| jueves, 06 de junio de 2013 h |

Una nueva investigación de la Universidad de Southampton, en Reino Unido, muestra que el cobre y sus aleaciones destruyen rápidamente el norovirus, un tipo de virus gastrointestinal altamente infeccioso que produce vómitos, diarrea, náuseas y cólicos estomacales y que puede ser contraído a través del consumo de alimentos o líquidos que han sido contaminados por contacto con personas infectadas o con superficies contaminadas. El virus se extiende con facilidad por las superficies, excepto las de cobre o sus aleaciones, las cuales son capaces de eliminar el foco de infección de forma rápida y prácticamente en su totalidad.

Anualmente, se producen 267 millones casos de gastroenteritis a causa del norovirus en todo el mundo. No existe ninguna vacuna o tratamiento específico y, además, brota con regularidad en comunidades cerradas o semicerradas, muy concurridas, como pueden ser, por ejemplo, hospitales y ambulatorios. Además, la limpieza en profundidad no garantiza eficacia, ya que este tipo de virus es resistente a muchos de los productos de limpieza.

El profesor Bill Keevil, presidente de Salud Ambiental de la Universidad de Southampton, presentó la semana pasada su nuevo estudio en la Asamblea General de la Sociedad Americana de Microbiología. En la presentación, declaró que el estudio muestra cómo el norovirus fue destruido rápidamente cuando se encontraba en superficies de cobre o de alguna de sus aleaciones, teniendo una mayor eficacia en aquellos materiales que contenían más de un 60 por ciento de cobre. El modelo de contaminación usado fue diseñado para simular la contaminación producida al contacto de una mano portadora del virus en superficies.

“Las superficies de cobre o alguna de sus aleaciones pueden ser empleadas en lugares de alto riesgo como hospitales o cruceros, donde los brotes de norovirus son difíciles de controlar debido al alto número de personas que pueden estar infectadas”, explica Keevil. “El virus puede seguir siendo infeccioso sobre superficies sólidas y además es resistente a muchos productos de limpieza. Esto quiere decir que puede propagarse a través de superficies contaminadas, aumentando el número de afectados y manteniendo el ciclo de la infección. Instalar superficies de cobre que son frecuentemente tocadas por las manos, como picaportes o grifos, puede interrumpir el ciclo de la infección y reducir el riesgo de brotes”.