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Hay que estimular la respuesta mediada por anticuerpos y por las células T
Han mejorado la forma de inyección del candidato para aumentar la inmunogenicidad
C. Ossorio
Barcelona
La complejidad y variabilidad del VIH, un virus que, como destaca la premio Nobel Françoise Barré-Sinoussi, ataca a las células que normalmente responden a las vacunas, son características que sólo podrían derrumbarse si una inmunización terapéutica lograse actuar en dos focos, la estimulación de la respuesta inmunitaria mediada por anticuerpos y la conducida por los linfocitos T.
El equipo de investigación de Hivacat, que trabaja en el diseño de candidatos a vacuna contra el sida, ha identificado unos fragmentos de proteínas del VIH capaces de efectuar esa doble acción y han iniciado pruebas satisfactorias con animales de laboratorio, si bien habrá que esperar a conocer los resultados para optimizar los candidatos y comenzar un ensayo fase I en humanos.
Se ha presentado en el marco del III Simposio Anual de Hivacat, en el que participan el Instituto de Investigación del Sida IrxiCaixa y el Servicio de Enfermedades Infecciosas y Sida del Hospital Clínic de Barcelona, en coordinación con Esteve, la Obra Social La Caixa y los departamentos de Salud y Economía y Conocimiento de la Generalitat catalana.
“Son los mejores anticuerpos, que conseguimos con la proteína externa, y la mejor respuesta celular, con las proteínas internas. Vamos a combinar estas dos armas, y vamos a analizar si generamos un inmunógeno que sea capaz de crear una respuesta”, afirmó Julià Blanco, jefe del grupo de Virología e Inmunología Celular de IrsiCaixa.
Formación de anticuerpos
La estimulación de anticuerpos se logra mediante un fragmento de unas proteínas que se encuentra en la membrana del virus, como la GP41 y la GP120. Como aclaró Blanco, son dos dianas que se han utilizado desde los años 80 para intentar generar una respuesta a anticuerpo, pero se ha visto que era “absolutamente insuficiente”, y se han concentrado esfuerzos en identificar regiones de GP120 y GP41 capaces de realizar esta función, y no cualquier tipo de anticuerpo, sino “uno especialmente neutralizante”.
Ahora bien, el gran problema de este tipo de regiones es que cuando se aíslan y se extraen del virus para intentar inyectarlas en un paciente, tienen poca inmunogenicidad y no son capaces de generar anticuerpos. “Para solucionarlo hemos mantenido la estructura del virus intacta, insertando el candidato mediante ingeniería genética sobre una membrana de un virus vacío, no infeccioso”, matizó el experto.
Por otro lado, desde el Hivacat complementan la vacuna con otros fragmentos que estimulan la formación de linfocitos T citotóxicos y de linfocitos T4. Para identificarlos, el grupo de IrsiCaixa liderado por Christian Brander estudió las proteínas que fomentaban una buena respuesta inmunitaria en mil personas infectadas. Ahí se hallaron 46 fragmentos de proteínas que estimulaban respuestas en las personas que controlaban la infección de forma natural, que han sido introducidos en una secuencia lineal que formará parte de la vacuna.
Hivacat también espera optimizar su acción mediante la inyección de la hormona del crecimiento, que permite recuperar el sistema inmunitario y que las vacunas ganen eficacia.