C. S. Madrid | viernes, 31 de octubre de 2014 h |

El desconocimiento que existe en torno al Síndrome Intestino Irritable (SII) y la falta de investigación hace que esta enfermedad se convierta en un handicap en la vida diaria de los pacientes, tal y como asegura a GACETA_MÉDICA Esther Martí, la presidenta de la Asociación Española de Afectados de SII (Aesii).

Pregunta. ¿Cómo es la situación actual del SII en España?

Respuesta. Actualmente, la incidencia se sitúa entre un 15 y un 17 por ciento de la población española. Mayoritariamente, son mujeres —por cada siete mujeres hay tres hombres— aunque ahora están apareciendo muchos casos en menores. Hasta el momento, la enfermedad aparecía casi siempre a partir de los 30 años y, en los últimos años, está proliferando mucho el colon irritable en niños de incluso seis o siete años. Por ahora, no hay estudios del porqué aparece, pero a nivel del sistema nervioso se sabe que hay alguna pequeña afectación.

P. ¿Cuáles son los principales síntomas o signos de alarma?

R. La enfermedad suele venir acompañada de un fuerte dolor abdominal y los síntomas suelen desencadenarse en un momento vital de mayor estrés como puede ser una separación, maltrato, etcétera. Los profesionales diagnostican esta patología después de un par de años realizando pruebas. Los principales síntomas son diarrea, estreñimiento y sobre todo dolor abdominal e hinchazón.

P. Teniendo en cuenta que son muy pocos los casos que se diagnostican en primera consulta, ¿cuáles son los criterios clínicos que siguen los profesionales para poder ofrecer un diagnóstico certero?, ¿con qué patologías se confunde?

R. Muchas veces se puede confundir con la enfermedad de Crohn, una celiaquía o una intolerancia a la lactosa. En esa situación, el médico retira ciertos alimentos y, pese a que los síntomas mejoran, continúan presentes. Cuando [los facultativos] se dan cuenta de que están ante un colon irritable es cuando ya han hecho toda la batería de pruebas que se suelen hacer —análisis de heces, la biopsia y la colonoscopia—. En ese punto, ya han pasado entre uno y dos años aproximadamente.

P. ¿Cuáles son las principales líneas de actuación para tratar la enfermedad?, ¿qué opciones tienen los enfermos de SII?

R. Hay tratamientos que ayudan en la mejora de los síntomas pero, según estudios que hemos hecho con socios, hay medicamentos que después de unos tres o seis meses dejan de tener el efecto que producían y, otra vez, vuelta a empezar. Además, en términos económicos lo tenemos muy mal porque justamente han dejado de financiar el Fortasec, por lo que tenemos que recurrir a la medicina alternativa. En este sentido, los prebióticos, seguir una dieta y realizar ejercicio físico funcionan muy bien.

P. ¿Cuál es el impacto del SII en la calidad de vida de los pacientes y de qué modo repercute en su día a día?

R. Afecta totalmente. A mucha gente le cuesta salir de casa. No sucede de un día para otro, pero poco a poco se van retrayendo. La persona con colon irritable se termina quedando en casa porque es el único sitio donde se siente segura.

P. Desde Aesii, ¿cómo se valora la experiencia y formación de los profesionales sanitarios?, ¿se cuenta con un equipo multidisciplinar?

R. Desde la asociación solicitamos un abordaje multidisciplinar para el afectado de colon irritable porque necesita, por un lado, un nutricionista que le guíe con el tema de la comida; un psicólogo, que le ayude con el tema de salir de casa, y también un digestólogo, para todo lo relacionado con la digestión. Es necesario un pacto y que trabajen juntos y conozcan muy bien qué es y en qué consiste este síndrome. Asimismo, estamos en comunicación con el ministerio de Sanidad porque hemos elaborado una guía para el colectivo médico y de Atención Primaria (AP) y queremos que salga a la luz.

P. En cuanto a las líneas de investigación que están abiertas en la actualidad, ¿qué puede destacar?

R. La investigación avanza, pero muy despacio. Esto ocurre porque, solamente, existen cuatro o cinco médicos a los que les gusta el SII. Ésta, no es una patología que los médicos quieran tratar porque somos un colectivo pesado, en el sentido de que no tienen nada que administrarnos para paliar los síntomas y siempre están presentes. Aunque mejoremos un tiempo con la medicación, después volvemos a recaer. Lo primero que necesitamos es que el profesional se conciencie de que realmente tenemos una enfermedad grave a nivel emocional que nos impide llevar una vida con normalidad y, también, necesitamos comprensión y que el médico de AP esté bien educado. Por eso, queremos que se publique la guía.

P. Desde Aesii, ¿cuáles son las principales demandan que realizan y cuáles son sus retos a corto o medio plazo?

R. Una de las peticiones que hacemos es que existan más baños en las ciudades, lo que daría más seguridad a los enfermos de SII. Aparte, solicitamos a Sanidad más investigación del SII para saber por qué sucede y para que, a partir de ahí, pueda avanzarse en una medicación directa para el síndrome y no para los síntomas. Pedimos que existan subvenciones. Igual que se subvenciona un laxante, pues que también se subvencionen aquellos medicamentos que nos funcionan, así como los prebióticos, que son efectivos. También queremos incrementar el número de socios. Muchos se acercan hasta la asociación en busca de consejos, preguntan por especialistas cerca de donde viven y que conozcan bien la patología etc., pero una vez que han encontrado un beneficio en la respuesta, desaparecen. Necesitamos gente que colabore, que se haga voluntaria, que nos ayude. El pasado 21 de octubre, celebramos el Día Nacional del SII pero no pudimos hacer nada por falta de personal salvo redactar una nota de prensa. Lo que nos hubiese gustado era estar presentes en cada autonomía informando a la sociedad de que existimos, de en qué consiste la enfermedad etc. También queremos que salga la guía y, sobre todo, hay que hacer todo lo posible para saber a qué se debe el SII, ya que hasta que no lo sepamos no se podrá encontrar la medicina adecuada. Es imprescindible que haya más estudios y que los médicos se impliquen más.