Almudena Fernández Madrid | viernes, 13 de mayo de 2016 h |

Solo reciben cuidados paliativos en España la mitad de los pacientes que lo necesitarían, según recoge el nuevo Directorio de Recursos de Cuidados Paliativos en España, presentado por la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (Secpal) con motivo del 11º Congreso Internacional de la especialidad.

Álvaro Gándara, presidente de la Secpal, explicó a GM que en España mueren más de 50.000 pacientes al año, lo que supone 140 personas diarias, con un sufrimiento que sería “evitable”, por lo que se trata de una situación “dramática”. España tiene por delante un amplio margen de mejora en tres ámbitos: cobertura asistencial, recursos humanos y formación. Entre otras razones, el hecho de que haya pacientes que no reciban este tipo de cuidados se achaca a que no hay equipos para llegar al medio rural y la mitad de los centros sociosanitarios y residencias no ofrecen este servicio, a pesar de que entre un 30 y un 40 por ciento de las personas pasan en ellos los últimos meses de su vida. Además, la falta de identificación de pacientes con necesidades de cuidados paliativos dentro del sistema sanitario es otro de los motivos que están permitiendo este sufrimiento evitable.

Gándara denunció además que los profesionales todavía están “sin la conveniente acreditación profesional” por parte del ministerio, a pesar de que desde 2007 la propia estrategia de paliativos lo recomendó así. Sin embargo, en la mayoría de los países de la Unión Europea estos profesionales son ya especilistas.

Asimismo, en las facultades de medicina y enfermería es aún muy insuficiente esta formación aunque Bolonia obliga a que sea una asignatura cursada por todos los profesionales de la salud. “En España hay solo ocho facultades que tienen la asignatura obligatoria y troncal de las 40, la situación es bastante mala”, concluyó.

Por otro lado, el Grupo de Trabajo ‘La Atención Médica al Final de la Vida’ de la Organización Médica Colegial (OMC) y la Secpal achaca este evidente déficit de la atención sanitaria en la fase terminal de la vida “a la incapacidad, cuando no indiferencia”, de las autoridades políticas responsables, en los diferentes niveles de la organización del sistema sanitario, para proveer esta atención de manera efectiva y con criterios de calidad.