| viernes, 01 de febrero de 2013 h |

Es conocida la sentencia de Álvaro de Figueroa, conde de Romanones, sobre que eran más importantes los reglamentos que derivan de las leyes que éstas. La LOPS es una ley que representaba un avance no solo por abrir vías reguladoras y potenciadoras de la formación especializada y continuada, sino también porque situaba a las especialidades como profesiones. La troncalidad forma parte de su articulado y tenía todo el sentido en un modelo educativo como es el español muy atomizado en especialidades y algunas confluentes. En las dos pasadas legislaturas no fue posible aprobar un decreto que la desarrollara debido a la insistencia en presentar un borrador, que cambiaba absolutamente la dirección de la ley, ya que al contrario de ésta, en él se las minusvaloraba prácticamente como subespecialidades. Ahora, se ha distribuido un texto similar. Mientras que la LOPS busca mejorar la formación, aquellos que defienden el borrador lo justifican en supuestos beneficios asistenciales, bajo la idea pueril que profesionales con una base formativa común pueden intercambiarse. No es la experiencia que la clínica diaria nos muestra, donde la menor especificidad conduce en general a menor resolución de los problemas y mayor coste en la asistencia. El modelo que se presenta, con grandes troncos que remeda a los hospitales del siglo pasado, hace muy difícil que no afecte a su funcionamiento, donde servicios que son pequeños, pueden recibir hasta residentes de 20 especialidades distintas. No deja de ser paradójico que mientras se critica la formación en facultades de medicina, ahora se puede reproducir la fórmula en la formación MIR, con estancias formativas poco definidas y masificadas, para no saber qué conseguir. Las especialidades concebidas por la LOPS poco tienen que ver con las que emerjan del decreto. Hemos perdido siete años y se necesita un decreto que potencie la formación especializada y nos haga competitivos en Europa, sin otros objetivos, y éste no lo es.

Jorge Matias-Guiu

Vicepresidente de la Sociedad Española de Neurología (SEN)