalado que no podrían existir sin las aportaciones de la industria farmacéutica