Oncología/ Jornada “Barreras en la implantación del cribado de cáncer colorrectal en España”
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La participación sigue siendo el principal problema tras su implantación
Su puesta en marcha aumenta un 31% la actividad asistencial en Endoscopia
E. Sainz Corada
Madrid
El cáncer colorrectal representa el tumor más frecuente en nuestro país y la segunda causa de muerte por cáncer. Esto se debe a la escasa implantación de las medidas de cribado en España, lo que contrasta con las altas tasas de curación (de alrededor del 90 por ciento) si es diagnosticado precozmente.
Para tratar de poner solución a este problema y generalizar los programas de screening poblacional en todas las comunidades autónomas tuvo lugar la semana pasada la jornada “Barreras en la implantación del cribado de cáncer de colon en España”, organizada por la Alianza para la Prevención del Cáncer de Colon.
Según se acordó en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud del 22 de octubre de 2009, el objetivo para el año 2015 es alcanzar una cobertura a nivel nacional en este aspecto del 50 por ciento para el grupo población de riesgo medio-bajo (50-69 años).
Pero la realidad dista mucho de esa meta y lo cierto, a día de hoy, es que tan sólo ocho autonomías lo tienen en marcha (Canarias, Cantabria, Castilla y León, Cataluña, Comunidad Valenciana, La Rioja, Murcia y País Vasco), si bien el pasado 1 de marzo el director General de Hospitales de Madrid, Antonio Burgueño, expresó públicamente la intención de esta comunidad de iniciarlo en el primer semestre de 2011. Igualmente la consejera de Aragón, Luisa María Noeno, manifestó a mediados de marzo la puesta en marcha de un estudio piloto de cribado en dicha comunidad.
Tal y como contaron los representantes de las ocho CC.AA. en las que ya funciona, tanto las formas de gestión e implantación como el grado de participación de la población difieren. En este punto, en líneas generales, aún no se alcanzan los mínimos exigidos por las guías europeas (estimada en el 45 por ciento), y oscilan entre el 31 por ciento de Canarias, hasta el 62 por ciento logrado en País Vasco lo que sería debido, en parte, a las diferencias de tiempo de implantación en cada una.
Así, además del problema de la participación, otros escollos para su puesta en marcha y correcto funcionamiento señalados en las jornadas fueron la dificultad del retorno de las muestras en Cataluña; las dudas sobre la incorporación de la llamada “colonoscopia virtual” en La Rioja; o el impacto de la crisis económica, como señaló Francisco Pérez Riquelme, coordinador del programa en Murcia. Y, sobre todo, lo que el llamó la “falacia de las prioridades”, en referencia a la ‘competencia’ que existe actualmente entre las colonoscopias del cribado frente a las ya programadas por especialistas. “Hay que tratar la adecuación de este tipo de pruebas para evitar, o minimizar, las listas de espera. Hay que ajustar bien las indicaciones de las colonoscopias pues existe una alta inadecuación en algunos casos y, por contra, en el cribado ésta es claramente adecuada”, aseveró.
La falacia de las prioridades
La instauración de estos programas supone también un impacto en la labor asistencial de las Unidades de Endoscopia. Así, según los resultados de un estudio mostrado por Fernando Carballo, del Hospital Virgen de Arrixaca de Murcia, en el que se analizó la procedencia de las pruebas, las del cribado suponían el 31 por ciento de las realizadas semanalmente, “un incremento muy significativo”. Es decir, casi un tercio de la actividad de la Unidad. “En 2009, cuando sólo estaba implantado el 25 por ciento del programa ya supuso un aumento del 10 por ciento”, dijo, por lo que se espera un notable ascenso en los próximos años.
Además, al ser una prueba especial resulta también más cara que una colonoscopia normal: 229’92 euros frente a los 201’65 euros que cuesta la normal.