Urología/ Los pacientes podrían beneficiarse de combinaciones futuras

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C. OSSORIO Barcelona | viernes, 22 de febrero de 2013 h |

El tratamiento estándar para el síndrome de vejiga hiperactiva son los fármacos anticolinérgicos, bloqueantes de la contracción involuntaria del músculo detrusor, que es lo que provoca la incontinencia de urgencia. Ahora bien, después de 30 años con una sola familia de fármacos en este campo, un medicamento con un nuevo mecanismo de acción está logrando alcanzar la misma eficacia pero restando efectos adversos con respecto a los anticolinérgicos, según se destacó en la séptima edición del Post-ICS, que recoge todas las novedades del último Congreso de la Sociedad Internacional de Continencia.

Se trata de un agonista de los receptores beta 3 adrenérgicos, mirabegron (desarrollado por Astellas Pharma), que induce la relajación de la vejiga.

Como destaca Montserrat Espuña, consultora senior del Instituto Clínic de Ginecología, Obstetricia y Neonatología del Hospital Clínic y presidenta de la Sección de Suelo Pélvico de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), se presentaron tres ensayos clínicos comparando diferentes dosis de mirabegron con placebo. “Las conclusiones de los estudios fase III señalaron la reducción en la frecuencia miccional y en el número de episodios de incontinencia; la mejoría en la calidad de vida y la ausencia del efecto adverso más común con los anticolinérgicos, que es la sequedad de boca”, explica.

Puesto que un 30-40 por ciento de pacientes no responden al tratamiento, el hecho de disponer de dos familias que actúan contra distintos receptores puede aumentar las posibilidades, especialmente de los que presentan la forma idiopática, que incluso podrían beneficiarse de combinaciones.

Cirugía de prolapso

En lo referente al tratamiento del prolapso de órganos pélvicos, Espuña señala que hay tres procedimientos posibles: dos por vía vaginal, mediante cirugía reconstructiva con tejidos propios de la paciente, o con la colocación de una malla que sirva de refuerzo a los tejidos; y otra por vía laparoscópica, mediante la implantación de una malla a través del abdomen. Sin embargo, trabajan en la obtención por ecografía de más información que permita seleccionar el tratamiento más adecuado.

En el esfuerzo por personalizar la cirugía, hay estudios con modelos biomecánicos que analizan cómo puede afectar la lesión de los músculos del suelo pélvico en los resultados de una u otra cirugía.