Cataluña/ Responsables de patronales, sindicatos y AP exigen la acción del Govern

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Se echa de menos una concreción de medidas en el documento

Los expertos no ven la utilidad de este informe si no se toman decisiones

| 2010-09-10T17:29:00+02:00 h |

C. Ossorio

Barcelona

La falta de concreción del II Informe Vilardell (ver GM nº 343) es una de las pegas más repetidas por los representantes de la sanidad catalana preguntados por GM.

Para Roser Fernández, directora general de la Unió de Hospitales (UCH), este segundo informe, en el que se ha optado por los votos particulares de los expertos, “difícilmente se puede visualizar una concreción de la aplicabilidad de las medidas a corto plazo”. Desde esta patronal, concluyen que en este momento “no hacen falta más informes, ni centrar el debate en la bondad de los instrumentos, sino que los gobiernos tomen decisiones”. En opinión de Fernández, el informe es válido, pero remite a leer el informe Abril Martorell de 1991. “Tiene 20 años y cuando lo estudias te das cuenta de que es aún más novedoso, es una pena haber perdido tanto tiempo”, declaró.

Por su parte, Lluis Monset, director general de la Asociación Catalana de Entidades de Salud (ACES), critica que este documento obvie todo lo relacionado con el sistema privado, y subraya que “hay una incongruencia entre identificar que el gasto sanitario público crece por encima de la creación de riqueza del país y el hecho de pedir al Estado que se invierta más en él”. A su juicio, instaurar el copago que están planteando “no tendría trascendencia”, y piensa que “delante de un problema que requiere cambios se perpetúa el sistema con más de lo mismo, y más intervencionismo”.

A juicio de Ramón Cunillera, del Consorcio de Salud y Social de Cataluña (CSC), “el informe no cuantifica a necesidad de financiamiento ni especifica los fondos adicionales para cada una de las medidas”. Ahora bien, se muestra de acuerdo con la mayoría de los puntos del documento, y desearía que, “si no se puede asumir el crecimiento del gasto en el sistema sanitario, se tenga la iniciativa de tomar medidas estructurales, como repensar cuál debe ser la cartera de servicios financiada públicamente”.

Desde el sindicato Metges de Catalunya (MC), celebran que el informe demande incrementar la participación y la gestión clínica del médico, pero declaran su desacuerdo con el balance positivo del Govern ante el I Informe Vilardell. Así, consideran que el nuevo es un “remake” del de 2005, y recalcan que el Govern “ya no tiene excusas para no tomar decisiones”.

El portavoz de la Sociedad Catalana de AP (Camfic), Josep Espinasa, expresó que tienen una impresión positiva ya que el informe insiste en el papel central que debe ocupar la atención primaria. Ahora bien, recalcó que esta idea se repite en cada informe pero que no aprecian que en ningún momento se potencie este papel.

El propio autor del documento, Miquel Vilardell, está de acuerdo en que el informe no concreta porque “no es eso lo que se nos pidió, se nos hizo unas preguntas a unas personas concretas para que libremente opinásemos”. Este experto también invita a los políticos a que actúen: “Todo está colocado allí, ahora que los políticos prioricen y tomen decisiones, siempre valorando la opinión del ciudadano. Es necesario un diálogo social para conocer qué tipo de sanidad quiere el ciudadano y hasta dónde está dispuesto a llegar”, declaró.

Geli: “Espero que hagamos un discurso de ingresos”

Sobra decir que durante este año el discurso político se ha centrado exclusivamente en las medidas de reducción del déficit público, pero Marina Geli, consejera de Salud catalana, confía en que se pueda recuperar también el “discurso de ingresos”, según declaró en un desayuno con la prensa. “Se ha de debatir sobre qué podemos ahorrar coyunturalmente y sobre la cartera de servicios”, reiteró. Si bien este año está siendo muy complicado, con un presupuesto muy ajustado, Geli cree que el año que viene lo será aún más. En este sentido, manifestó su deseo de recuperar “el espíritu de la foto del Consejo Interterritorial del 18 de marzo”, en el que se aprobaron las medidas de reducción de déficit que al final sólo se ha materializado en dos (el recorte en la masa salarial y la reducción del coste de los medicamentos). La consejera puso como ejemplo el modelo inglés, de autonomía de gestión, así como otros modelos que abogan por restringir las prestaciones o revisar su valor. Y ante la pregunta de si será la futura ministra de Sanidad, no se quiso pronunciar.